lunes, 1 de diciembre de 2008

'Huracán' Carter, la vida después de la tormenta


Por QUIQUE PEINADO

Bob Dylan cantó su inocencia y el cine contó su historia, pero los casi 20 años que Rubin 'Huracán' Carter pasó en prisión dejaron en él un poso insalvable. El ex boxeador, que "algún día podía ser el campeón del Mundo", como clamaba Dylan, fue condenado por un crimen que nunca cometió y hoy, 23 años después de ser liberado, sigue luchando por los que sufrieron como él. Este mes se cumplen 45 años de la pelea que lo lanzó a la fama.

Tres cuerpos están allí, Patty los ve / y otro hombre llamado Bello / se mueve misteriosamente alrededor / "Yo no lo hice", dice / y levanta sus manos / "Yo sólo estaba robando la caja / espero que lo comprenda" / "Los vi salir", dice, y se para / "Alguien tendría que llamar a la poli"

Así lo cantaba Dylan. Basta recordar 'Huracán', la película protagonizada por Denzel Washington, por la que ganó el 'Globo de Oro' y el 'Oso de Oro' del Festival de Berlín al mejor actor protagonista, para enterarse de qué ocurrió. Una noche, en un bar de Nueva Jersey, un triple asesinato sacudió el lugar. Todo terminó en una escena terrible. Alfred Bello, que acababa de robar en una casa cercana, afirmó haber sido testigo de lo ocurrido. Patty Valentine, la camarera, tampoco vio nada, pero 'compró' la versión de Bello: dos hombres de raza negra habían disparado y acababan de huír. Llamaron a la policía y Rubin Carter, candidato al título mundial de los pesos medios, y un amigo eran acusados del crimen.

El contendiente número uno para la corona de los pesos medios de boxeo / no tiene ni idea de la mierda que le va a caer encima / Es como funcionan las cosas en Paterson / Si eres negro / mejor no aparezcas por la calle / a menos que quieras entrar en calor.

Tras un juicio más que cuestionable, 'Huracán' fue a la cárcel. Acababa de ganar al ex y futuro campeón del Mundo del peso medio Emile Griffith (pelea de la que ahora se cumple 45 años) y al futuro campeón mundial del pesado Jimmy Ellis. Su pegada era legendaria. Pero su carrera se apagó cuando entró en la cárcel, y pasó de ser un deportista a un icono en la lucha por los derechos sociales.

Manifestaciones por todo el país, con la canción de Dylan convertida en himno, y la pelea de Carter no sirvieron de nada. Hasta 1985 no fue liberado. El juez de Nueva Jersey que lo liberaba declaraba en la sentencia que la condena de carter "estaba basada más en el racismo que en la razón".

¿Cómo puede la vida de un hombre / estar en la palma de la mano de un idiota? / No podía hacer nada más que avergonzarme de vivir en esta tierra / donde la justicia es un juego.

Carter salió de la cárcel y desde entonces dedica su vida a combatir las injusticias que él vivió. Hasta 2005 presidió la Asociación para la Defensa de los Condenados Injustamente (ADWC, siglas en inglés) y hoy da charlas por todo el mundo. "Sigue luchando, da igual cuál sea el obstáculo, porque la vida es una carrera de obstáculos que tienes que correr", declaraba recientemente en una charla. "El odio me llevó a la cárcel, pero el amor me sacó de ella", decía. Vive en Toronto, Canadá, y tiene dos doctorados honoríficos en leyes, por una universidad canadiense y otra australiana. Con 71 años, ha vivido lo que nadie desearía vivir. Porque, como escribió Dylan...

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