miércoles, 19 de diciembre de 2018

MUERE A LOS 44 AÑOS LA PIONERA CAMPEONA DEL MUNDO MARÍA JESÚS ROSA


JESÚS MÍNGUEZ
AS.com

María Jesús Rosa, primera española en proclamarse campeona mundial de boxeo, falleció este martes a los 44 años. Un cáncer traicionero, que apareció hace dos meses, acabó con la madrileña, que deja marido y dos hijos y una historia de superación detrás. "Este combate me parece que ya no lo ganamos", le dijo el lunes a Kike Soria, el hombre en su esquina durante toda su carrera, que acudió a visitarla al hospital de La Paz, donde estaba internada. "Nos estuvimos riendo aún así", recuerda el mánager.
María Jesús Rosa fue cuatro veces campeona de Europa del minimosca (la primera en 2002) y ganó el cinturón mundial de la Womens International Boxing Federation (WIBF) en Alcobendas en noviembre del 2003, derrotando a la estadounidense Terry Moss. La WIBF, con sede en Miami, era la única que otorgaba títulos mundiales femeninos, y todavía lo sigue haciendo. Entonces, las cuatro organizaciones principales (CMB, FIB, AMB y OMB) no habían creado todavía divisiones femeninas.
"Fue una pionera absoluta, la que abrió el camino en una época en la que hacíamos locuras por boxear y hasta la Federación Española nos ponía problemas", explica Soria con cariño hacia una deportista que ahora seguía formando boxeadores amateur en el barrio de El Pilar, su barrio. Rosa fue la segunda española con licencia profesional (la primera fue la barcelonesa Esther Páez) y marcó la senda a otras como Soraya Sánchez, Loli Muñoz y la actual doble campeona mundial Joana Pastrana.
Rosa marcó un hito en septiembre de 2005 en Karlsruhe cuando boxeó, y perdió con mucha polémica por decisión dividida, contra Regina Halmich por el cetro mundial del mosca. "Un combate que vieron 20 millones de personas en Alemania y no se pudo seguir en España", apunta Soria. Fue su única derrota en 20 combates y decidió colgar los guantes. Su cuerpo será trasladado este miércoles a las 09:00 al Tanatorio de Tres Cantos y será incinerada a las 15:00, el boxeo despedirá a su pionera con 12 toques de gong.

martes, 11 de diciembre de 2018

EL WBC ORDENA REVANCHA DEL WILDER VS. FURY


ÁLVARO CARRERA
AS.com

Hace menos de dos semanas que Deontay Wilder y Tyson Fury hicieron combate nulo en Los Ángeles (California, Estados Unidos). La polémica fue clara y la resaca ha sido larga. Desde el primer momento, sobre el ring, los dos púgiles revelaron su intención de deshacer el empate. Ambos han comenzado a calentar la pelea ya, incluso Fury ha pedido que sea en Old Trafford. Mucho ruido para que no se olvide y el acuerde llegue rápido, algo que ha facilitado el Consejo Mundial de Boxeo (WBC, en inglés).
El organismo que regula el título que ambos se jugaron la pasada semana votó, por unanimidad, en su junta de gobernadores, decretar una revancha inmediata. Un hecho que sólo refuerza la posición de Wilder y Fury, ya que deja en un segundo plano al aspirante oficial, Dominic Breazeale, que deberá esperar para volver disputar el título. El presidente del WBC, Mauricio Sulaimán, aseguró que la decisión viene dada por petición popular. "Dieron al boxeo una de las mejores peleas en esta división en mucho tiempo, lo que ha generado una gran demanda de los fans para ver una revancha", apuntó el mexicano.

LOMACHENKO UNIFICA CORONAS ANTE PEDRAZA


ÁLVARO CARRERA
AS.com

Vasyl Lomachenko pasó su mano derecha por su cuello en el undécimo asalto de su combate contra José Pedraza, creía que había terminado con su rival. Acababa de enviar al puertorriqueño por segunda vez al suelo y parecía la definitiva, pero no fue así. El ucraniano unificó los Mundiales WBA y WBO del peso ligero, pero no noqueó. Había anestesiado a sus últimos ocho rivales, pero por primera vez desde 2014 fue a las cartulinas. Agotar los rounds no fue un síntoma de debilidad, ganó con holgura por decisión unánime (119-107, 117-109 y 117-109) y sólo la campana evitó el KO en el penúltimo round. Lomachenko volvió de lesión, notó la inactividad, pero también volvió a maravillar.
El ucraniano boxea a ritmo de diesel y lo mostró de nuevo. Los tres primeros asaltos se dedicó a investigar cual era el camino de la victoria. Lanzando manos, pero sin correr riesgos. En el cuarto habitualmente sube un punto, pero en 2018 sólo ha podido pelear dos veces (la otra en mayo, ante Linares) por lesión y lo notó. Lució un tanto oxidado, una visión para la que no ayudó nada Pedraza, que exhibió una muy buena cintura y movilidad. No era un blanco sencillo, pero fallaba a la hora de atacar. Se esmeraba en quitarse manos, pero contestaba pocas. Ahí Lomachenko le hacía fallar y le contragolpeaba con gran dureza. Acumulando castigo.
Hasta el ecuador de la pelea Lomachenko iba dominando, pero no maravillaba. Se dedicó a trabajar confiado, variar planos y así restó oxígeno a su rival. Poco a poco se fue entonando y desde el décimo asalto fue el Lomachenko al que tiene acostumbrada a al afición. Su mejor punto del combate llegó en el undécimo round. Allí conectó una derecha, lo acompañó de un upper y de otros 35 golpes consecutivos. ¡Una barbaridad! Pedraza acabó cayendo con una mano abajo. Se repuso y replicó en la misma zona, de nuevo a la lona... pero otra vez se puso en pie y la campana le salvó. En el último round ambos decidieron dejarlo pasar, irían a las cartulinas. Lomachenko unificó y demostró que el oficio es una de sus señas de identidad, Pedraza que puede plantar cara a cualquiera. Ambos ganaron, pero sólo Lomachenko reinó.