AFP
Los representantes de los boxeadores Manny Pacquiao, de Filipinas, y el estadounidense Floyd Mayweather Jr. se reunirán este martes para tratar de salvar el megacombate anunciado para el 13 de marzo en Las Vegas (Nevada).
Directivos de ambos equipos se reunirán para tratar de superar las diferencias en cuanto a las pruebas sanguíneas antidopaje, que han amenazado con echar por tierra la pelea.
El juez federal jubilado Daniel Weinstein fue el mediador escogido por ambas escuadras. Weinstein estuvo involucrado hace tres años en la mediación de un conflicto sobre los derechos promocionales de Pacquiao.
Lee Samuels, portavoz del filipino, y su promotor Bob Arum, confirmaron sus asistencias a la reunión, que se llevará a cabo en Santa Mónica (California).
Pacquiao presentó el 31 de diciembre una demanda por difamación en Las Vegas contra Mayweather, quien le acusa de doparse.
En el centro del litigio se encuentra la solicitud de Mayweather de que se practiquen controles antidopaje sanguíneos sorpresivos a los boxeadores antes de su 'megacombate' en los welters.
Según Pacquiao, que rechaza hacerse exámenes de sangre algunos días antes de la pelea, el equipo de Mayweather insinuó que utiliza productos dopantes.
La denuncia se apoya en una entrevista otorgada a la prensa por Mayweather, quien dijo a una radio en octubre: "se sabe que Filipinas tiene los mejores productos dopantes".
El combate está en un serio callejón sin salida desde hace rato a causa de esta pelea sobre las modalidades antidopaje.
Mayweather quiere pruebas sanguíneas inesperadas en una fecha no demasiado distante del combate para garantizar que la pelea sea "legal" y "justa".
Si tiene lugar, el combate entre Pacquiao, de 30 años (cinco títulos mundiales en siete categorías), y el invicto Mayweather, de 32 años (seis veces campeón del mundo en cinco divisiones), sería uno de los más lucrativos de la historia, con un monto de alrededor de 40 millones de dólares para cada uno.
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