sábado, 26 de julio de 2008

Cuidado con lo que deseas...Por Sebastián Contursí


Desde hace varios años, Antonio Margarito es considerado el welter más peligroso de todos. Al menos, eso es lo que piensan sus rivales, aún cuando no necesariamente lo expresan a viva voz.



En realidad, para el mexicano debe ser un enorme orgullo que boxeadores de la talla de Oscar De La Hoya o Floyd Mayweather Jr. -- para citar sólo a los más renombrados -- se hayan hecho los distraídos cuando existió la posibilidad de enfrentarlo. Porque, después de todo, si los mejores se niegan a medirse ante uno, no cabe otra posibilidad que pensar que le tienen miedo.


Pero, claro, el boxeo es una profesión y no un mero deporte en el que se buscan medallas. Como tal, entonces, el hecho de que a Margarito no se le diera hasta aquí la oportunidad de probarse ante las grandes figuras impedía asegurarse el futuro en términos económicos. Y, por qué no, si obtener por fin la consagración que si bien le ha llegado ya en forma de título mundiales, hasta el momento se le ha negado a nivel popular.


Pues bien, después de tantos años de frustraciones en esta materia, por fin se le presenta a Margarito la ocasión de revertir la situación, cuando este sábado en Las Vegas se enfrente a Miguel Cotto.


Como se sabe, esta es una de las peleas más esperadas de los últimos años. Y también en su momento se le negó al mexicano, aunque aquella por su propia responsabilidad.


Es que, con el combate ante Cotto ya firmado, en una decisión insólita, Margarito decidió enfrentar a Paul Williams a mediados del año pasado y terminó no sólo perdiendo sino quedándose con las manos vacías.


Pero eso ya es historia, pues tras aquel inesperado traspié hoy el mexicano llega a su esperada prueba de fuego, habiéndose reivindicado de la derrota ante Williams, ya que posteriormente le infligió un tremendo nocaut a Kermit Cintrón.


Sin embargo, hay un dicho muy utilizado en los Estados Unidos que advierte sobre lo peligroso que puede resultar desear algo con tanta fuerza (sin estar debidamente preparado). "Cuidado con lo que deseas", dicen por ahí.


Y en más de una oportunidad lo anterior ha quedado ampliamente probado -- también en el boxeo.


Hay un dicho muy utilizado en los Estados Unidos que advierte sobre lo peligroso que puede resultar desear algo con tanta fuerza: Cuidado con lo que deseas.

Sin ir demasiado lejos, fue el caso de Cintrón ante el propio Margarito. En abril de 2005, el puertorriqueño sufrió una auténtica paliza ante el mexicano. Después se dijo que Cintrón no había subido demasiado bien preparado debido a la muerte de su madre por aquellos días... o que en realidad estaba demasiado verde para un hombre de la experiencia de Margarito.



Lo cierto es que desde aquel entonces, Cintrón deseó más que nada en el mundo una revancha con el mexicano. Y la consiguió tres años más tarde. Pero sólo para recibir una tunda aún más feroz que en el primer encuentro. Otros casos han tenido finales mucho más felices. Un ejemplo es el argentino Carlos Baldomir, que durante años soñó con una chance mundialista y cuando la obtuvo no la dejó pasar. Más en retrospectiva encontramos a James Braddock, "el Hombre Cenicienta", cuyo mayor deseo en la vida era ganar el título mundial de los pesados. Y vaya si su sueño se hizo realidad, cuando sorprendió al mundo al vencer a Max Baer.


No obstante, el mexicano siempre ha soñado con el reconocimiento unánime que le otorgaría una victoria ante una súper estrella en su momento de apogeo.


La pregunta es: ¿será capaz de estar a la altura de las circunstancias?


A priori uno cree que sí. Porque Margarito es un duro de verdad, que como buen mexicano no le asustan las paradas bravas. Porque ya ha pasado por varias pruebas difíciles durante su carrera. Y porque ha demostrado contar con las herramientas boxísticas como para discutir de igual a igual con cualquiera.


Sin embargo, de estar a la altura del compromiso a salir airoso del mismo hay un buen trecho de distancia. Porque Cotto ha venido demostrando en sus últimas peleas cada vez mayor fortaleza física. Y aún cuando Zab Judah y Shane Mosley lo tuvieron en problemas durante algunos pasajes, el puertorriqueño supo resolverlos con gran categoría.


Este Cotto actual es un boxeador maduro, materia que aún tenía pendiente hasta hace unos años, por edad y su consecuente falta de experiencia.


Seguramente, hace unos años el favorito hubiera sido el mexicano, mucho más fogueado. Pero hoy las cosas son distintas.


Al cabo, ambos llegan a este combate en un gran momento y con recursos como para imponerse, no sin tener que dejarlo todo sobre el cuadrilátero.


Uno imagina, después de un par de asaltos de estudio, una pelea de ritmo infernal. Con ambos parados en el centro del ring, en un memorable duelo de ataques al cuerpo. Y como se trata de dos boxeadores de gran resistencia, seguramente la batalla se prolongará durante las 12 vueltas.


Eso sí, pronosticar quién será el ganador en un caso como éste queda únicamente reservado para los adivinos. Al punto que ni siquiera el propio Margarito ha de estar seguro si haber deseado tanto este combate haya sido la mejor idea.

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