martes, 30 de abril de 2013

DANNY GARCÍA GANA ANTE UNA RESISTENCIA INESPERADA DE ZAB JUDAH


 JOSÉ MANUEL MORENO. "BOXEO VELEÑO".

El boxeador de Philadelphia Danny "Swift" García revalidó sus dos coronas WBC y WBA del peso superligero el pasado fin de semana tras vencer a los puntos por decisión unánime a su compatriota Zab Judah. La pelea mucho más intensa, más entretenida y más igualada de lo previsto. Si muchos se esperaban un paseo militar de García, de padres puertorriqueños, se quedaron con las ganas, y el causante no fue otro que el viejo campeón Zab Judah. A pesar de la diferencia de edad, 25 por 35, y de la inercia ganadora de García, Judah, todo un perro viejo de los rings, hizo probablemente el mejor combate de los últimos tiempos en su carrera pugilística y puso en serios aprietos al joven campeón. Los dos primeros asaltos ya dieron algunas pistas sobre el desarrollo del combate. Un Judah mucho más agresivo de lo que nos tiene acostumbrado, tomando el centro del cuadrilátero y soltando muchísimos jabs, es decir, peleando a contraestilo de lo que se esperaba de él, todo un experto de la defensa y el contragolpe. No obstante, a partir del cuarto asalto, García puso en liza un arma de destrucción masiva: su mano derecha. Bombazos de todos los colores, que no obstante no lograron tirar a la lona a Judah hasta el octavo asalto, y por un error defensivo, tras soltar una fenomenal izquierda. Ya en el quinto asalto estuvo a punto de ir al piso, estando absolutamente groggy, pero el experimentado árbitro Steve Smoger estuvo demasiado contemplativo, no llegando a realizar ninguna cuenta de protección, a pesar de la evidente inferioridad por momentos del neoyorquino. Tan aturdido estaba el de Brooklyn que tras el paréntesis del descanso se disponía a salir al ring con una toalla encima de su cabeza. Pero los últimos asaltos fueron la constatación de que el Zab Judah del sábado en el Barclays Center de Nueva York era uno radicalmente distinto al que perdió en cinco asaltos ante Amir Khan hace menos de dos años. Los dos boxeadores cortados y de consideración, pegánsose con todo buscando el nocaut. Fue incluso Judah superior a García en unos dos extraordinarios últimos asaltos, que llevaron el delirio a los miles de espectadores que vibraron ante un combate infinitamente mejor que el que quien más quien menos tenía in mente. Los jueces decretaron la victoria justa de García, por 2, 3 y 5 puntos. Las cosas del deporte. Y al final la estampa que define a este noble arte: después de la batalla, los dos abrazados posiblemente hablando ya de una hipotética revancha. ¡Qué grande es el boxeo!

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