viernes, 22 de abril de 2011

EL VÍCTOR QUE TODOS QUERÍAN


DAN RAFAEL ESPN.com

Antes de que Víctor Ortiz se desintegrara en el sexto round y abandonara contra Marcos Maidana (luego se se desintegraría nuevamente en la entrevista de HBO posterior a la pelea) en junio de 2009, la máquina de promoción de Golden Boy Promotions estaba en plena explosión para Ortiz.
Él estaba siendo comparado con el jefe de la compañía Oscar De La Hoya, que había tomado al joven Ortiz bajo su ala. Ortiz iba a ser el próximo Oscar, el mismo Oscar decía.
De La Hoya estaba diciendo a todos que era lo que imaginaba. Ortiz era un luchador con muchas expectativas (yo lo elegí como prospecto del año 2008 para ESPN.com), cuyo recurso comercial era evidente. Además de su talento y su estilo de agradar a todos los gustos, se veía muy bien, una amplia sonrisa, una personalidad entrañable y una historia personal inspiradora: Esencialmente, él se crió a sí mismo y a su hermano después de que sus padres los abandonaran. Ah, y que es bilingüe. Tenía todo lo que uno podría desear en una futura estrella de PPV.
Pero después de la derrota contra Maidana, parecía que todo ese potencial se estaba evaporando. ¿Tal vez nunca llegaría al nivel de la élite después de todo?
Pero con un poco de madurez y gran voluntad, Ortiz, con apenas 24 años de edad, cambió muchas mentes de parecer cuando venció a Andre Berto para reclamar el cinturón de peso welter el sábado pasado, en una fuerte pelea a candidata del año, que vio a ambos peleadores ser derribados dos veces.
Al llegar al podio después de la pelea para discutir lo que había sucedido, la sonrisa en su rostro era tan grande que parecía que nunca se iba a borrar. Él había enterrado a los demonios de la pelea contra Maidana.
"La gente puede decir lo que quieran", dijo mientras lucía su nuevo cinturón. "Yo soy el tipo que tiene miedo, que no tiene valor, que no tiene cojones. Bueno, vean nomás: Soy el campeón mundial de peso welter".
Ortiz pensó de nuevo en la pelea contra Maidana.
"Ese es mi pasado, fue una experiencia de aprendizaje. Lo tomo como lo que es", dijo. "Fui a la guerra. La gente dice que me di por vencido. No me di por vencido. La pelea fue detenida a mi pedido. La vida sigue y me desperté al otro día, y miren lo que pasó".
Fue entonces cuando levantó su nuevo cinturón para mostrarlo al mundo.
Pocas horas después de la conferencia de prensa posterior a la pelea en el Foxwoods Resort en Mashantucket, Connecticut, me encontré con Ortiz y algunos de sus amigos en el lobby del hotel. Estaba abrazando a todos y posando para las fotos. Y, sí, había cambiado de ropa, pero todavía llevaba puesto su nuevo cinturón de campeón.
Con esa performance, Ortiz borró un montón de dudas y se embarcó en un gran negocio. La reacción a la pelea fue muy positiva. HBO informó que atrajo a 1,5 millones de espectadores para la transmisión en vivo, por lo que es la pelea de HBO más vista desde el triunfo de Miguel Cotto contra Yuri Foreman en el Yankee Stadium en junio de 2010, que atrajo a 1,6 millones de espectadores.
Cuando las actuaciones de Ortiz y Berto resultaron en una pelea tan cautivante, sus acciones subieron. Ortiz, sin embargo -- que ya había sido una buena atracción en la Costa Oeste -- debiera ser capaz de generar mucho dinero de ahora en adelante.
De La Hoya sin duda estaba orgulloso de Ortiz, especialmente a la luz de las comparaciones que había hecho una vez entre ellos.
"La mejor parte de la pelea fue cuando me dijo, 'cometí un montón de errores', me dijo De la Hoya. "Eso es la mejor que puedes hacer, porque quiere decir que sabe que tiene que volver al gimnasio y aprender más. Se siente fuerte y explosivo y tiene la actitud correcta. Quiere pelear contra los mejores. Él está hablando de los Pacquiao, los Mayweather. Está hablando de unificar títulos. Nos sentaremos con él y veremos qué pasa, pero quiere meterse de lleno. Este es el Víctor que todos sabíamos que teníamos".
De La Hoya no estuvo en la pelea -- estaba en Inglaterra en otro combate importante de Golden Boy, la defensa titular del título welter junior de Amir Kahn contra Paul McCloskey -- pero dijo que la ha visto varias veces en video. La comparó con su propia defensa espectacular del título de peso welter contra Ike Quartey en 1999, en la que ambos boxeadores fueron derribados.
"La emoción que vi en la pelea de Víctor con Berto, la comparé con mi pelea con Quartey", dijo. "Yo estaba dando y Quartesy también. La pelea de Víctor fue más emocionante, pero la determinación que ambos teníamos, la mirada en los ojos cuando fuimos derribados, me hizo acordar del viejo yo".
El presidente de Golden Boy, Richard Schaefer, me dijo esta semana que espera el regreso de Ortiz para septiembre. No hay rival todavía, pero Ortiz no debiera tener problemas para atraer a alguien interesante. Tiene una defensa obligatoria pendiente contra Selcuk Aydin de Turquía, que quiere la pelea. Como un regreso a HBO para Ortiz, esa no es una mala pelea en absoluto.
Aunque la pelea parece poco probable, Schaefer también dio el nombre de Floyd Mayweather Jr., el semi-retirado ex campeón, que de hecho estuvo presente en primera fila la noche del sábado.
Schaefer, quien ha promovido las últimas peleas de Mayweather, marcó algunos buenos puntos cuando se discutió el potencial de esa pelea en el caso de que una pelea entre Mayweather y Manny Pacquiao siga sin realizarse.
"¿Es Mayweather un mejor boxeador que Víctor? Sí", dijo Schaefer. "¿Pero es Víctor más joven, fuerte y grande que Mayweather? Sí. ¿Puede herir a Mayweather? Sí. Mayweather es el mejor libra por libra, ahí mismo con Pacquiao, pero no ha peleado por un año. Creo que mucha gente le daría la oportunidad a Víctor".
Estoy de acuerdo con Schaefer, que es probablemente una de las razones por las que Mayweather no tomaría la pelea. Pero nunca se sabe.
Ortiz, por supuesto, quiere una pelea grande y es difícil culparlo. Él no está ganando millones por sus peleas -- todavía.
"Hay un montón de grandes boxeadores en las 147", dijo Ortiz. "Estoy completamente realizado en la división de 140. Me voy a tomar unas vacaciones y luego voy a apostar por los grandes nombres. Yo no gano mucho. ¿Por qué no apuntar a los grandes?".

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