Cristian Larach G.
Darwin estaría feliz de saber que el proceso evolutivo de la raza humana, todavía sigue su curso. Hago esta reflexión debido a lo increíble que resulta ver pelear a Manny Pacquiao en la categoría welter, quien en sus inicios fue un debilucho peso mosca. En estos tiempos resulta casi suicida que un boxeador se aventure incluso a pasar a su categoría inmediatamente superior o inferior.
Pacquiao ha roto toda lógica en esta materia y se ha dedicado a subir de peso y prepararse de manera precisa para demostrarle al mundo que su nivel boxeril esta a toda prueba.
Las últimas exhibiciones del “pacman” así lo demuestran. Primero fue De la Hoya, luego el británico Hatton y ahora el “boricua” Miguel Cotto. La destreza en el ring y su gran velocidad, no han permitido ni siquiera poner un poquito en riesgo la supremacía de este enorme boxeador. A decir verdad, ha hecho ver a sus rivales como “paquetes” aunque los peleadores mencionados anteriormente, han demostrado largamente ser de calidad comprobada.
Es tan grande la superación de este filipino, que los propios rivales de turno han coincidido en calificarlo como un fuera de serie y que en este momento no hay nadie que lo supere.
Con este escenario, claro está , que las especulaciones llueven a la hora de imaginar lo que podría ser un enfrentamiento entre Pacquiao y el invicto Floyd Mayweather, quien a juicio de muchos, es el único que técnica y físicamente esté a la altura para enfrentarlo al tú por tú y por qué no, también derrotarlo.
Como la fiesta se prevé sabrosa, ya comenzaron a aparecer las primeras ofertas vinculadas al magno evento. Una de las que más llama la atención es la que ha formalizado el estadio de los Yanquis de Nueva York, ofreciendo ese escenario para realizar la pelea. Estamos hablando de una montonera de billetes en taquilla si pensamos que el estadio tiene una gran capacidad y además se aprovecharía toda la cancha para las aposentadurías llamadas “ring side”, que por supuesto, son las más costosas. Esto hace preveer que este combate se podría realizar entre los meses de junio o julio del año entrante, puesto que debe garantizarse que el clima no vaya a jugar una mala pasada.
Señoras y señores, ahora sí, esta sí que se puede llamar con toda confianza, “La pelea del siglo” o talvez “El combate de la historia”, póngale el nombre que quiera y le aseguro que le quedará, como también le aseguro que no habrá nadie que se quiera perder este ansiado enfrentamiento.
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