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Los Combates del Siglo comenzaron hace más de 100 años. Los
protagonistas, Jack Johnson, que no podía ser campeón mundial del peso pesado
por ser negro, el campeón Tommy Burns, Jim Jeffries y Jess Willard, las
Esperanzas Blancas.
En 1885, John Sullivan se proclamó primer campeón mundial
del peso pesado. Por la misma época, en otras divisiones aparecieron campeones
negros aceptados sin más problema, pero los pesados eran otra cosa:
simbolizaban la idea de una supremacía racial que en los países que dominaban
el boxeo, el Imperio Británico y los Estados Unidos, era un valor muy
reseñable. Así, los campeones se negaban a medirse a negros con título en
juego.
Pero en 1901, la policía de Galveston interrumpió un combate
ilegal y detuvo a los púgiles: Joe Choynski y Jack Johnson, un hijo de esclavos
de 1,84 de altura y 1,88 de envergadura. El sheriff les propuso entrenar con
público en la cárcel, y Johnson empezó a perfeccionar un estilo que llevaría a
la cátedra a afirmar que ningún campeón sería legítimo hasta que le venciera.
El canadiense Tommy Burns fue el primer campeón que aceptó
pelear contra un negro. El promotor Hugh D. McIntosh montó el combate pagando a
Burns unos exorbitantes 30.000 dólares. Pero no podría ser en los Estados
Unidos: el peligro de conflictos raciales era tan grande que ninguna ciudad
quería acoger el combate. Se hizo en Sidney (Australia). Y el 26 de diciembre
de 1908 los agentes que protegían el ring pararon la pelea cuando Johnson, con
sus habilidades en la finta y en el clinch, tenía a Burns al borde del KO tras
20 asaltos. El racismo, encarnado en el novelista Jack London, reclamó
"una esperanza blanca que borre la sonrisa de la cara del negro
Johnson".
Porque Johnson se reía. Era un divo. Le gustaba la buena
vida y, en gesto que para la época y el país era casi blasfemo, se casó tres
veces, y todas con mujeres blancas. En el Sur se pedía abiertamente su
asesinato. Más moderadamente, también que Jim Jeffries, campeón invicto antes
de Burns, volviera para defender el honor de la raza blanca. En 1909 ya tenía
34 años y llevaba cinco retirado, pero le convencieron 120.000 dólares.
Lo nunca visto
El combate, el 4 de julio de 1910, fue lo nunca visto antes,
y quizá después. Ya en Estados Unidos se eligió Reno (Nevada), por ser una
ciudad pequeña y más manejable en caso de disturbios. En un recinto construido
ex profeso, las sillas de ring alcanzaron 3.000 dólares. Los espectadores
fueron cacheados en busca de armas o alcohol. Johnson era el único negro entre
20.000 blancos furiosos y se temía por él si ganaba.
Y ganó. Jeffries había dicho que no volvía por dinero,
"sino por demostrar que un blanco era siempre mejor que un negro".
Pero un uppercut en el cuarto asalto decidió el combate, aunque duraría algo
más. Su rincón tiró la toalla para evitarle el KO. Reconoció que ni en su mejor
momento hubiera podido con Johnson, y éste que Jim era el mejor rival con el
que se había medido. En efecto hubo disturbios raciales y decenas de muertos.
La película del combate fue prohibida.
Se siguió una segunda vía: una acusacion amañada por
proxenetismo le mandó a prisión. Huyó a Europa, pero el negocio se resentía.
Hacía falta otra pelea con Esperanza Blanca por medio. No podía ser en Estados
Unidos pero se montó en un lugar, en la práctica, americano: La Habana , Cuba.
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