Victoria justa y merecida del joven Tim Bradley sobre Junior Witter, en su propia casa de Nottimgham. Desde el principio, mucho más agresivo el norteamericano ante un indolente Witter, que pareció haber subestimado a su rival. En el sexto round, gran gancho de derecha de Bradley, que tumba al inglés, al que le salva la campana. Bradley intenta acabar en el siguiente asalto, pero Witter tira de experiencia, aunque su indolencia parece sorprender hasta a su público. Más agresvo Bradley, tirando los mejores golpes y mucho más rápido en defensa, que se impone hasta la campana final. Al ser en suelo contrario, la victoria se produce por decisión dividida, cuando hasta la televisión británica da por vencedor al estadounidense por 3 puntos. Las cartulinas dictan sentencia: 112-115 para Witter y 114-113 y 115-113 para Bradley, nuevo campeón con toda justicia del peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo. Con 24 años, parece haber campeón para rato. Al final, los comentaristas ya le preguntan por Hatton. No sería mala pelea.
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