martes, 20 de enero de 2009

RECORDANDO A UN GRANDE DEL BOXEO


George Kimball ESPN.


Aunque había sido una pelea crucial para la carrera de ambos boxeadores, sólo significó una oración en la publicación de deportes más importante de de la nación:
En el cierre de lo más importante de la semana anterior, la edición del 25 de mayo de 1964 de Sports Illustrated resaltó de manera concisa que el "El peso mediano de Brooklyn ubicado en el octavo lugar del ranking, José Torres, consiguió una decisión unánime ante Wilbert (Skeeter) McClure de Toledo, en el Madison Square Garden", y después pasó a las ultimas noticias del mundo del bridge.
Cuarenta y cinco años más tarde, Dr. Wilbert McClure recordó a Torres, quien falleció a los 72 años de edad el lunes por la mañana, como "uno de los oponentes más duros que he enfrentado". (El otro fue un rival amateur, Sgt. Eddie Crook, quien, junto con McClure y Muhammad Ali, ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1960, en Roma).
El evento principal de esa noche en el Madison Square Garden fue histórico por más de una razón. No sólo Torres y McClure eran medallistas olímpicos, sino que ambos eran futuros comisionados de boxeo. Torres (quien se quedó con la medalla de plata en 1956 en Melbourne, en donde perdió en la final ante la leyenda húngara, Laszlo Papp) presidió la Comisión de Deportes del Estado de New York desde 1983 hasta 1985, mientras que McClure dirigió la Comisión de Boxeo de Massachusetts desde 1993 hasta 1998.
Un par de años antes, los dos fueron compañeros en la misma promotora cuando McClure hizo una breve pasantía con el mentor de Torres, Cus D'Amato.
Un años antes los dos púgiles habían quedado invictos, pero en 1963 McClure había perdido por decisión enfrentamientos consecutivos ante Luis Rodríguez, el ex campeón del peso welter que había perdido su título ante Emile Griffith a principios de ese año. Torres, por su parte, fue detenido por primera y única vez en su carrera en manos del cubano, Florentino Fernández. (El récord de Chegui también incluyó un empate en 1959 con Benny Paret).
"Sabía por el tiempo en el que trabajé con D'Amato que Cus no iba a hacer que uno de sus muchachos enfrentase a alguien si no tenía al menos el 80 por ciento de probabilidades de ganar", recuerda McClure, y, por lo general, Cus siempre tenía razón. Lo que en los papeles parecía ser un combate parejo, resultó ser uno en el que ganador fue evidente.
Sus carreras se entrelazaron después de ese combate. McClure colgó los guantes para siempre en 1970 y retomó el estudio. Obtuvo un doctorado en psicología, y hoy trabaja en ese campo.
José Torres consiguió cuatro victorias más antes de que terminara 1964, cerrando con un nocaut en la primera ronda ante el ex campeón en el peso mediano, Carl (Bobo) Olson en el Garden. El desafío fue en marzo ante Willie Pastrano, el indiscutible campeón en el peso pesado ligero del mundo.
Torres noqueó a Pastrano en el sexto asalto y el árbitro, Johnny LoBianco, detuvo el encuentro antes de la novena ronda. Hubo una efusión de emoción, tanto por parte de los locales de su ciudad por adopción como de los portorriqueños.
Hubo muy buenos púgiles de Puerto Rico -- Sixto Escabar y Pedro Montañez en los treinta  antes que él, y otro compatriota reinaba en el peso ligero, Carlos Ortiz, pero Torres fue el primero en liderar un peso pesado. Muy orgulloso de su herencia, Torres se había sentido humillado tras la derrota ante Fernández, en el Hiram Bethorn Stadium. De modo que la victoria ante Pastrano no sólo fue una redención personal sino que fue un golpe al cuerpo en nombre del orgullo de Puerto Rico.
Torres reunió una multitud de festejantes en el Harlem de habla hispana, el día siguiente. En la calle 110 y Lexington Avenue, el corazón del Barrio, se subió a una escalera de emergencia tambaleante para dirigirse a la muchedumbre.
"Dijo que había ganado para ellos y eso realmente les llegó al corazón" recuerda Pete Hamill. "Sin importar lo conmovedor que fue el momento, estaba aterrorizado. Esa escalera podía caer en cualquier momento".
Cuatro meses después de ganar el título, Torres regresó a Puerto Rico para hacer una pelea en la que no iba a estar en juego el título ante Tom McNeeley. Peleando en el peso pesado por única vez en su carrera, en la que había hecho 45 combates, ganó por decisión unánime y fue una experiencia cuyas repercusiones iban extenderse a lo largo de los años.
"José ganó el combate, pero después estuvo en el hospital durante algunas semanas. El páncreas había sido dañado", recuerda Hamill. "Puede que esa haya sido la razón de su posterior diabetes".
Torres no pudo pelear hasta el siguiente mayo, pero en los últimos ocho meses de 1966hizo cuatro peleas por el título.
En mayo, superó a Wayne Thornton en el Shea Stadium. En agosto, ganó por decisión unánime ante Eddie Cotton en un combate en Las Vegas que fue la Pelea del Año. En octubre, peleó en San Juan, en donde noqueó al escocés, Chic Calderwood, campeón de la Commonwealth británica, en cinco asaltos.

Era una voz con mucha autoridad debido a eso, no había nadie relevante en New York que no hablara con él.

--Pete Hamill sobre la carrera periodística de Chegüí Torres
Más tarde, nueve días antes de Navidad, regresó al Madison Square Garden para enfrentar a Dick Tiger, el ex campeón del peso mediano de Nigeria.
Torres no fue dueño del combate en ningún momento, ya que Tiger ganó sin dificultad en las tres tarjetas. A José le fue mejor en la revancha de 1967, pero perdió por una muy pareja decisión dividida. (8-7 en dos tarjetas, 7-8 en la tercera).
Hizo dos peleas más, pero ya no era el mismo. La más evidente fue la última performance, en la que cayó dos veces en manos de su oponente sustituto, Charlie (Devil) Green, antes de superar a Green en el segundo round.
En ese entonces estaba más cómodo en compañía de Hamill, Norman Mailer, y Budd Schulberg, quienes lo habían inducido a su naciente carrera de redactor. Escribió dos libros, (Sting Like A Bee (Pica como una Abeja), una biografía de Muhammad Ali, y Fire and Fear (Fuego y Miedo), en donde habla del último protegido de D'Amato, Micheal Gerard Tyson) y se convirtió en un excepcional periodista que escribió en medios de habla hispana e inglesa.
"Cuando trabajó para el Post se convirtió en el primer Latino en escribir una columna en un periódico de habla inglesa", recuerda Hamill. "Era una voz con mucha autoridad debido a eso, no había nadie relevante en New York que no hablara con él".
Torres fue nombrado sucesor de Jack Prendeville como presidente de la Comisión de Deportes de del Estado de New York en 1983, y fue el primer Latino en ocupar ese puesto. Siguió cubriendo este deporte y trabajó como analista de ESPN Deportes. Si había una pelea importante en New York, Las Vegas o Boston, era seguro que José iba a estar presente.
Hace dos años, acosado por problemas de salud, decidió regresar a Puerto Rico. Aunque en ocasiones se lo vio en el ambiente, como el verano pasado cuando su sobrino, Joel, peleó en el Gotham Hall. Estaba en su hogar de Ponce cuando falleció el lunes por la mañana.
El viernes en Ponce, se despedirán los restos de José Torres, en donde las autoridades han declarado tres días de duelo y ordenado que las banderas estén a media asta. El próximo mes está programada una misa en conmemoración de de José en Gleason's Gym.
Torres era un héroe nacional en Puerto Rico, pero, dijo Hamill el lunes, "50 años de su vida los pasó aquí, así que también era un neoyorquino".
Como muchos de los amigos de Torres, Hamill ha estado meditando desde que recibió la noticia de su muerte.
"Siempre recordaré su risa", comentó Hamill, quien después hizo una pausa y continuó:
"Dios. Ahora están disparando a nuestro batallón".

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