sábado, 4 de febrero de 2012

DOS HOMBRES Y UN DESTINO



DIEGO MORILLA ESPN.com

No es buena práctica culinaria dejar que el aperitivo supere en sabor y sustancia al plato principal. Pero si el placer final lo justifica, no hay razón para quejarse.
Quizás estemos en esa situación este próximo sábado, cuando el mexicano Julio César Chávez Jr. exponga su título mundial mediano CMB ante su compatriota Marco Antonio Rubio en el Alamodome de San Antonio, Texas, en un choque que, por muy esperado que haya sido, es visto como mero preámbulo de combates de mayor envergadura.
Y es que Chávez Jr. (44-0-1, 31 KOs), monarca actual de las 160 libras e hijo del legendario ex campeón homónimo oriundo de Culiacán, ya adeuda hace tiempo una defensa ante un rival de alto calibre, y la percepción general es que ese rival es el argentino Sergio Maravilla Martínez, campeón linear de peso mediano despojado de manera sospechosa de su corona ganada legítimamente (y hoy en manos de Chávez), y quizás el también mexicano Saúl Canelo Álvarez, en lo que sería uno de los encuentros más esperados del boxeo en la actualidad. Y hay también otros choques posibles que pondrían sobre la mesa un buffet de intensos aromas y sabores aptos para complacer al paladar más exigente.
"Sí, bueno, está Felix Sturm, está Dmitryi Pirog, que retó a Martínez y que él no aceptó pelear, está el de la AMB que es otro ruso (N.E.: Gennady Golovkin), y todos son campeones fuertes, duros, jóvenes", concuerda Chávez, durante una reciente entrevista telefónica. "Yo creo que también son peleas que me darían mucha credibilidad, pero vamos a esperar".
“ Este desafío ante Rubio es uno de los más difíciles de mi carrera, pero estoy seguro que estoy listo para enfrentarlo y superarlo. ” -- Julio César Chávez Jr. sobre su pelea del sábado ante Marco Antonio Rubio.

Y esperar es una buena idea. Porque esa posibilidad de acceder a todos esos probables banquetes futuros nos está quizás desviando la atención ante la suculenta cena que se nos ofrece en este combate del sábado, en el que Rubio tratará de continuar su reciente racha ganadora (acentuada por su sólido triunfo ante el invicto canadiense David Lemieux en abril pasado) y de paso agenciarse su primer título mundial en un desafío que, por empinado que parezca, luce más que transitable para el nativo de Torreón.
"Desde que me inicié mi carrera profesional mi objetivo fue ganar un campeonato mundial, ahora que lo he logrado quiere ser un gran campeón y sé que mi responsabilidad ha crecido aún más con el pueblo mexicano", dijo Chávez Jr.
En principio, el interrogante principal será ver quién toma la iniciativa del pleito, algo que en un choque de título mundial le corresponde, por definición, al retador. Solo que en este caso es probable que Rubio se apegue a su táctica de comienzo lento y poco activo y permita que Chávez Jr. imponga su mejor tasa de conexión y su mayor pegada desde el inicio hasta pasada la mitad del combate, donde seguramente será más complicado para Rubio acumular los puntos necesarios para lograr alzarse con el campeonato.
"Este desafío ante Rubio es uno de los más difíciles de mi carrera, pero estoy seguro que estoy listo para enfrentarlo y superarlo", dijo Chávez Jr.
Pero la principal preocupación de Rubio (53-5-1, 45 KOs) debería ser, en realidad, el hecho de que aún en sus mejores momentos siempre parece quedarse corto en el tramo decisivo de sus combates de mayor relieve, y Chávez será probablemente su rival más complicado hasta la fecha en ese aspecto. Porque el joven campeón podrá ser conocido por su poca puntería y sus ocasionales lagunas en su desempeño sobre el ring, pero Rubio tiene un ritmo de pelea que, por sólido que sea, siempre está un paso más abajo del de sus rivales de mayor valía. Eso quedó en claro en su choque ante Lemieux, donde a pesar de imponerse en el séptimo asalto con un sonoro nocaut, fue dominado sin pausa por el joven prospecto canadiense desde el mismo primer round hasta el final anticipado del pleito. Y no hay nada que indique que Chávez no pueda lograr lo mismo durante todo el transcurso del combate entre ambos.
"Esta es la oportunidad que buscado por mucho tiempo y estoy seguro que finalmente realizaré mi sueño de ser campeón mundial", dijo Rubio.
“ Esta es la oportunidad que buscado por mucho tiempo y estoy seguro que finalmente realizaré mi sueño de ser campeón mundial. ” -- Marco Antonio Rubio sobre lo que espera ante Julio César Chávez Jr.

Veamos. Las características principales de Rubio incluyen la estámina, el buen aguante, y la capacidad de explotar en cualquier momento de la pelea con buenas combinaciones de manos. Su más notable debilidad es su lento arranque, siendo un boxeador al que le cuesta ponerse en movimiento y espera hasta pasada la mitad del combate para soltar combinaciones. En ese escenario, podemos ver a Chávez Jr. desarrollando su buen dominio de los espacios del ring (una de las pocas cosas que heredó claramente de su padre, un maestro a la hora de cortar caminos en el cuadrilátero) y haciendo uso de su excelente trabajo al cuerpo para desgastar a Rubio desde el comienzo. El desprolijo y poco efectivo jab de Junior es una de sus desventajas más notorias, y ahí radica también otra chance de penetración por parte de Rubio, que deberá subir su tasa de lanzamiento y conexión de golpes si es que desea anotar con frecuencia desde la distancia.
Este es otro punto notable en este desafío. Siendo Rubio un boxeador de movilidad limitada, el manejo de las distancias es esencial para él si es que quiere dejar a Chávez lanzando puños al aire y aprovechar las amplias ventajas que da Junior cuando se lanza al ataque. La variable más importante del estilo de Rubio es el contragolpe, algo que explota solo ocasionalmente pero con bastante efectividad, y si logra darle continuidad ante los envíos errados de Junior probablemente esté haciendo su mejor apuesta en esta carrera hacia el título.
"Vamos a corregir todos los errores que hemos hecho a la largo de mi carrera profesional y esta vez me voy ha convertir en campeón mundial", dijo Rubio.

Siendo ambos peleadores conocidos por su buen aguante, la probabilidad de un nocaut debería ser casi descartada, pero si alguien tiene oportunidad de alcanzarlo es Chávez, gracias a su mortífero gancho y cruzado de izquierda y a su letal gancho al hígado, una verdadera tradición familiar que Junior se ha propuesto continuar y transformar en bandera de su propio estilo personal. Si esa zurda encuentra su objetivo en la humanidad de Rubio con suficiente constancia, es muy probable que no lleguemos a oír el último campanazo de este pleito.
Y aún con un record respetable que incluye 46 nocauts en 53 triunfos, una posible victoria antes del límite a favor de Rubio no preocupa a nadie, especialmente a Chávez. "Bueno, realmente me da risa. Para mí no significa nada lo que él hable o las declaraciones que él diga", comentó Junior, en respuesta a la preocupación de Rubio por definir el combate antes del límite para asegurarse una victoria que, según él imagina (y con razones valederas), los jueces no le otorgarán así porque sí. "Yo simplemente estoy enfocado en mi preparación, y creo que voy a demostrar arriba del ring, con hechos y no con palabras, lo que quiero demostrar".
Es muy probable que a Chávez le lleve más de un combate demostrar eso que ansía probar ante sus muchos detractores. Pero una victoria ante Rubio sería un gran paso para comenzar a desandar la gran distancia que lo separa aún de los logros de su padre, la vara con la que siempre será medido mientras transite los cuadriláteros del mundo.
Falta ver ahora quién se come el plato principal, quién se atraganta con el aperitivo, o quién se guarda espacio para liquidar la noche con un tremendo postre. Sea cual sea el resultado final (y sin descartar la posibilidad de una indigestión generalizada), la mesa está servida para ver un combate que seguramente no alcanzará el vuelo que tendrían los demás combates posibles, pero que claramente se perfila como mucho más interesante que lo que muchos analistas están dispuestos a admitir.

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