JESÚS MÍNGUEZ
AS.com
Gabriel Campillo, dos veces campeón del mundo del
semipesado, se baja del ring con 37 años. El 12 de septiembre del año pasado
disputó su último combate profesional, frente a Marcus Browne en Connecticut.
Se saldó con derrota por KO. Y el anterior frente a Artur Beterbier acabó con
el mismo resultado.
Discreto, como durante toda su carrera, el vallecano eligió
un vídeo en las redes sociales para despedirse: "Los aficionados al boxeo
sabéis que mis dos últimos combates han sido derrotas. No hace falta que llegue
una tercera. Hay que ser realista y saber que mi mejor momento ya pasó y no va
a volver".
Campillo se proclamó, contra pronóstico, campeón del
semipesado AMB en 2009 al ganar a Hugo Hernán Garay en Argentina. Lo defendió
luego con Beibut Shumenov en Kazajistán y lo perdió con un robo de libro
—aunque suene manido en el boxeo— frente al mismo rival en su debut en Las
Vegas.
Luego, en un nuevo asalto al Mundial frente al invicto
Tavoris Cloud en Texas los jueces tampoco vieron una victoria que cantaba todo
el mundo. "¿Que me han robado mucho? Sí. Pero tampoco voy a llorar por lo
que no fue. Cumplí todos mis sueños", cuenta sin rencor. "Este es un mundo maravilloso que tiene también una
parte menos maravillosa. Esto es boxeo, no fútbol ni tenis y hay que saber
hasta dónde quieres llegar. Lo más honesto y lo mejor es poner punto final. La
salud debe ser lo primero en la carrera de un boxeador. Los golpes de más los
vas a pagar en el futuro", se despidió un púgil que subió a la cima con
Ricardo Sánchez Atocha y luego fichó con Maravillabox para desarrollar su
carrera.
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