martes, 28 de abril de 2009

El boxeo esta más que vivo


Por Sebastián Contursi
ESPNdeportes.com

El show debe continuar. Por eso no extraña que a pesar de que hace sólo unos pocos días Oscar de la Hoya anunciara su retiro, el boxeo tiene una inmejorable oportunidad de encontrar a su sucesor.
Hablamos, claro, del filipino Manny Pacquiao, el hombre que en los últimos años ha logrado captar la atención del público como ningún otro.
Sus múltiples hazañas y su carisma lo han situado en una posición en la que hasta despierta la curiosidad de las personas ajenas a este deporte. Sobre todo, ahora, tras su espectacular triunfo de diciembre del año pasado, ante el propio De la Hoya.
Considerado casi unánimemente como el mejor libra por libra del mundo, Pacquiao tendrá el próximo sábado en Las Vegas una de sus pruebas más difíciles, si no la más dura de todas, cuando enfrente al inglés Ricky Hatton en el MGM Grand de Las Vegas.
Más allá de los ilustres nombres a los que venció --Marco Antonio Barrera, Erik Morales, Juan Manuel Márquez, De la Hoya, etc.-- algunos de esos combates, no obstante, no tuvieron el grado de dificultad que ésta próxima. Ya sea por una deficiente preparación de sus adversarios o por la decadencia en la que estaban sus carreras, lo cierto es que dio la impresión de que Pacquiao se impuso en muchos de esos enfrentamientos con demasiada facilidad.
Ese no será el caso de Hatton, quien llegará con una excelente preparación, en un muy buen momento de carrera y, por si fuera poco, con ventajas de peso, ya que es un welter Jr. natural, a diferencia del asiático.
Pero como sabemos, Pacquiao es capaz de las proezas menos imaginables, con lo cual todo se equipara. De hecho, su nivel de autoconfianza es uno de los más altos que se hayan visto últimamente, lo cual le permite pelear con una soltura que todo lo facilita.
Una vez más, la velocidad será el factor clave para Pacquiao. Si logra imponerla, moviéndose permanentemente en círculos, sin convertirse en un blanco fijo para los embates del inglés y, al mismo tiempo, buscando encontrar los momentos justos como para lanzar sus explosivos ataques desde la media distancia, tiene las de ganar.
Pero claro, aguantar a Hatton no es fácil. Porque tiene una mentalidad extremadamente agresiva, que lo impulsa todo el tiempo hacia delante hasta el extremo de agotar a sus rivales con una presión insoportable.
La fortaleza física del inglés le ha permitido ganar combates complicados --ante Kostya Tzsyu, por ejemplo-- utilizando su torso como una suerte de sólido bloque que lanzaba sobre sus rivales, impidiéndoles la salida de las sogas y agotándolos por el propio peso de su cuerpo, además de los golpes, claro.
Es cierto que esta táctica ha ido siempre acompañada de algunos trucos ilegales que le son permitidos en Gran Bretaña y que seguramente no podrá usar con tanta asiduidad en los Estados Unidos, donde los árbitros son mucho menos permisivos. Y esto le resta cierto favoritismo, de alguna forma.
Por otro lado, como referencia, podemos tomar relativamente su categórica derrota ante Floyd Mayweather, en diciembre de 2007. En esa ocasión, Hatton se enfrentó a un boxeador mucho más rápido que él y no pudo imponer nunca su ritmo. Si bien Pacquiao no cuenta con los recursos técnicos de Mayweather, sí es un peleador muy veloz, por lo cual es de esperar que el trámite del combate se le complique.
Por eso, elegimos como leve favorito a Pacquiao, en un combate imperdible, que más allá de esto tiene pronóstico reservado.
Eso sí, si el filipino se va una vez más con los brazos en alto, dejaremos de extrañar definitivamente a Oscar.

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