J. E. GÓMEZ BUSTO| VITORIA
Israel Carrillo devolvió el sábado a Álava a lo más alto de panorama pugilístico tras proclamarse campeón de España del peso medio en el pabellón de Mendizorroza frente a un combativo José Yebes y ante 2.000 seguidores. La victoria fue por decisión unánime.
Con su triunfo, el boxeador del Gimnasio Gasteiz Sport sucedió en el historial a José Molinillo, el último alavés en hacerse con un entorchado nacional hace 15 años. La victoria del púgil, entrenado por un experimentado José Luis Celaya, supera lo meritorio al conformarse como el premio soñado a una organización que ha trabajado al máximo durante tres meses para que la disputa del título transcurriera de una forma «perfecta», según la opinión de todos los participantes.
El único debe del combate para determinar al Campeón de España de los medios transcurrió en la ceremonia de presentación. La política volvió a deslucir un ritual en el que hicieron acto de presencia la ikurriña y la bandera española en representación de los dos aspirantes al título, y en el que el pase del himno nacional fue abucheado desde el graderío. En lo deportivo, la actuación de los boxeadores, árbitros, técnicos y aficionados rayó la perfección. La deportividad presidió un combate igualado y lleno de emoción desde el primer hasta el décimo asalto.
Carrillo saltó con aplomo a un ring en el que la excesiva responsabilidad que tenía a sus espaldas no le traicionó. Jugarse ante su público el mayor hito de su carrera no pesó al vitoriano, que dio siempre la cara, nunca se escondió y asumió la iniciativa. Sin embargo, un golpe fortuito de un bienintecionado José Yebes rompió la ceja derecha del vitoriano en el primer asalto y condicionó un combate que el del Gasteiz Sport había previsto al desgaste.
Intercambio de golpes
Hasta tres amagos de parar la pelea protagonizó el boxeador vitoriano, que supo guardar las distancias sin renunciar al ataque hasta el final. José Yebes no se lo puso fácil en la consecución del cinturón de campeón.
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