viernes, 12 de noviembre de 2010
MUCHO EN JUEGO PARA MANNY
DAN RAFAEL ESPN.com
Manny Pacquiao, el rey de la libra-por-libra, y el polémico Antonio Margarito pelearán por intereses diferentes. Uno, por la historia. El otro, por la redención.
Pacquiao tenía esperanzas de entrar en el ring con Floyd Mayweather Jr. haciendo defensa de su título del peso welter, pero Mayweather se negó a pelear con él y en este momento está, como él dice, "de vacaciones", mientras que prepara su defensa de una serie de acusaciones penales derivadas de una supuesta disputa domestica en septiembre.
Por lo que mientras que la próxima pelea de Mayweather será en la sala de un tribunal, Pacquiao ha seguido adelante con su carrera. Subirá de peso una vez más en búsqueda de un cinturón vacante en el peso mediano junior cuando él y Margarito se enfrenten el sábado por la noche (HBO PPV, 9 ET, $ 54.95) en el Cowboys Stadium de Arlington, frente a una multitud que podría llegar a unas 70,000 personas, el promotor de Top Rank, Bob Arum, dijo en la conferencia de prensa final del miércoles. Eso sería un récord para una pelea en un lugar cerrado en los Estados Unidos.
Si Pacquiao gana, podría reclamar un título en su octava categoría -- un récord que sigue desafiando y que, incluso en esta era de proliferación de títulos, es algo llamativo.
"Sería un octavo título, nadie lo ha hecho, pero Manny Pacquiao es un tipo de atleta diferente", dijo Arum, quien también promociona a Margarito. "Es una persona muy especial, de modo que sus logros, en realidad, no deberían sorprender a nadie".
Mientras que Margarito, un dos veces ex campeón del peso welter también buscará ganar el cinturón vacante de peso mediano junior, pero lo hará por su redención tras el escándalo de los vendajes tan publicitado cuando intentó entrar en el ring con vendas cargadas de una sustancia prohibida en su pelea por el título del peso welter con Shane Mosley en Los Angeles, en enero del 2009.
Margarito perdió su licencia y su reputación, alguna vez sólida, se desvaneció en la nada. No pudo pelear en los Estados Unidos durante un largo período y después de que California rechazó su pedido de licencia, los reguladores de Texas se la otorgaron en septiembre. Fue una movida controvertida, pero una que cimentó el camino para su pelea con Pacquiao, que se hará en un peso contractual de 150 libras, aunque el límite del peso mediano Jr. es de 154 libras.
"Antonio sabe que necesita ganar. Tiene la esperanza de poder redimirse con una victoria", dijo Sergio Díaz, co-manager de Margarito. "Pero al mismo tiempo dice que en realidad no creo que vaya a poder recuperar el crédito que tenía antes [del escándalo]. Piensa que si gana habrá gente que dirá: 'Bueno, tuvo suerte. Tal vez fue el peso, y Manny es demasiado pequeño y Margarito es demasiado grande'. Yo siento, y él siente, que llevará este escándalo a cuestas durante el resto de su vida.
Pero sí creo que va a disminuir y escucharemos hablar de eso aquí y allá, y cada vez que pelee es un tema sobre el que siempre van a escribir y hablar. Va a estar siempre en el candelero. Es difícil aceptarlo, pero es así".
Así, mientras que Margarito tiene como objetivo resucitar su reputación de la mejor manera posible, Pacquiao va por más historia.
Desde el peso mosca hasta el peso welter, donde actualmente tiene un título alfabeto, Pacquiao ha arrasado con las divisiones de peso como nadie en la historia del boxeo. Estableció el récord con títulos en siete divisiones cuando noqueó a Miguel Cotto en la ronda 12, en noviembre pasado, para ganar el cinturón del peso welter.
Después de una defensa, en la que su oponente, Joshua Clottey, prácticamente no sumó en las tarjetas en el Cowboys Stadium de $1.2 miles de millones de Jerry Jones, en marzo, Pacquiao subirá de peso una vez más para luchar por el cinturón que quedó vacante a principios de este año por Sergio Martínez, quien siguió para ganar el campeonato del peso mediano.
Pacquiao nunca se ha jactado de su racha de títulos. En cambio, se ha mantenido humilde ante sus logros y la posibilidad de sumar otro cinturón.
El ícono filipino -- que fue elegido para integrar el Congreso en su país de origen a principios de este año -- mostró poca emoción cuando se le preguntó sobre las posibilidades de reclamar otro título.
"Es por eso que estoy haciendo mi mejor esfuerzo en los entrenamientos", dijo Pacquiao. "Este va a ser otro récord en el boxeo y tengo que estar en condiciones de ganar. Consideramos que esta pelea será muy importante en mi carrera".
"Todas las personas que lo rodean lo han convertido en un gran logro, pero Manny no", dijo Arum. "[El entrenador] Freddie [Roach] está entusiasmado. [El asesor] Michael Koncz está emocionado. Todos los muchachos que lo rodean están entusiasmados. Manny ni siquiera lo menciona, excepto cuando le hacen una pregunta al respecto".
Arum sabe una cosa o dos acerca de los combatientes que suben de peso para ganar títulos en varias divisiones. Además de promocionar a Pacquiao, promocionó a Oscar De La Hoya la mayor parte de su carrera, durante la cual ganó cinturones en seis divisiones de peso antes de que Pacquiao lo obligara al retiro.
Arum también promocionó boxeadores como Sugar Ray Leonard, Thomas Hearns y Alexis Arguello, quienes ganaron los títulos en varias divisiones.
No se sorprenderá si Pacquiao suma un titulo en su octava división.
"¿Quién creería que después de la primera pelea con Erik Morales [última derrota de Pacquiao en el 2005] iba a estar aquí a punto de hacer este tipo de pelea y siendo un miembro del Congreso de las Filipinas", dijo Arum. "¿Quién iba a creer que iba a venir a Nevada [en una aparición de último minuto en la campaña] y ayudar a ganar una elección [a Harry Reid] por la mayoría del Senado de los Estados Unidos? Si hubiese dicho cosas como esas antes de que realmente sucedieran, todos hubiesen dicho que eran típicas habladurías de Arum. Así que nada de lo que haga me sorprenderá, incluso si gana su octavo título".
Roach, entrenador de Pacquiao desde hace mucho tiempo, no tiene ningún problema en alardear sobre el boxeador con el que trabaja desde el 2001 y al que ayudó a ganar seis de sus títulos.
"Convengamos que Manny es un fenómeno", dijo Roach. "No vamos a ver otro Manny Pacquiao en nuestras vidas. Es de esos boxeadores que aparece una vez en la vida. Obtener cuatro títulos mundiales es un gran logro. Ocho es algo inhumano. Él me sigue asombrando".
Roach era un entrenador conocido mucho antes de que Pacquiao entrara en su gimnasio de Hollywood, California, por primera vez. Pero con Pacquiao como su estudiante estrella, Roach alcanzó un nuevo nivel de popularidad.
Así que, por supuesto está entusiasmado con la oportunidad de ser parte de un octavo título.
"Me siento muy bien al respecto", dijo Roach. "Es un récord que se mantendrá por mucho, mucho tiempo. Él está en los libros de historia y ha cambiado mi vida. Tener a Manny en mi vida me ha hecho mejor persona y me dio una mejor vida. Un día entra en mi gimnasio como un boxeador de 122 libras. Rompe la nariz de [Lehlo] Ledwaba en la primera ronda y lo noquea [en el sexto asalto]. El resto es historia. ¿Quién habría pensado que estaríamos apuntando al octavo título?".
Margarito se contenta de estar recibiendo la oportunidad de hacer una pelea importante, una por la que va a ganar por lo menos 3 millones, una cifra que probablemente se duplique si le va bien en venta PPV.
Sostuvo todo el tiempo que fue su ex entrenador, Javier Capetillo, quien colocó los rellenos ilegales en las envolturas de sus manos, que fueron descubiertos en los momentos antes de entrar al ring de la pelea que terminó en una derrota por nocaut ante Mosley.
Después de cumplir su revocación de licencia de un año, Margarito tuvo una pelea en México en mayo bajo la dirección del nuevo entrenador, Robert García, un ex campeón de peso ligero junior. Margarito no se mostró particularmente en buen estado después de un largo descanso en la victoria ante el poco conocido, Roberto García (ninguna relación con su entrenador).
Luego vino la batalla para obtener una licencia. Nevada tomó su solicitud y le dijo que fuera a California primero. California se negó. Por último, Texas le dio una.
"Trato de no detenerme en lo negativo", dijo Margarito. "Sé que la gente se hará preguntas. Tengo que responder a esas preguntas y no tengo ningún problema con eso. Para mí, en lo único que me estoy concentrando es en esta pelea. Sé que me van a hacer preguntas, pero tengo que concentrarme en la pelea. Todo quedó en el pasado y no puedo esperar a que llegue [el sábado].
"Agradezco a Dios por tener esta oportunidad. Por supuesto, Bob Arum, ha estado detrás de mí todo el tiempo y también le doy las gracias. Sé que es una gran oportunidad y la voy a aprovechar. Sé lo difícil que fue concretar la pelea y estoy muy contento de que finalmente haya llegado el momento".
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