sábado, 4 de febrero de 2012

VÁZQUEZ JR. A RECUPERARSE ANTE DONAIRE


DIeGO MORILLA ESPN.com

Cuando Manny Pacquiao irrumpió en la escena mundial allá por los albores de este nuevo siglo, nadie hubiese podido predecir que el actual congresista filipino iba a poder acumular campeonatos en un inédito total de ocho categorías diferentes, rindiendo cada vez mejor en sus nuevas divisiones y luciendo aplastante ante lo mejor que cada una de ellas le podía ofrecer.
Y sería un error dudar que el también filipino Nonito Donaire, quien se presenta este sábado en el Alamodome de San Antonio, Texas, ante Wilfredo Vázquez Jr., pueda emular a su ídolo y compatriota en semejante hazaña, que se creía impracticable hace apenas unos años y que hoy está en camino a repetirse.
Y es que asumiendo que Donaire, considerado ampliamente uno de los cinco mejores púgiles del mundo libra por libra, se imponga a Vázquez en este compromiso en las 122libras, el nativo de Talibón residiendo actualmente en la californiana localidad de San Leandro estará adjudicándose un campeonato en su cuarta división consecutiva. Y todo indica que no tendrá problemas en lograr al menos dos más en el futuro si es que logra seguir acumulando peso sin perder velocidad ni pegada y termina compitiendo en el peso pluma o hasta ligero junior en el futuro.
"Hemos estado trabajando muy duro, y yo he estado guanteando con tipos mucho más grandes, para poder acostumbrarme a tener cuerpos más grandes frente a mí" afirma Donaire (27-1, 18 KOs), durante un alto en su entrenamiento para este importante compromiso que marcará otro hito en su carrera. "Me siento realmente fuerte en esta división. No tengo que cortar el peso, estoy en alrededor de 126 libras ahora mismo y me siento muy bien. Ya veremos cómo va todo".
“Cuando yo salgo a pelear con alguien en una pelea de campeonato, espero cualquier cosa de cualquiera, y estamos esperando de todo de parte de él. Esperamos una pelea muy dura, y también esperamos un desafío difícil, pero estamos listos para todo eso.
” -- Nonito Donaire sobre su pelea ante Wilfredo Vázquez Jr.
Es generalmente inusual es que un boxeador debute en una nueva división con un título en juego ante un campeón como Vázquez Jr, un púgil probado que viene de una tremenda batalla ante un auténtico guerrero como Jorge Arce. En aquella ocasión, el rincón de Vázquez terminó por tirar la toalla ante lo que parecía ser una inminente derrota aún más aplastante del por entonces campeón e hijo del ex triple monarca homónimo.
En aquel combate, Vázquez Jr. (21-1-1, 18 KOs), de 29 años y oriundo de Bayamón, Puerto Rico, supo contrarrestar el ataque continuo de Arce tomando la iniciativa y moviéndose muy bien por el cuadrilátero, pero los golpes de Arce y el cansancio natural de un plan tan desgastante pudieron más que toda su buena táctica. Seguramente esa movilidad termine siendo el arma principal de Vázquez ante Donaire, un boxeador con una pegada digna de púgiles más pesados y una puntería impecable, pero que depende de tener a su rival frente a sí para poder ejecutar su mejor boxeo.
En su combate anterior, Donaire se las vio negras ante un Omar Narváez que, a pesar de evitar claramente el cuerpo a cuerpo durante todo el pleito, lo hizo lucir letárgico al filipino con su constante movimiento sobre el ring. Culpar a Narváez por no querer meterse en el mano a mano resulta conveniente desde el punto de vista del espectáculo, pero infantil desde el punto de vista deportivo. Después de todo, el boxeo es el arte de pegar sin que le peguen a uno, y aunque el argentino puso todas sus fichas en evitar los golpes y se olvidó completamente de montar algún tipo de ataque, la noción de que un púgil deba prestarse a la guerra en corto rango solamente por favorecer el espectáculo (o peor aún, favorecer el estilo de un peleador en particular) no es muy seria. A lo sumo, Donaire podría haber abandonado su manía de no estudiar nunca a sus rivales, y haber visto algún video para enterarse de las manías del argentino y su extremadamente incómodo estilo.
Finalmente, esa irresponsable manera de encarar el combate le valió a Donaire una actuación mezquina y poco atractiva, acentuada por el momento acontecido en el 10mo round en el cual un Donaire frustrado y ya sin recursos para acorralar a Narváez se dedicó a saltar y bailotear alrededor de su retador tratando de llevarlo hacia un rincón como si se tratase de una oveja descarriada o un novillo en camino al matadero. Nada de eso ocurrió. Donaire no logró su objetivo, Narváez sobrevivió el intento de arrinconamiento para aburrirnos a muerte durante otros dos interminables rounds, y ambos púgiles salieron perdiendo en un choque que aportó muy poco mérito a la carrera de los dos.
Pero esta vez, el encuentro amenaza con ser diferente. Vázquez no se quedará plantado ante Donaire, pero seguramente tratará de montar algún tipo de ataque, sometiéndose al letal contragolpe del filipino. Y por más que corra, no logrará ni deseará hacerlo durante 12 asaltos, por lo cual el mano a mano acudirá a la cita, y veremos algunos pasajes explosivos antes de que el mayor poder de pegada del filipino (un púgil que llega a pesar casi 150 libras en sus descansos entre peleas, y que subirá al ring pesando cerca de 130 libras en la noche del combate) se impondrá para darle una victoria resonante y otro título en una colección que amenaza con seguir creciendo con el paso del tiempo.
"Cuando yo salgo a pelear con alguien en una pelea de campeonato, espero cualquier cosa de cualquiera, y estamos esperando de todo de parte de él", dijo Donaire sobre su rival de este sábado. "Esperamos una pelea muy dura, y también esperamos un desafío difícil, pero estamos listos para todo eso".
Solo resta ver qué tan listo está Vázquez para lo que seguramente será el mayor desafío de su carrera, y esperar que Donaire tenga la chance de demostrar por qué es uno de los peleadores que más interés concitan en el mundo del pugilismo de cara al futuro.

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