lunes, 14 de abril de 2008

UN NOCAUT PARA LA HISTORIA







El combate entre el alemán Sebastián Sylvester y el madrileño Javier Castillejo comenzó con la ventaja para el local de los 4.600 fanáticos que lo apoyaban en las gradas del Pabellón de Brandenburgo, y para el español, las ventajas radicaban en la experiencia y en el palmarés. 72,2 Kg. para el Lince y doscientos gramos más para el germano.

El primer asalto fue de tanteo, con escasos golpes, aunque Javi sacaba constantemente su jab. Lo único destacable, un gancho con la derecha de Sylvester. El segundo round, comenzó con el primer interesante 1-2 del alemán, respondido rápidamente por Javi, quien se lanzó por su rival, recibiendo otra derecha. Castillejo, no obstante, era el más agresivo de la pelea. La mala noticia para el local, era el corte en su ceja, en un cabezazo fortuito.

En el tercero, Sylvester se mueve bien en la distancia con su jab de largo alcance, pero el Lince se envalentona, y le mete 5 golpes consecutivos al alemán, antes de un duro intercambio de golpes final. La ceja de Sylvester luce cada vez peor, y en su esquina se afanan con la vaselina. Es un asalto soso, pero la ventaja en puntos es clara hasta este momento para el aspirante, en este caso, el púgil español. La ceja del alemán se torna en preocupación evidente e, incluso, en circunstancias parecidas, hemos visto más de una vez, en parar una pelea, pero el médico decide que ésta continúe.

El quinto asalto comienza con tres rectos del alemán a la cara de Castillejo. La iniciativa sigue del lado del español, pero empieza a verse un Castillejo cansado.

No obstante, a esas alturas del combate, la televisión alemana ofrece el dato de que Castillejo supera, 51% por 44%, en efectividad al germano. El sexto asalto es la clave del combate, y, posiblemente, el peor en la exitosa carrera del Lince. Toma todas las manos que le propina el alemán, ante el estupor de todos. Baja la guardia, y se queda a merced de Sylvester. Sólo la experiencia y la bravura inigualable de Javi, le permiten aguantar en pie, ante un público enardecido. A esas alturas, la única esperanza está en la ceja de Sylvester, y en que se parara la pelea. En el séptimo round, Javi se resbala al principio, y no reacciona, como en la pelea ante Carrera. El germano sigue llegando a placer ante una mala estrategia defensiva de Javier Castillejo. En el octavo round, aunque continúa llegando con más claridad el campeón, Castillejo iguala la pelea, y parece reaccionar.

Las esperanzas de las decenas de españoles renacen. Pero, en realidad, es el canto del cisne. El noveno round, nos ofrece más de lo mismo, los golpes rectos de Sylvester castigando duramente al español. Alguna combinación en respuesta del nuestro, hasta que el referee Erkki Meronen pide tiempo, para advertir al español por algún golpe ilegal. En el descanso posterior, el médico de la EBU está pendiente de la ceja, cada vez en peor estado, del germano, aunque no interviene. Curiosamente, el español presenta un aspecto mucho mejor, aunque esté perdiendo ya a esas alturas la pelea. ¿Reaccionaría el Lince?

La respuesta es no, la tele, siempre tan chivata, nos ofrece una mirada perdida de Castillejo, que lo dice todo. Lo pasa mal, pero es infatigable y sigue buscando la pelea. Se observan pocas fuerzas también en el alemán, sorprendido de ver de pie aún a su rival. El penúltimo asalto comienza con potentes jabs del alemán, y un 1-2 que hace daño a nuestro compatriota. El Lince quiere jugársela, pero las fuerzas escasean. El último descanso y todo el último asalto, lo viven los cerca de 5.000 seguidores alemanes en pie, entusiasmados por el probable triunfo de su compatriota, ante un rival al que en Alemania conocen tan bien.

Parece que todo quedará en una victoria local a los puntos, cuando a los 1:53 minutos del último asalto, llega un momento que aún no podemos quitarnos de la mente. Una serie terrorífica de Sylvester acaba con un gancho al mentón del parleño, que cae a la lona como un guiñapo, ante el estupor y la incredulidad de los españoles que siguen el combate.

El nocaut es tan fulminante, que la televisión alemana, con buen criterio, no ofrece más imágenes de nuestro héroe nacional, hasta que pasados más de cinco minutos, puede, a duras penas, levantarse de la lona. Un K.O. terrible. Una victoria de Sylvester inapelable. Y una sensación, puede que errónea: Castillejo, y nos ponemos de pie para decirlo, con todos los respetos, ha escrito la última página de su extraordinaria carrera pugilística. A partir de ahora, que el Lince, nuestro héroe, el mejor boxeador español de todos los tiempos, decida lo mejor para él.

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