martes, 20 de abril de 2010

EL ALCOHOL Y LAS DROGAS NOQUEARON A EDWIN VALERO


Juan Aguilarte Rosales

El 19 de abril tiene un matiz histórico para Venezuela. El mismo día en 1810 se proclamó la independencia de la tierra de Simón Bolívar, una fecha que seguirá siendo memorable, pero que ahora en adelante, también será recordada por el trágico final que decidió tener Edwin Valero.
El pugilista que se caracterizaba por derrumbar a sus rivales en el ring, haciendo gala de la potencia de sus golpes, no supo controlar su instinto aniquilador. En menos de 24 horas sus demonios fueron más que su familia, terminó con su carrera boxística, asesinó a su esposa y le puso fin al combate más complicado (alcohol y drogas) quitándose la vida.
Las últimas declaraciones de Valero no tuvieron nada que ver con el boxeo, los nocauts, las aspiraciones de medirse a Manny Pacquiao y continuar la historia de monarca. Fueron para describir los hechos relacionados con la muerte de su esposa Jennifer Carolina Viera, una mujer que vivió en carne propia la verdadera furia de quien fuera su esposo.
En lugar de levantar sus manos en señal de imbatibilidad, Valero bajó su rostro y comenzó a deprimirse en la Comandancia General de la Policía de Carabobo. Sus declaraciones ocuparon centimetraje en diferentes diarios del país.
"Me siento solo. Necesito hablar con alguien", expresó Valero tras los barrotes de la celda que tenía para él en una entrevista con el periódico El Nacional, poco después del asesinato de la difunta Jennifer.
De aquel luchador soñador, de ideas claras en cada tertulia con los medios, responsable en los largos entrenamientos, no quedó nada. Poco a poco fue ganando espacio, la otra versión de Valero.
Ese Valero nacido un 3 de diciembre de 1981 salió a flote. Los efectos psicotrópicos causaron lagunas en su relato. "Yo iba para Cuba a un tratamiento de rehabilitación. Pero no tenía pasaporte, lo perdí. Así que íbamos a estacionarnos en La Guaira hasta que me lo dieran. El vuelo era para ayer", dijo Valero a la versión digital de El Nacional.
Venezuela amaneció de golpe. Quienes aún creían en una recuperación total de Valero, fueron quienes más sintieron el gancho al hígado de un campeón sin corona. De un hombre que cambió su chapa de temido a cobarde, de deportista a asesino y de héroe a villano. Lamentablemente, Valero más que un campeón era un enfermo.
Valero, de 29 años de edad, salió manejando una camioneta Toyota Land Cruiser azul, en horas de la mañana del 17 abril. El punto de salida su natal Mérida, ubicada en los andes venezolanos, a 1625 metros sobre el nivel del mar. Su acompañante, como de costumbre, su mujer.
"Nos fuimos por la vía del páramo. Ya desde entonces yo iba tomando vodka. Bebía y bebía. De repente, me doy cuenta de que alguien me viene siguiendo. Eran como las 10:30 pm", le dijo al periódico.
En su próxima parada, prefirió pernoctar en Valencia. Capital del estado Carabobo y que tiene una distancia de Caracas, destino original de Valero, de 158 kilómetros y de fácil acceso una de otra, por la autopista regional del centro.
"Aceleré hasta que llegamos a un peaje y le dije a un sargento que querían robarnos o secuestrarnos. Vine a Valencia porque querían secuestrarme", puntualizó.
Luego de haber consumido más alcohol y drogas en la habitación 624, del Hotel Tacarigua Intercontinental, Valero confesó que "me acosté con ella, y cuando me levanté, mi esposa ya estaba muerta".
Todo lo demás es historia. Aunque asumió culpa ante los empleados del hotel, en su narración nunca sostuvo con certeza si él fue responsable de la muerte de Viera. Asesinada por heridas con un arma blanca.

El Inca como lo llamaba la prensa especializada, por sus rasgos indígenas, no llegó a escuchar la sentencia que veía venir. No precisamente de jueces que evalúan en papeletas el ganador de un combate, era un dictamen que saldría de los tribunales. Allí era su reyerta final.
Esa pelea del nativo de Bolero Alto con la justicia venezolana, no se dio, ya que a la 1:30 de la madrugada del 19 de abril, Edwin puso fin a su vida, al ahorcarse en la celda en la que era retenido por el homicidio de Jennifer Carolina.
Así lo confirmó Eloísa Vivas, madre del campeón mundial ligero de la CMB y luego las autoridades policiales.
El director general del CICPC, Wilmer Flores Trosel, anunció oficialmente que el deceso se produjo en la celda donde estaba retenido Valero. "Usó su propia ropa, teniendo como apoyo la reja de la celda. Fue alentado por otro recluso para que terminara con su vida. Falleció por asfixia mecánica".
El informe del funcionario Flores Trosel, explica que los efectivos de guardia escucharon escándalo en los calabozos y al llegar, encontraron a Valero aún con signos vitales, pero falleció poco después. La fiscalía e integrantes del CICPC profundizan las investigaciones en el lugar.

SE ESPERABA ACCION DEL PODER JUDICIAL
Tras los éxitos del merideño sobre el cuadrilátero, se escondía un ser humano desequilibrado. Una persona que venció por algunos rounds los fantasmas que dejaron las secuelas de una infancia complicada.
Esa nota gris, se convirtió en pesadilla y aceleró la debacle de Valero en la pasada navidad.
Minfa Finol, tía de Jennifer, dijo a la prensa del estado Mérida que "las agresiones de Edwin, comenzaron a agudizarse a partir de diciembre de 2009. Tras el presunto consumo de drogas. Cuando él llegaba a Venezuela, la golpeaba".
Sin embargo, el escándalo público más sonado, fue el pasado 25 de marzo de 2010 en Mérida, por agredir a su cónyuge, quien horas antes se presentó en un centro de salud de esa jurisdicción, donde los médicos después de tratarla le detectaron varias lesiones.
Seguidamente, los mismos médicos que la atendieron informaron sobre el caso a los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas de esa entidad.
"Valero debió estar preso, o internado en un hospital no suelto como estaba. Tengo información que cuando lo iban a llevar a Cuba para su rehabilitación le repartió golpes a los custodios, se fue y fue cuando ocurrió el choque, porque estaba persiguiendo a Jennifer", expresó el Periodista Diógenes Carrillo, quien siguió de cerca la trayectoria boxística del andino.
Ante tal circunstancias, el pasado 27 de marzo el Ministerio Público, a través de la fiscal 20º de esa jurisdicción, María Rivas, lo imputó ante el Tribunal 6° de Control de Mérida, especializado en materia de violencia de género, por la presunta comisión de los delitos de amenaza, acoso, hostigamiento y resistencia a la autoridad en perjuicio de su cónyuge. Tales delitos aparecen en la Ley Orgánica sobre el derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Asimismo, la fiscal solicitó al tribunal medida privativa de libertad contra Valero.
Por su parte, dicha instancia le concedió al pugilista medidas cautelares, consistentes en prohibición de acercarse a las víctimas y a sus residencias, presentación periódica ante la referida juzgado, someterse a un proceso de desintoxicación para curarse del consumo de alcohol y drogas y acudir a un centro especializado en tratamiento para las personas implicadas en violencia contra las mujeres.

EL FUNERAL
En comunicación telefónica con el periodista de sucesos del Diario Frontera de Mérida, Jorge Galviz, se pudo conocer que el cuerpo de Jennifer Carolina sería llevado al sector del Vigía la noche del lunes. Sus restos serán velados en la Funeraria San Antonio, en el barrio El Carmen de El Vigía.
El cuerpo de Valero es esperado para el martes en horas de la mañana, si en definitiva prosperan las gestiones de la Gobernación del Estado Vargas, de prestar el servicio para trasladar a Valero.
Galviz, informó a ESPN Deportes, que la desaparecida pareja será sepultada en el Cementerio Cristo Rey, del municipio Alberto Adriani.

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA
Jennifer Carolina Viera de Valero, falleció a los 24 años de edad. Su infancia la vivió en el Barrio San Isidro, zona en la cual nació. Cuenta su tía materna Minfa, que le gustaba hacer manualidades. A los 13 años se fue a vivir junto a Edwin, al sector popular de Las Palmitas. Se casaron por civil hace 7 años y la boda eclesiástica fue hace 2 años aproximadamente. En la familia consideran que la joven asesinada era golpeada por su pareja desde los 14 años e intentó suicidarse en la ciudad de Caracas, en abril del año pasado. La pareja dejó a dos hijos, una niña y un varón.

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