martes, 18 de noviembre de 2008
De Tyson-Leonard a De la Hoya-Pacquiao
JOSÉ RODOLFO CASTRO. MILENIO.
Sugar Ray Leonard, técnico, noqueador, de puños centelleantes, medalla de oro para Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, campeón mundial welter, que se enfrentó al gran Manos de Piedra, el panameño Roberto Durán, arriesgando su cetro, y con quien perdió cuando se encontraba en la punta de la pirámide.
Llegó la revancha y la victoria polémica para Leonard sobre Durán, y la continuación de un negocio que se construyó con bases sólidas, ganó a Thomas Hearns, Danny Lalonde, Marvin Hagler, ésta en mediano, cuando el Maravilloso se erigía en sólido titular de la modalidad, una aplanadora que quería ganar más dinero y también más reconocimiento; por cierto, pidió a través de sus administradores, que el monstruo sagrado, el argentino Carlos Monzón, descolgara los guantes para sostener un compromiso de época.
Leonard pues, se encontraba como el negocio rentable, la imagen de codicia que la televisión estadunidense aseguró como el sucesor de Muhammad Alí, el gran vendedor.
En esos años, 1980, se rumoró que podría montarse un compromiso que arrojaría muchos millones de dólares: Mike Tyson contra Ray Sugar Leonard; eran años en los que el fenómeno descubierto por el anciano Cus D’ Amato, ya competía como una de las imágenes más publicitadas a nivel mundial. Se trataba de hacer una pelea entre el campeón mundial de peso completo, y el ex titular en cinco diferentes divisiones.
Y como ahora con la De la Hoya contra Manny Pacquiao, voces de expertos se hicieron escuchar para que no se oficializara la desproporcionada pelea, que iba en contra de la seriedad del boxeo
Sabemos que no pasó nada, Leonard sólo cimbró al planeta, su rostro junto con el de Tyson treparon más en popularidad universal, sería el clásico enfrentamiento del paquidermo contra el burrito, como ha calificado José Sulaimán la pelea que Óscar de la Hoya ha organizado para enfrentar al filipino Manny Pacquiao, el 6 de diciembre próximo en el MGM de Las Vegas, en la que informan, 45 millones de dólares es la bolsa que enamoró a Pacquiao… Y por ahí estaré atisbando.
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