martes, 13 de enero de 2009

ESQUINA NEUTRAL


Por: Eduardo Camarena

Ha comenzado el año 2009 y se dibuja en panorama promisorio para el boxeo mexicano con sus grandes campeones mundiales y figuras internacionales. La baraja boxística es prolífica y fértil para el boxeo azteca porque cuenta con grandes ases que marcan la pauta mundialmente y prometedores novatos que seguramente lograrán sus objetivos en este año que comienza.
Antonio Margarito, Juan Manuel Márquez, Israel Vázquez, Rafael Márquez, Jorge Arce, Oscar Larios, Cristian Mijares, Fernando Montiel, Ulises Solís, Edgar Sosa y Raúl García, destacan en sus respectivas divisiones y han podido dar lustre a sus campeonatos. Mijares y Rafa Márquez tienen la calidad y el carácter que se requiere para volver a ceñirse una corona mundial, por lo que al igual que a los demás campeones, les auguro un estupendo 2009.
México cuenta además con grandes prospectos que guiados con acierto y mucha paciencia podrán alcanzar los máximos niveles en el concierto boxístico internacional. En este deporte es fundamental no precipitar a los nuevos valores, llevarlos con tiempo adecuado, de lo contrario se pueden frustrar sus carreras. El boxeo de ring pinta bien en este año nuevo.
Pero, en el tema administrativo y de dirección es urgente que la Comisión de Boxeo asuma una posición de autonomía e independencia que le permita trabajar como en antaño haciendo prevalecer los principios fundamentales de su creación.
Hoy el Consejo Mundial de Boxeo tiene demasiada injerencia e influencia en este organismo y eso no es sano para la propia Comisión y para el pugilismo azteca. Con frecuencia y ligereza, se autorizan peleas desiguales en las que se disputan títulos de discreta valía, los exámenes médicos a los boxeadores son poco confiables y el riesgo de sufrir una tragedia está más latente que nunca.
A nivel mundial los organismos que manejan el boxeo deben mantener el principio de protección al peleador y al espectáculo y actuar con firmeza para no permitir peleas disparejas a capricho de los promotores voraces.
Hay que alentar la realización de peleas parejas, interesantes y de fuerzas equitativas; desechar los combates de morbo y de intereses mezquinos que dañan la imagen de este deporte.

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