lunes, 10 de noviembre de 2008
LA CARTELERA DEL CALZAGHE VS. JONES, DECEPCIONANTE
George Kimball, ESPN
¿Acaso los promotores --en este caso Joe Calzaghe y Roy Jones mismos -- se toparon con una poco frecuente racha de mala suerte, o la cartelera preliminar televisada del sábado por la noche fue un caso de morder el anzuelo y soltarlo?
Desde el momento en que la pelea Calzaghe-Jones fue anunciada, los fanáticos del invicto Dmitry Salita habían anticipado el desafío más importante de su carrera, una pelea por el título contra el titular de 140 libras Andres Kotelnik que hubiera enfrentado a los ucranianos en la co-presentación en el Madison Square Garden.
Otra tarjeta no principal anunciada hubiera enfrentado a Frankie Figueroa, un boxeador natural del Bronx que no ha perdido en los últimos cinco años, contra el una vez vencido Gavin Rees, el compañero de Gales de Calzaghe y al hombre que Kotelnik venció a comienzos de este año para ganar el título.
En un momento u otro, los aperitivos de Calzaghe-Jones incluían a otros ex titulares mundiales --Julio Díaz (contra el filipino Ranee Ganoy), Derrick Gainer (vs. el londinense Ashley Theopane) y a Zab Judah.
La cifra de fans que compraron la transmisión pague-por-ver de la pelea del sábado por la noche entre Calzaghe y Jones aún es desconocida, pero el hecho es que para la noche de la pelea el menú había sido muy alterado, al punto de parecerse practicamente nada al original.
A fines de septiembre, Kotelnik citó una lesión de costilla para quitarse de su defensa contra Salita (a pesar que la lesión real pudo haber sido en su bolsillo: se reporta que Andreas estaba molesto con la bolsa que se le ofreció para pelear contra Salita), y tras caerse también una pelea reemplazo contra el escocés Willie Lomond, Salita se debió enfrentar a Derrick Campos, un boxeador de Topeka con una record de 17-5, que ha conseguido csi exclusívamente en predios del Medio Oeste.
Rees se rompió la nariz en los entrenamientos y se retiró con tres semanas de anticipación. En lugar de un ex campeón del mundo, Figueroa se encontró peleando contra el Maestro de la Borrachera, cuando Emanuel Augustus, con récord de 38-29-6, fue sumado al show del Madison Square Garden.
La pelea involucrando a Díaz y a Gainer lentamente desapareció de la cartelera. Al menos no se habían hecho promesas acerca del oponente de Judah. Sin victorias en sus últimas cuatro peleas por el título y con marca de 0-2 en Nueva York en los últimos cinco años, Zab estaba programado para enfrentarse a un cuerpo caliente el sábado por la noche. Judah rechazó a varios oponentes antes de que los promotores encontraran al dispuesto californiano Ernest Johnson, quien habiendo detenido a tan sólo siete de sus 21 oponentes profesionales, era suficientemente seguro.
No era una mala cartelera para un programa de boxeo por cable a mediados de semana, pero considerando el precio de $49.95 para el consumo en el hogar de Calzaghe-Jones, esto representaba lo que un crítico en la red describió como "la peor cartelera preliminar en la historia del sistema Pague-por-ver".
Y probablemente haya sido eso. La co-presentación de Judah-Johnson apestó, y el único suspenso provisto en la pelea fue el corte superior que sufrió Zab en el ojo izquierdo en el tercer round. Judah jugueteó con el dispuesto Johnson mientras se deslizaba a la victoria.
Ningún oponente se ve bien ante Emanuel Augustus, y a mediados de su pelea pautada a ocho asaltos, Frankie Figueroa debe haber insultado al muchacho que le rompió la nariz a Gavin Rees. Figueroa se llevó una victoria por decisión dividida en una pelea que no tuvo demasiado valor estético más allá del acto asombroso del Maestro de la Borrachera.
Campos demostró ser más fuerte de lo que parecía. Salita ganó la pelea -- aunque ciertamente no la ganó por la anotación de 120-108 que le dio el juez Robin Taylor.
Aquellos que decían que ya no se hacen carteleras preliminares para transmisiones de pague-por-ver como las que solían hacerse no están tan equivocados.
Hace menos de 10 años, el 13 de marzo de 1999, Lennox Lewis y Evander Holyfield se enfrentaron en el mismo predio que presentó la pelea de Calzaghe-Jones el sábado por la noche. La esperada coalición entre los dos dueños del título mundial de los pesados ciertamente no precisó de ayudas de mercadeo para convocar a los fanáticos, pero aquellos que pagaron 49.95 por la transmisión de Don King esa noche obtuvieron una cartelera preliminar que incluyó tres peleas por el título del mundo (Fernando Vargas-Howard Clarke, Leo Gámez-Hugo Soto, y James Page-Sam Garr), así como también al futuro campeón de los pesados John Ruiz, como parte de la oferta.
Como el Promotor más Importante del Mundo generalmente tiene un arsenal de boxeadores bajo contrato, sus carteleras preliminares tradicionalmente representaron mejor valor por su dinero que la mayoría. El estándar por el cual el resto de las carteleras preliminares de Pague-Por-Ver es medido por la segunda pelea de Mike Tyson contra Frank Bruno en el MGM en Las Vegas en 1996.
El propósito de observar a Tyson en su primera pelea por el título desde su derrota en 1990 contra Buster Douglas no ayudó demasiado, pero la cartelera preliminar de Showtime de esa noche vio a los campeones de los medianos Bernard Hopkins y a Keith Holmes defender sus títulos (contra Joe Lipsey y Quincy Taylor), así como también los campeones Michael Carbajal (contra Melchior Cob Castro) y Ricardo López (Ala Villamor) en dos otras peleas por el título. Otro campeón mundial, Miguel Ángel González, peleó contra Ramón Marchena en una pelea no-titular esa noche, pero la pelea que terminó robándose todo el show fue el baño de sangre de seis rounds entre Christy Martin y Deirdre Gogarty.
Comparen esa cartelera, que tenía un precio de 44.95, con el precio que estaba en oferta por cinco dólares más el sábado por la noche y uno debe cuestionar si los promotores contemporáneos están simplemente burlándose de los compradores de Pague-Por-Ver con una propuesta de 'tómenlo o déjenlo'.
"Obviamente, todos quedaron un poco decepcionados de que algunas de las peleas planeadas se cayeran por un motivo u otro", dijo el vicepresidente de HBO Mark Taffett, quien preside el área de PPV de la cadena. "Cuando vendes un evento de boxeo, siempre quieres proveer una cartelera preliminar que incluya peleas competitivas y entretenidas.
"Pero recuerden", dijo Taffett, "esto no fue una producción HBO PPV. Estábamos operando como distribuidor. Fueron los promotores (en este caso Calzaghe y Jones) quienes determinaron lo que estaría en la cartelera".
Taffett también notó que la extensa investigación de HBO mostró que a pesar de que los observadores expresaron descontento por la tarjeta no principal, el dramatismo de los actos secundarios es un factor insignificante cuando los observadores deciden comprar o no comprar una transmisión PPV.
"A fin de cuentas, la gente que quería ver Calzaghe-Jones iban a comprar la pelea sin importar quien peleara en la cartelera preliminar", dijo.
De hecho, las audiencias en EE.UU. deberían considerarse afortunadas. A pesar de que $50 dólares puede ser un costo elevado para la media del público estadounidense, al menos no fueron obligados a tener que presenciar el resto de la cartelera -- pero los observadores en Gran Gretaña e Irlanda si. Intentando desesperadamente mantener a la audiencia despierta para el evento principal, que no comenzaría hasta las 4.30 am GMT, Setanta salió al aire a las 11 pm -- 6:00 p.m. ET, lo que significa que los observadores de Gran Bretaña tuvieron que ver una serie de peleas que ni siquiera HBO PPV presentaría a sus espectadores.
Cuando Golden Boy insistió en sumar la pelea de Danny Jacobs contra Tyrone Watson a la cartelera de Hopkins-Pavlik por PPV a comienzos de mes, el promotor Bob Arum había destacado al enfrentamiento como 'algo vergonzoso'. El juicio de Arum fue confirmado cuando Jacobs noqueó a Watson en menos de un round. Aparentemente Setanta no tuvo problemas de enfrentar a Jacobs a otro oponente, el londinense Jimmy Campbell.
Un día antes, un ejecutivo de Setanta había explicado que más allá de la satisfacción al consumidor, las carteleras preliminares tienen otro valor, en la que algunas veces se aumenta la identificación con una marca.
Claro esta, puede funcionar de otra manera. Podemos imaginar a un fanático británico del boxeo despertándose en la mañana con los ojos pesados tras la pelea Calzaghe-Jones diciéndole a su mujer: 'Si alguna vez me encuentras viendo otra pelea de Jimmy Campbell sólo mátame".
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