sábado, 22 de noviembre de 2008

Una falta de respeto al boxeo


MARINO MARTINEZ PERAZA
El Nuevo Herald

El apetito insaciable de poder de algunos personajes le siguen restando credibilidad al mundo del boxeo, situación que nadie ha logrado controlar, pero que la crónica deportiva no debe soslayar.
La improvisación y los intereses predominan en el más viril de los deportes.
Ahora mismo, tenemos el regreso de Evander Holyfield en busca del título mundial de los pesos completos.
El veterano peleará el 20 de diciembre en Zurich por la corona de la Asociación Mundial de Boxeo, frente al campeón de la división el gigante ruso Nikolai Valuev.
¡Qué desprestigio! Un hombre de 46 años y acabado, sale del retiro para solucionar su problema económico y pasa directo a ser el retador del monarca, sin antes pelear con algunos de los pugilistas clasificados por sus méritos.
¿Qué derecho tiene Holyfield para discutir la corona mundial pasando por arriba de las principales figuras de la división?
¿La respuesta? En el aspecto deportivo, Holyfield no tiene derecho. Pero una cosa es el campo deportivo y la otra es el de los intereses personales. Y aquí es donde quienes rigen la Asociación Mundial le entregan a Holyfield el derecho a discutir la faja. Y aquí es también, donde la figura de un comisionado se hace necesaria.
Nuestra posición no sólo está basada por carecer de derecho Holyfield, tampoco queremos ver afectada la salud del ex monarca olímpico y mundial.
A Holyfield le puede suceder lo mismo que a Muhammad Alí, que le permitieron pelear con Larry Holmes cuando nada tenía que hacer en los cuadriláteros, excepto un papelazo y exponerse a graves riesgos.
Parte de la enfermedad de Alí fue debido a los golpes excesivos que recibió en sus tres últimos combates.
La pelea de Holyfield frente a Valuev es una falta de respeto al deporte, es una falta de respeto al público y es una falta de respeto a los 10 primeros retadores de la división, como lo son el australiano Kali Meehan, los ucranianos Taras Bldenko y Alexander Dimitrenko, el polaco Andrew Golota, el estadounidense Kevin Johnson, el boricua John Ruiz, el norteamericano Davaryll Williamson, el búlgaro Serguei Liakhovich, el estadounidense J.D. Chapman y el croata Carl Davis Drumond.
Por dicha mediocridad, cada día se reduce más el grupo de campeones con verdadero calibre al estilo de las décadas de los años cuarenta y cincuenta cuando reinaban Sugar Ray Robinson, Willie Pep, Henry Armstrong, Joe Louis, Archie Moore, Kid Gavilán, hasta etapas más recientes con luminarias como Muhammad Alí, Carlos Monzón, Roberto Durán, Wilfredo Gómez, Julio César Chávez y Salvador Sánchez.
En deportes como el béisbol y el baloncesto también existieron graves problemas en épocas pasadas, pero ambas disciplinas evolucionaron eliminando sus aspectos negativos.
El gran desprestigio del boxeo es que antes y ahora, ha carecido de un comisionado que vele por los legítimos intereses del pugilismo.
Mientras no exista ese comisionado, el boxeo seguirá en algunos aspectos al estilo de los tiempos de las cavernas, perdiendo respeto y credibilidad, además de disminuir en gran medidad su calidad competitiva.
La pelea de Holyfield y Valuev no es solamente una falta de respeto al deporte, a los fanáticos y a los boxeadores clasificados, también se pudiera convertir en una masacre y podría manchar de luto al boxeo.

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