lunes, 15 de junio de 2009

COTTO VENCE CON APUROS A CLOTTEY


Miguel Cotto lo volvió a hacer: llenó el Madison Square Garden con cerca de 18.000 espectadores y retuvo su corona de peso welter WBO. La pelea fue todo lo igualada que se esperaba y hasta más, posiblemente, y eso que en el asalto inicial, a falta de unos instantes para el final del mismo, una izquierda recta del boricua impactó en la mandíbula del ghanés, derribándolo fulminantemente. Clottey se repuso fácilmente, e incluso se adjudicó el asalto siguiente. En el tercero, un momento clave: cabezazo fortuito y el ojo de Cotto, hecho un “grifo” de sangre todo lo que restaba de pelea. Eso influyó, lógicamente, en el comportamiento de ambos sobre el cuadrilátero. Cotto no veía apenas nada por ese ojo, y las derechas de Clottey empezaron a entrarle con profusión. En el quinto round, se produjo un percance en el que Clottey pareció exagerar, cuando tras ser empujado por Cotto, se quedó lamentándose más de un minuto, tendido en la lona, mientras el conocido árbitro, Arthur Mercante Jr. le concedía tiempo para recuperar. La pelea se mantenía abierta, con asaltos en los que el ghanés lucía una extraña táctica de echarse contra las cuerdas, seguramente para boxear a la contra, y tres asaltos consecutivos, en los que se mostró mucho más agresivo, como en el séptimo, que fue en el que el “fantasma” del nocaut o de la detención de la pelea, sobrevolaron en el fantástico ambiente del templo sagrado del boxeo, inundado de seguidores puertorriqueños. Cotto, nunca mejor dicho capeó el temporal, y a Clottey le faltó más decisión o puede, que, sencillamente, más pegada. En la nueva esquina de Cotto, con Joe Santiago al frente, se lo dejaron claro al boricua: “Tienes que ganar los dos asaltos que faltan”. Según la televisión que retransmitía la pelea para todo el mundo, la HBO, y para la mayoría de comentaristas y aficionados, se llegaba al último asalto, con un supuesto empate en las cartulinas, y ahí llegó un momento que pudo ser decisivo, a falta de poco más de un minuto para la conclusión del combate, Cotto propinó un golpe en la nuca a su rival, ante el que saltó molesto Mercante Jr. ¿le restaría un punto? Este hizo lo más normal en estos casos, al tratarse de la primera ocasión, es decir, amonestarle y esperar el final. Otro momento de tensión fue un golpe bajo sobre Clottey, apenas reanudado el combate. Cotto tiró de manual en los últimos segundos, lanzando muchos golpes, y esa pudo ser la clave de su cerradísima victoria. Para los jueces, 116-111 y 115-112 para Cotto y 114-113 para Clottey, para el tercero. ¿Justo? ¿Injusto? Lo cierto es que las estadísticas, a veces esas mentirosas, le echaron más pimienta al polémico resultado: 222 impactos de Clottey, por solo 179 de Cotto, y eso que este lanzó 101 golpes más que el ghanés. La impresión que nos deja la pelea, es que el Cotto anterior a su derrota con Margarito, se hubiera impuesto claramente a Joshua Clottey. El actual, aunque siga siendo un excelente pugilista, ni siquiera estamos seguros que ganara la pelea. Él mismo reconoció tras el combate no estar contento con su actuación y que tendrá que mejorar en el futuro, con sus nuevos preparadores. Por su parte, Clottey habló directamente de “robo”. La historia misma del boxeo de toda la vida. Por cierto, ¿cabía alguien más en el ring, tras el combate, entre “Arumes”, “Valcárceles” y gente de medio pelo? Hay que cuidar la imagen, señores, y preservar el único sitio en el que hay verdad absoluta en este deporte: el cuadrilátero.

JOSÉ MANUEL MORENO. BOXEO VELEÑO.

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