jueves, 12 de marzo de 2009
PRUEBA PARA LOS DOS
Por Sebastián Contursi
ESPNdeportes.com
El próximo sábado en Manchester, Inglaterra, se enfrentarán dos de las grandes figuras que militan actualmente en la categoría del peso ligero, una de las más competitivas del momento.
Marco Antonio Barrera, uno de los más importantes representantes del boxeo mexicano de las últimas décadas, enfrentará al prospecto británico Amir Khan, quien tendrá la oportunidad de probar si realmente su talento pugilístico está a la altura de la enorme popularidad de la que goza en su país.
A sus 35 años, Barrera (65-6, 43 KOs) vuelve a tener un gran desafío, después de haber anunciado su retiro a fines de 2007, tras su segunda derrota ante Manny Pacquiao.
Aquella noche, en Las Vegas ante el gigante filipino se vio por primera vez a un Barrera deslucido y sin ese espíritu guerrero que siempre sacó a relucir durante su brillante carrera. Aquel fue, entonces, un indicio inexorable de que colgar los guantes era una sabia decisión.
Sin embargo, tentado por el promotor Don King, el mexicano decidió darse a sí mismo una nueva oportunidad. La marcha hacia la reconquista se inició en noviembre del año pasado con un triunfo ante un ignoto rival llamado Sammy Ventura y continuó a fines de enero pasado ante otro adversario del mismo nivel, Freudis Rojas que, por cierto, terminó en un escandalete.
Rojas le aplicó a Barrera un tremendo cabezazo que le produjo un corte a éste último, poniendo en riesgo la pelea con Khan, que a esa altura ya estaba arreglada. Lo cierto es que Barrera se fue a casa con una herida inesperada y tras escuchar grandes abucheos por parte del público jaliciense.
Aunque, de todos modos, aparentemente los médicos hicieron un encomiable trabajo en la recuperación del mexicano.
Mientras tanto, Khan (19-1, 15 KOs) también llega a este combate en plena recuperación. Pero ya no de una lesión, sino de la impresionante derrota por nocaut en el primer asalto, que le propinó el colombiano Breidis Prescott, en septiembre del año pasado.
En realidad, Khan es uno de esos boxeadores que basan su carrera más en la popularidad que generan los factores marketineros, que a demostraciones sobre el cuadrilátero. Porque si bien el británico tiene talento -fue medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, por ejemplo- su promotor, Frank Warren, logró hacer de él una figura sumamente popular basándose en motivos religiosos o raciales, ya que Khan es musulmán y en Inglaterra los musulmanes representa una importante porción dentro de la población.
Algo similar ocurrió a principios de los 90's con Naseem Hamed, que llegó a ser un verdadero fenómeno popular en Gran Bretaña, aunque nunca terminó de consolidarse boxísticamente en los Estados Unidos.
Curiosamente, la carrera de Hamed fue virtualmente terminada por Barrera, cuando éste le dio una paliza en abril de 2001. Hamed hizo sólo una pelea más y se retiró. ¿Será el mexicano nuevamente el verdugo del talento emergente? Para intentar saberlo, veamos el siguiente análisis.
VETERANIA VS. JUVENTUD
En primer lugar, hay que decir que, obviamente, Barrera ya no es el mismo de hace ocho años. Desde ese entonces, pasó por tres guerras ante Erik Morales, dos ante Pacquiao, dos ante Ricardo Rocky Juárez y una ante Juan Manuel Márquez, por ejemplo. Lógicamente, esto ha dejado una marca en él.
Pero, claro, boxeadores como Barrera nunca pueden ser descartados, porque su esencia guerrera la tendrán hasta el último de sus días. Además, existe una enorme diferencia a nivel de experiencia a favor del mexicano, la cual le permite manejar con naturalidad situaciones adversas.
Del otro lado, Khan tiene sólo 22 años y hasta ahora sólo ha tenido que capear dos temporales menores, como cuando visitó la lona ante Willy Lemond y Michael Gómez, peleas en las cuales terminó imponiéndose.
El colombiano Prescott, sin embargo, no le dio chances. Lo agarró frío con dos tremendos golpes que lo enviaron a la lona y terminó rematándolo segundos después, propinándole un nocaut devastador.
El campo de la experiencia, entonces, debería, jugar a favor de Barrera.
VELOCIDAD VS. TRUCOS
Donde el inglés e impone claramente es en el terreno de la velocidad, ya que, justamente, una de sus principales virtudes es la rapidez de piernas y manos.
La única forma de contrarrestar semejante desventaja es para Barrera apelar a todo su repertorio de trucos boxísticos. Hablamos, por ejemplo, de la forma de desplazarse, de amarrar en el momento indicado, de tener la frialdad para ver el hueco justo para meter el contragolpe.
PEGADA VS. TOQUES
En el rubro de la potencia también se impone el mexicano. Su enorme cantidad de nocauts habla por sí misma. Es que, sin ser un noqueador implacable, Barrera se afirma muy sólidamente para lanzar los golpes.
Mientras tanto, Khan tiene un estilo de boxeo mucho más aficionado. Su rápida traslación sobre el cuadrilátero a veces termina jugándole en contra, ya que sus movimientos no cuentan con la sustentación adecuada. No hay que dejarse engañar por el porcentaje de victorias por la vía rápida del inglés, ya que el nivel de oposición está lejos de ser comparable al de Barrera.
RESISTENCIA VS. FRAGILIDAD
Otra de las áreas en las que Barrera tiene una clara ventaja es la de la resistencia. En las 72 peleas que disputó, muchas de ellas ante los mejores rivales imaginables, sólo fue noqueado una vez, por Pacquiao. Para mayores referencias, aquella vez Barrera no llegó de la mejor forma, tras varias distracciones inesperadas.
Como señalábamos antes, Khan, por su parte, ya ha visitado la lona ante rivales mediocres. Y el nocaut fulminante que recibió ante Prescott no hace más que reafirmar las dudas que existen respecto de la resistencia de su mandíbula.
HAMBRE DE GLORIA VS. UN NUEVO INTENTO
En lo que refiere al hambre de gloria, le daremos la derecha a Khan, que está ante una oportunidad de oro. Hasta ahora, el inglés no ha ganado nada y un triunfo Barrera sería la forma de enviar un mensaje al mundo. Por otro lado, Khan siente que ha decepcionado a sus fanáticos y, seguramente, existe un él un deseo irrefrenable de reivindicación.
Para Barrera, en cambio, será sólo una pelea más. Importante en cuanto a exposición, es cierto, pero no comparable a sus grandes pruebas de otrora. Si gana pueden abrírsele nuevas posibilidades. Pero realmente no tiene demasiado que perder, algo similar a lo ocurrido en la revancha ante Pacquiao.
O sea que si bien Barrera todavía cuenta con el fuego sagrado, difícilmente logre incentivarse demasiado.
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