sábado, 1 de mayo de 2010
"Fantasma" Guerrero regresó con todo
Diego Morilla
El dos veces campeón Robert Guerrero (26-1-1, 18 KOs ), de Gilroy, California, se impuso con facilidad por la vía rápida en ocho asaltos ante Roberto Arrieta ( ) oriundo de Santa Rosa, Argentina, en una pelea pautada a 10 asaltos en el peso ligero en el Tropicana Hotel de esta ciudad.
Regresando tras una pausa en su carrera en la que acompañó a su esposa en una dura batalla contra la leucemia, Guerrero se plantó desde el principio como el agresor en el combate, adueñándose del centro del ring con duras manos al cuerpo y certeros uppercuts. Ya en el segundo, una violenta volea de Guerrero envió a Arrieta de espaldas hacia un rincón neutral, desde donde se levantó con rapidez para recibir una cuenta de protección. Arrieta respondió tratando de mezclarse en ocasionales intercambios en corto, con resultados no muy alentadores.
Ya en el tercero, la pelea se planteó en los planos más cercanos, con menos movilidad pero con varios intercambios interesantes, logrando Arrieta conectar con manos duras a los planos altos pero en menor proporción a Guerrero, quien lo conectó a mediados del asalto con una izquierda en punta muy dura mientras Arrieta retrocedía y lo envió nuevamente a las lonas. El cuarto asalto mostró un dominio mayor del zurdo Guerrero con su potente jab de derecha como arma principal, encontrando el rostro de Arrieta con demasiada facilidad y comenzando a dejar su huella en el rostro del argentino. Solamente la excelente defensa de Arrieta, con excelentes fintas y algo de agresión en retroceso, lo salvaron de un mayor castigo.
En el quinto round hizo su aparición el gancho de derecha del californiano, que se animó a soltar sus manos sabiendo ya que la acumulación de castigo sobre Arrieta estaba comenzando a notarse, y que sería una cuestión de tiempo antes de que pudiera rematarlo. Sin dejarse amilanar, Arrieta no se refugió en una defensa cerrada ni le rehuyó al combate, contragolpeando con fuerza y decisión pero con escaso éxito.
El sexto asalto, que a juzgar por lo visto en los tres primeros rounds parecía que no llegaría nunca a realizarse, tuvo un comienzo violento con varios intercambios furiosos en el primer tercio. Arrieta supo esperar el descuido de su rival, y a pesar de un par de golpes ilegales de Guerrero no perdió la calma y lo conectó con una potente derecha en corto. Una monstruosa izquierda en punta encontró el rostro de Arrieta hacia el final del asalto, y otra más lo puso en problemas segundos después. Arrieta aguantaba el vendaval sin rendirse, y Guerrero no encontraba la receta para lidiar con la dureza de su oponente. La ambición de Guerrero de exhibirse con un nocaut ante los numerosos miembros de la prensa presentes (todos ellos observando el combate como plato previo a la gran cartelera del día siguiente en el hotel de la vereda de enfrente) se chocaba con un muro que se negaba a caer derribado.
En el séptimo, el planteo siguió siendo el mismo, con Guerrero proponiendo y Arrieta respondiendo sin mayores resultados pero sin ceder terreno tampoco. El buen dominio de los espacios del ring y su buen caminar por sobre el ensogado, siempre a contrapelo de los golpes de Guerrero, era lo único que salvaba a Arrieta de una paliza aún mayor. Arrieta nunca le ofreció un objetivo fijo a su ambicioso rival, que no paraba de buscar el elusivo golpe definitorio.
Y ese golpe llegaría sorpresivamente apenas iniciado el octavo asalto, cuando Guerrero derribó a Arrieta de manera apabullante con una durísima izquierda por sobre su defensa. Arrieta se puso de pie de inmediato pero sus piernas no mostraban resistencia y sus ojos se mostraban perdidos. El réferi Jay Nady dudó por un momento y luego se abstuvo de detener el pleito ahí mismo, a pesar de que la situación lo ameritaba. Tras una seguidilla de un par de manos más, Arrieta se abalanzó sobre Guerrero para aferrarse a su cuerpo y no caer, pero el intento fue en vano. El árbitro los separó y de inmediato decretó el final del pleito ante la ligera y desapasionada protesta de Arrieta, que regresa a su Argentina natal habiendo hecho un trabajo respetable, parcialmente gracias al excelente trabajo de su esquina, compuesta por Oscar Chololo Larios y Edison Reynoso, entrenadores del juvenil prospecto mexicano Saúl Canelo Álvarez.
"Me sentí muy bien. Quise lograr varios rounds de pelea, trabajé bien mi jab y lo pude noquear", dijo Guerrero tras su victoria, la 18va de su carrera por la vía rápida. "Creo que hice una gran declaración de poder en las 135 libras, y ahora quiero al ganador de la pelea entre Márquez y Díaz", afirmó, en relación a la revancha de la pelea del año 2009 que será anunciada formalmente en conferencia de prensa el día de mañana como parte de los eventos de prensa de la pelea entre Mosley y Mayweather.
Consultado sobre el impacto de esta victoria en su estado de ánimo en el momento tan particular que está pasando en su vida personal, Guerrero dijo que lo suyo no es nada comparado con lo que atraviesa su esposa. "Esto significa mucho para mí", afirmó un emocionado Guerrero, "porque la pelea de Casey es por su vida. Yo solamente salí y me divertí un rato".
El resto de la cartelera produjo los siguientes resultados:
En el segundo combate de su prometedora carrera, el ex estelar boxeador amateur angelino Frankie Gómez (2-0, 2 KO) envió una reconfortante señal de confianza a su empresa Golden Boy Promotions, que lo ha firmado recientemente y ha prometido transformarlo en el próximo niño mimado del boxeo mexico-americano. Una fuerte izquierda envió a su atribulado rival Ricardo Malfavón de bruces a las lonas a mediados del segundo asalto, y el resto fue cuestión de tiempo. Gómez arremetió con furia sobre su oponente y forzó casi de inmediato la detención del pleito por parte del árbitro Russel Mora. Gómez es una gran promesa que probablemente deberá combatir en un peso menor al que acusó esta noche (140 libras) si es que quiere tener algo de éxito con su escasa altura y su voluminoso marco físico.
El invicto local Toddy Junior (2-0-1 ) empató con René Torres (1-0-1 ), oriundo de Los Ángeles, en un combate a cuatro asaltos en el peso ligero junior. Una tarjeta favoreció por dos puntos a Torres y las otras dos marcaron empate en 38 puntos por lado.
Abner Cotto (Caguas, Puerto Rico, 7-0, 4 KO), primo de los notables púgiles boricuas Miguel y José Miguel Cotto, venció por decisión unánime al californiano Juan Sandoval (1-3, 1 KO) con tarjetas de 40-36 (tres veces) en el combate inicial de la velada en la categoría de peso ligero.
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