viernes, 24 de abril de 2009
“Sigo vigente y volveré, porque he aprendido de mis errores”: Archi
GEORGINA GARCIA SOLIS
Los golpes de Brian Viloria no sólo dejaron heridas en su rostro. Ese derechazo a su mandíbula que venció su cuerpo y lo mandó a la lona para perder el cetro minimosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) no es una experiencia que Ulises Solís echará en saco roto.
Aunque el púgil tapatío llegó a Manila, Filipinas, como el campeón que defendía el título mundial por novena ocasión, fue sorprendido por su propia novatez y no por el Hawaiian Punch.
Ya en la tranquilidad de su casa en el barrio de Talpita, El Archi no duda en admitir todos los errores que cometió para este combate, que comenzaron desde que consintió el cambio de fecha y ya no viajó con al menos 15 días de anticipación para hacer un campamento de aclimatación.
Aseguró que no busca excusas, más que afrontar la realidad que le costó el cinturón, que está seguro va a recuperar en la revancha con el hawaiano de origen filipino, la que firmó bajo el condicionante de que Viloria ahora tendrá que venir a Guadalajara y someterse a circunstancias que no lo favorezcan.
“El rey no ha muerto, el rey sigue vigente, creo que esto es para aprender, sirve de experiencia, yo voy a volver, creo que la grandeza de un peleador no se mide por las peleas que hizo sin perder, sino porque se levanta cuando pierde y se levanta con mucha más ganas, más hambre, más fuerza, eso es lo que yo he aprendido de los grandes”, manifestó.
El boxeador de 27 años reconoció que se vio lento, tieso y que recibió golpes que no debió permitir por su escasa actividad en casi años y medio, pero aclaró “aun así estuve a punto de noquearlo, quiere decir que ahora que venga le va temblar hasta la conciencia al pobre”.
Solís consideró que pactó su derrota desde que aceptó el cambio de fecha del 21 de marzo al 19 de abril y pelear a las 8 de la mañana para que la transmisión en América fuera en vivo, lo que significó un desgaste extra, “porque empecé a entrenar desde enero, ya que llegué con un sobreentrenamiento porque ya era bastante lo que estaba trabajando para esta pelea”.
A partir de esta decisión que tomó a la ligera, se derivaron otras que lo mandaron a la lona.
El Archi viajó a Manila el viernes 10 de abril bajo un cansado itinerario, que incluía escalas en Tijuana, donde pernoctó una noche, en San Diego y Los Angeles, para arribar a la capital de Filipinas hasta el lunes y sólo tener cuatro días para aclimatarse a un horario de 13 horas de diferencia y otras circunstancias en su contra.
En tanto, su compañero de esquina, su hermano Jorge El Coloradito Solís, quien viajó un día antes que él, llegó a esa ciudad asiática hasta el miércoles 15 al ser detenido en Tokio, Japón, por portar un pasaporte que caducaba en un mes.
“Hubo muchos errores que no quiero volver a cometer, que es no volver a pelear en la mañana, no volver a aceptar el cambio de fecha para una pelea, si voy a salir, irme con mayor tiempo de anticipación, porque sólo tuve cuatro días ahí y por lo menos debí irme con 15 días de anticipación para aclimatarse.
“Otra de las cosas es no volver a confiar en otra promotora, porque la verdad no nos trataron muy bien, no nos prestaban la báscula y nada más estábamos trabajando a las caiditas. Otro de los aprendizajes es tener más hambre a la hora de pelear, tener mayor actitud arriba del ring, no volver a partir a mi equipo porque yo llevé menos de la mitad de mi equipo y entre el peleador y el equipo se ganan las peleas.
“El hecho de que mi hermano no llegara fue otra de las cosas, por las que no logré concentrarme mucho, porque toda la semana estuve pensando en mi hermano y hasta el miércoles me llegó al hotel, sentí un poco más de tranquilidad, pero esa desesperación quién te la quita”, enumeró.
El Archi Solís está convencido de que el cambio de fecha que aceptó, en un favor a Bob Arum, de Top Rank, la empresa que lo respalda, fue una estrategia de los empresarios filipinos que organizaron el combate y “claro que les funcionó”.
“Más bien sucumbí por el cansancio. Además, Brian Viloria en el pesaje se pasó una libra y ellos no quisieron aceptarlo, la comisión lo protegió mucho, pero dijo que no, que estaba bien, así se dieron muchas cosas”, aseveró.
Ulises Solís desea que la revancha sea directa con Brian Viloria, pero por recomendación de su equipo hará al menos dos peleas de preparación, para recuperar el ritmo que perdió por acumular tan sólo tres combates en casi año y medio.
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