martes, 11 de diciembre de 2018

LOMACHENKO UNIFICA CORONAS ANTE PEDRAZA


ÁLVARO CARRERA
AS.com

Vasyl Lomachenko pasó su mano derecha por su cuello en el undécimo asalto de su combate contra José Pedraza, creía que había terminado con su rival. Acababa de enviar al puertorriqueño por segunda vez al suelo y parecía la definitiva, pero no fue así. El ucraniano unificó los Mundiales WBA y WBO del peso ligero, pero no noqueó. Había anestesiado a sus últimos ocho rivales, pero por primera vez desde 2014 fue a las cartulinas. Agotar los rounds no fue un síntoma de debilidad, ganó con holgura por decisión unánime (119-107, 117-109 y 117-109) y sólo la campana evitó el KO en el penúltimo round. Lomachenko volvió de lesión, notó la inactividad, pero también volvió a maravillar.
El ucraniano boxea a ritmo de diesel y lo mostró de nuevo. Los tres primeros asaltos se dedicó a investigar cual era el camino de la victoria. Lanzando manos, pero sin correr riesgos. En el cuarto habitualmente sube un punto, pero en 2018 sólo ha podido pelear dos veces (la otra en mayo, ante Linares) por lesión y lo notó. Lució un tanto oxidado, una visión para la que no ayudó nada Pedraza, que exhibió una muy buena cintura y movilidad. No era un blanco sencillo, pero fallaba a la hora de atacar. Se esmeraba en quitarse manos, pero contestaba pocas. Ahí Lomachenko le hacía fallar y le contragolpeaba con gran dureza. Acumulando castigo.
Hasta el ecuador de la pelea Lomachenko iba dominando, pero no maravillaba. Se dedicó a trabajar confiado, variar planos y así restó oxígeno a su rival. Poco a poco se fue entonando y desde el décimo asalto fue el Lomachenko al que tiene acostumbrada a al afición. Su mejor punto del combate llegó en el undécimo round. Allí conectó una derecha, lo acompañó de un upper y de otros 35 golpes consecutivos. ¡Una barbaridad! Pedraza acabó cayendo con una mano abajo. Se repuso y replicó en la misma zona, de nuevo a la lona... pero otra vez se puso en pie y la campana le salvó. En el último round ambos decidieron dejarlo pasar, irían a las cartulinas. Lomachenko unificó y demostró que el oficio es una de sus señas de identidad, Pedraza que puede plantar cara a cualquiera. Ambos ganaron, pero sólo Lomachenko reinó.

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