jueves, 9 de abril de 2009
Dos temas que quería tocar hoy...
Dan Rafael
Tuve una mala noche el miércoles, al igual que muchos en la industria del boxeo con quienes pude hablar. Comenzó cuando circuló la noticia de que Artie Curry, una de las mejores personas que uno podría conocer, en el boxeo o fuera de él, había sido encontrado muerto en su departamento en Nueva York. Tenía 49 años.
El noventa y nueve por ciento de los fanáticos del boxeo nunca había oído hablar de él, y no lo reconocerían si se les sentara al lado en una pelea, pero fue un personaje vital en HBO, donde se desempeñaba como manejador de relaciones de HBO Sports. Eso significa que Curry era el enlace entre los boxeadores y sus grupos de manejo con la cadena televisiva, y a menudo representaba a HBO en eventos de caridad y en sus programas de conexión con la comunidad. En realidad fue mucho más para mucha más gente.
Curry, nacido en Harlem, Nueva York, trabajó en HBO toda su vida, subiendo en la empresa tras haber comenzado como mandadero a sus 20 años en un trabajo que le dio dirección a su carrera tras una difícil infancia en la que fue criado principalmente en hogares sustitutos. Su madre fue asesinada cuando él era apenas un crío. Su padre, a quien él vio solamente una vez en su vida, fue un alcohólico que murió a causa de sus excesos con la bebida. La vida de Artie cambió para mejor cuando fue adoptado en su adolescencia, y luego cuando encontró trabajo en HBO, donde mucha gente importante lo tomó como discípulo. Fue amigo de, entre otros, los ejecutivos de HBO Seth Abraham y Lou DiBella, quienes consideraban a Curry uno de sus mejores amigos.
Yo ya había oído la noticia cuando DiBella me llamó el miércoles por la noche. Él estaba devastado, y llorando. Yo estaba cerca de eso. Larry Merchant estaba prácticamente conmovido por su muerte, pero de todos modos encontró las palabras justas para resumirlo: "creo que es cierto, solamente los buenos mueren jóvenes".
Pelea tras pelea, ciudad tras ciudad, año tras año, me pasé mucho tiempo junto a Curry y nuestro amigo Tim Smith del New York Daily News. Artie y yo hablamos de muchas más cosas que de boxeo. Hablamos de la vida en general. Él nunca tuvo malas palabras para decir de nadie. Era una gran persona y un tipo muy centrado. Era capaz de darte su camisa si tú no tenías una.
Amaba el boxeo, amaba a los boxeadores, y amaba HBO. Fue uno de los mejores amigos de Roy Jones. Lennox Lewis, Arturo Gatti, Floyd Mayweather Jr. y muchos otros boxeadores también lo consideraban su amigo, una persona con quien podían hablar de lo que sea. Yo también lo consideraba como mi amigo. La pelea del sábado entre Paul Williams y Winky Wright en HBO desde Las Vegas no será lo mismo sin él, y lo mismo podría decirse de todas las peleas de HBO de ahora en más. Se lo extrañará mucho.
Durante años, la relación entre el estelar peso welter Miguel Cotto y su tío y entrenador Evangelista Cotto ha sido incómoda. Las peleas entre estos dos hace que la relación entre Floyd Mayweather Sr.-Mayweather Jr.- Roger Mayweather parezca normal.
Evangelista también entrenó a otro sobrino, José Cotto (hermano de Miguel). Su complicada relación tomó estado público durante una pelea televisada en mayo de 2007, cuando casi se agarran a golpes entre los rounds. Durante ese incidente, Miguel, quien estaba sentado en la primera fila, subió al ring para actuar de pacificador y separarlos. José no ha peleado desde esa noche, en la que empató en una pelea eliminatoria de peso ligero.
Cualquiera sea el problema entre Miguel y Evangelista, cuando Cotto estaba ganando no querían arruinar una fórmula ganadora, sin importar lo difícil que fuera. Cotto eventualmente perdió (a pesar de que se recuperó en su última pelea) y finalmente las cosas se han salido de madre entre ellos.
Todo se complicó más todavía el miércoles por la tarde cuando ambos hombres se trenzaron a golpes durante una sesión de entrenamiento en Puerto Rico. La policía se encuentra investigando el incidente.
Aparentemente, un desacuerdo sobre el lugar en el que Cotto debía entrenar para su pelea del 13 de junio ante Joshua Clottey inició la disputa. Según algunas fuentes, Miguel quería entrenar en Florida mientras que Evangelista quería hacerlo en Puerto Rico, donde tiene a varios otros boxeadores a quienes entrena. Sea lo que fuere que comenzó el pleito, Cotto terminó despidiendo a su tío y Evangelista respondió golpeando a su sobrino en el rostro y rompiéndole la nariz, según reportes periodísticos de Puerto Rico.
Según cuenta la historia, Miguel abandonó el gimnasio, pero todo no terminó ahí. Evangelista apareció más tarde en su casa, donde se concretó la pelea Cotto-Cotto II en la que Evangelista le lanzó un ladrillo de cemento a Miguel. No lo golpeó, pero le rompió la ventana de su Jaguar modelo 2009. Ambos se trenzaron a golpes por segunda vez, pero esta vez con miembros de la familia tratando de separarlos. Evangelista debió ir al hospital para tratarse una herida que no fue revelada con detalles.
Cotto produjo luego una declaración sobre el incidente en la que lo reconocía y confirmaba que había despedido a su tío, pero que continuaría entrenando para la pelea con Clottey.
Tremendo drama. Obviamente, Cotto necesitará un nuevo entrenador. Lo que me sorprende de todo esto es que le hubiese llevado tanto tiempo para que la relación explote. Es una pena, pero estas cosas pasan. Además, no me importa cual sea el problema, una cosa es cierta: ¡con mi auto no te metas!
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