lunes, 7 de diciembre de 2009

"Estaba con cuatro kilos de más a dos días del pesaje oficial del combate"


JORGE CASTRO ATLÁNTICO.

Iván Pozo (26 de agosto de 1979) reconoce que no llegó en el estado ideal al combate del pasado viernes, debido a que descuidó el peso de forma exagerada, por lo que pide ‘disculpas a Paco Amoedo’ por no haber estado a la altura. El púgil también reconoció que le faltaba rodaje por el tiempo de inactividad, además de calificar el entorno de su deporte como ‘excesivo’. En cuanto al futuro, el paso siguiente será afrontar el peso gallo, pero ‘poco a poco’, sin caer en los errores de los últimos meses y con la intención de ‘volver a disfrutar del boxeo’ y de mejorar ciertos aspectos deportivos.
Iván Pozo, antes del combate que le enfrentó al mexicano Abel Ochoa en As Travesas. Foto: marta brea—¿Le ha quedado una sensación amarga después del combate del pasado viernes?

—Para mí creo que fue la derrota más dolorosa que he tenido, pero ha sido la consecuencia de dos años complicados, en los que no me encontré a gusto desde que hicimos el Campeonato del Mundo y ha habido mal ambiente siempre desde fuera.
—Como consecuencia, ¿llegó en mal estado al encuentro?

—Sí, en parte así es, pero quiero pedir perdón a mi entrenador, Paco Amoedo, al que quiero muchísimo, es un padre para mí y le fallé al llegar alto de peso al combate, porque dos días antes de la pelea estaba cuatro kilos por encima del peso. Fue una temeridad y una falta de previsión por mi parte, por eso quiero pedirle disculpas al entrenador, por eso quiero pedir disculpas a Amoedo porque es una persona trabajadora y seria que no merecía que, por mi falta de previsión, llegara en esa situación.
—Esta circunstancia, ¿condicionó su rendimiento?

—Sí, después pude bajar y dar el peso, pero a costa de no comer y de dejar el cuerpo tocado. Está claro que perder cuatro kilos en dos días me obligó a correr, a ponerme un traje de sauna, a no comer y a no beber. Aunque después tuve un día para recuperar llegué al combate débil, las piernas me dolían, tenía desconfianza y fue una auténtica pena.
—¿Qué mensaje trasmitiría a los aficionados de boxeo?

—Sí, también quiero disculparme ante la afición por este hecho, y también ante los patrocinadores, por no llegar en la mejor condición al combate. Me queda la duda de qué hubiese pasado sí llegó al combate en la condición óptima, aunque tengo que reconocer que el mexicano era un púgil bueno.
—¿Los aplazamientos de combates, los cambios de preparación y los problemas con los promotores, le han mermado en el aspecto psicológico?

—Desde la disputa del Campeonato del Mundo, hace casi dos años, el entorno externo del boxeo fue muy díficil. No sabía ni a dónde íbamos, ni cúando íbamos, ni nada. Tenía el apoyo de mi entrenador, entrenábamos, pero todas estas circunstancias me crearon una gran confusión y estuve a punto de dejar este deporte en varias ocasiones. Todo esto deriva en que el trabajo al final no es bueno. Además, llevaba un año casi sin boxear y ante un combate de esta importancia sería más lógico tener alguna pelea de preparación. De esta forma, el resultado de la pelea ha sido, un poco, la acumulación de todas las circunstancias negativas que ocurrieron en los últimos meses.
—¿El mundo del boxeo en la actualidad, presenta demasiadas dificultades para organizar veladas?

—El mundo del boxeo es excesivo en su conjunto. Tienes que estar sobrado de gente que te ayude, de buena genta, de personas que te ayuden, de recursos y es complicado. También quiero agradecer a Belén Álvarez, que ha sido de gran ayuda para montar este combate.
—A partir de ahora, ¿inicia una etapa de reflexión?

—Sí, ahora hay que pararse a reflexionar, hemos cubierto una etapa y podríamos empezar otra de nuevo. Pero es necesario tomarse un tiempo para descansar y, a partir de ese momento, continuar y tener nuevos retos. Tenemos que ver hacia adelante y ver las cosas de forma positiva.
—¿Su futuro está en el peso gallo?

—Lo más lógico sería ir a por el Campeonato de España en ése peso, que no tengo ninguno. Pero paso a paso. Luego intentar ir a por el Campeonato de Europa. Pero, siempre de forma paulatina, porque ahora llegué a este combate después de un año sin boxear y ésa no es la mejor forma de afrontar una velada de estas características. No se puede hacer una semifinal de un Campeonato del Mundo sin una preparación, es como sí quieres llevar a un equipo de fútbol a jugar un Mundial el primer día de la temporada, o como si a Messi le pidieras hace cuatro años que fuera el Balón de Oro.
—¿La intención ahora es tener más combates, aunque sean más humildes, para adquirir rodaje?

—Así es, el rodaje lo perdimos completamente, nos metimos directamente a un Mundial sin seguir los pasos adecuados que exige una preparación deportiva. Tanto Amoedo como yo hemos puesto todo el corazón, anque haya fallado yo, porque no llegué en el estado adecuado.
—¿Éste es el peor momento de su carrera?

—Bueno, en mi carrera he tenido momentos malos, con derrotas, alguna de ellas injusta, lesiones, pero siempre me he levantado y he salido reforzado. Ahora comenzamos una nueva etapa, en la que hay que trabajar. Ahora siento un poco de alivio, porque es comenzar de cero. Tomaremos nuestras propias decisiones, sin presiones, sin que nadie nos diga lo que tenemos que hacer. Lo más natural puede ser ir a por un Campeonato de España, hacer rodaje, hacer un Europeo, poder conseguir ganar el título continental en dos pesos distintos. Trataremos de pasar este momento, mejorar los aspectos que debemos cambiar, pero, sobre todo, bien organizado.
—¿Se trata de volver a los inicios de su carrera?

—Sí, es un poco regresar a esa filosofía, hay que mejorar ciertos aspectos de mi boxeo, pulir algunos detalles. Es necesario cuidar más la alimentación, no tener errores, como en la preparación de este combate. Pero tampoco haremos grandes cambios, porque el boxeo es como un abecedario, hay unas pautas que hay que seguir y también es necesario volver a ilusionarse con el deporte y recuperar la vibraciones y volver a disfrutar del deporte.

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