lunes, 6 de mayo de 2013
SILENCIO: BOXEA MAYWEATHER
JOSÉ MANUEL MORENO. "BOXEO VELEÑO".
Ante más de 15.000 privilegiados espectadores, el estadounidense Floyd Mayweather revalidó su condición de campeón del mundo del peso wélter WBC y de número 1 libra por libra del mundo, tras ganar el pasado sábado a su compatriota Robert Guerrero en el MGM Grand Arena de Las Vegas. Salvo unos tímidos gritos en favor de uno y otro en el segundo asalto, los aficionados presentes en la "casa" de Mayweather (boxeó en ese escenario en diez ocasiones) asistieron en un asombroso silencio a la enésima lección magistral del invicto campeón de Grand Rapids. Nadie que va a los combates de "Money" espera cosas como las que puede ofrecer una pelea pongamos entre Brandos Ríos y Mike Alvarado, o Israel Vázquez y Rafael Márquez. No, se mira atentamente durante los doce asaltos que a buen seguro va a durar la pelea, los movimientos, la defensa, las esquivas, las fintas, los contragolpes, las derechas precisas, todo eso y mucho más, del auténtico maestro del boxeo moderno. Es curioso, frente a Mayweather todos los rivales parecen "malos". Y eso que les ofrece hasta su barbilla en una defensa que para otros sería suicida, como hizo el sábado en repetidas ocasiones. A un boxeador "mortal" eso le supondría el nocaut correspondiente, para él solo es un juego para divertir a la afición que aunque casi nunca le muestra un especial ni enfervorizado cariño, sí le demuestra una gran admiración. Guerrero tuvo un momento bueno en el segundo asalto, donde las musas se olvidaron de Mayweather y le hizo más humano. Pero duró poco. Nada. El resto del combate, salvo un par de asaltos y sin mayores consecuencias, fue un constante ir y venir del hombre del calzón amarillo, aquí finto y te dejo con el molde, aquí te aplico dos derechas mortíferas.... y así toda la pelea. Y así desde 1996, podríamos añadir. El octavo asalto puso de manifiesto, como sucedió en otros recientes combates del genio residente en Las Vegas que él no busca el nocaut. Faltando 20 segundos para la finalización del mencionado round, aplicó una derecha terapéutica que afectó a todo el sistema nervioso dell "Fantasma" Guerrero. Este aguantó como pudo y aunque el público por unos segundos pareció olvidar la condición de "Pavarotti" del boxeo de Mayweather, y esperó los golpes del nocaut definiivo, este ni los buscó, acaso por considerarlo inelegante en su forma de concebir el arte de Fistiana. Y así hasta el final. En definitiva, una pelea que no pasará a la historia de las mejores peleas de todos los tiempos, ni siquiera del año en curso, pero sí quedará en las videotecas y en las retinas de los aficionados y expertos como la 44ª lección del "barítono", perdón, boxeador de Michigan. ¿Hará lo mismo con Canelo si se enfrentan? Eso solo lo saben las musas.
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