JESÚS MÍNGUEZ
AS.com
El sueño de Kiko Martínez de volver a ser campeón del mundo
se esfumó ante un superclase. Leo Santa Cruz retuvo su cinturón de campeón
mundial del pluma de la AMB
(Asociación Mundial de Boxeo) por KOT en el quinto asalto, cuando una salva de
20 golpes del mexicano que no encontraron respuesta del español obligó a Raúl
Caiz a parar el combate.
El de Torrellano, que deja su récord en 35-7 con 29 años,
tenía todo en contra en el Honda Center de Anaheim (California). Público,
apuestas y, sobre todo, la confianza y la envergadura del Terremoto, campeón
invicto (31-0-1) en tres divisiones diferentes. Kiko, que fue monarca en el
supergallo, sabía que sus posibilidades pasaban por sacar a pasear su
impresionante pegada y por anular a Santa Cruz cortándole la distancia y
desinflando así los golpes que le entraran.
Pero como un flashazo, Santa Cruz le mandó a la lona por dos
veces en el primer round. Una derecha descendente y otra recta hicieron que el
mundo se tambaleara para Kiko, que vivió un infierno para acabar en pie los
tres primeros minutos. Demasiado lastre demasiado pronto.
Todo parecía perdido, y Kiko sacó su alma de guerrero. No
estaba allí para que todo acabara sin mostrar sus cartas. Tomó aire. Dio un
paso al frente. Anuló el jab del Terremoto. Metió su cabeza como un ariete. Se
quitó manos... y un crochet de derecha mandó al piso a Santa Cruz, aunque el
juez no quisiera iniciar la cuenta. El segundo y el tercer asalto fueron para
el español. El sueño volvía a estar delante. Listo para apresarlo.
Fue entonces cuando Santa Cruz, que ahora mira a Carl
Frampton quien ganó su duelo por decisión dividida a Scott Quigg en Manchester,
se marchó inteligente de una distancia corta en la que sólo tenía que perder.
Se separó de Kiko ("esperaba que trabajara más al choque, y me ha roto la
estrategia", reconoció luego el alicantino) y esperó su momento. Desesperó
al español, que tuvo que jugárselo al todo o nada. Y fue nada. A los 2:09 del
5º asalto, el campeón impuso su ley.
Tras las derrotas contra Carl Frampton, Scott Quigg y Leo
Santa Cruz, Kiko Martínez queda ya un escalón por debajo de la élite de las
divisiones del supergallo y el pluma. Pero no lo ha dicho todo en el boxeo.
Tiene capacidad y una pegada innata que le hace diferente. Eso sí, las
oportunidades mundialistas y las buenas bolsas no le llegarán con facilidad. Por
Santa Cruz pasaba su sueño de seguir en lo más alto. Y el mexicano lo rompió.
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