Tras un año y medio de retiro, Carlos “el Famoso” Hernández siente la tentación de volver a calzar los guantes y reanudar, a sus 37 años de edad, su carrera boxística profesional.
Lo anterior se desprende de una entrevista ofrecida, en exclusiva, a LA PRENSA GRÁFICA tras su llegada al país para solventar algunas situaciones familiares.
El ex campeón mundial de las 130 libras anunció su retiro el 29 de septiembre de 2006 tras perder por puntos en 10 rounds ante Kevin Kelley, de 39 años —ex monarca del planeta—, en San Antonio (Texas).
“Ya no quiero, ya no puedo. Si no puedo ganarle a un boxeador adulto como Kelley es mejor decir adiós. Se terminó mi carrera profesional en los Estados Unidos”, fueron sus palabras en aquella oportunidad.
¿A qué se debe su visita a El Salvador en esta oportunidad?
Hemos venido con mi esposa Verónica y mi hijo Cristian a una rápida visita de carácter privado. Hay algunas cosas por aquí que necesitan de nuestra presencia.
¿Y qué hay en lo deportivo, después de haber colgado los guantes?
Bueno, he estado entrenando durante las últimas semanas en un gimnasio de San Antonio, en donde residimos ahora, bajo las órdenes del ex campeón mundial James Leija.
¿Con qué objeto?
Para mantenerme en forma, además, quiero volver a pelear. Considero que si varios boxeadores adultos que pasan de los 35 años —entre ellos Nate Campbell, Joel Calzaghe, John Ruiz, Roy Jones, Bernard Hopkins, Vernos Forrest, Joel Casamayor y Evander Holifield— lo están haciendo, yo, con 37 y que nunca me han noqueado, puedo hacerlo también.
¿Por qué volver? ¿Por dinero?
No por dinero, porque gracias a Dios, después de mi anunciado retiro, a mí me quedó dinero. El desafió es que yo quiero ganar otro campeonato del mundo. Quiero hacerlo por la gloria deportiva, porque El Salvador sigue sin tener boxeadores ranqueados mundialmente. En Estados Unidos, la gente no tiene pugilistas representativos de este país.
¿Qué ha ocurrido en el lapso de este año y medio después del retiro?
He estado meditando y pensando en el retorno. Quiero volver a ser campeón del mundo para El Salvador y acallar a los críticos y expertos.
¿Está consciente del alto riesgo que significa un retorno a los 37 años?
Seguro, y en aquella oportunidad me retiré porque ya no sentía hambre de gloria y no quería salir lastimado. Si no hay deseo en el corazón, mejor retirarse, y eso fue lo que hice. Ahora siento el deseo de retornar.
¿Puede un boxeador adulto combatir al mismo ritmo que un joven?
En cierta oportunidad yo le dije a Nate Campbell, que tiene mi edad, que pensaba retirarme por mis años. Él me respondió que no hablara así porque esto (los años) es mental y me vaticinó que volvería a ser campeón del mundo, y lo acaba de cumplir, por tercera vez, ganando a un joven.
¿Después del retiro, en 135, cuántas libras llegó a pesar?
Unas 160, hoy estoy en 154 y pretendo volver a las 135 libras. Me siento físicamente fuerte, pero no pienso sacrificarme hasta las 130.
¿Qué dice la familia de un posible retorno al boxeo profesional?
Me apoyan, pero mi esposa no lo sabe. Pronto tocaremos el tema.
¿Qué hay sobre los tan vitales reflejos y la velocidad?
Los conservo. Nada ha cambiado. Me siento hasta mejor.
¿En cuánto tiempo sabremos si hay o no hay retorno?
En unas semanas. Por de pronto sigo entrenando y haciendo contactos.
“Ya no quiero, ya no puedo. Si no puedo ganarle a un boxeador adulto como Kelley es mejor decir adiós. Se terminó mi carrera profesional en los Estados Unidos”, fueron sus palabras en aquella oportunidad.
¿A qué se debe su visita a El Salvador en esta oportunidad?
Hemos venido con mi esposa Verónica y mi hijo Cristian a una rápida visita de carácter privado. Hay algunas cosas por aquí que necesitan de nuestra presencia.
¿Y qué hay en lo deportivo, después de haber colgado los guantes?
Bueno, he estado entrenando durante las últimas semanas en un gimnasio de San Antonio, en donde residimos ahora, bajo las órdenes del ex campeón mundial James Leija.
¿Con qué objeto?
Para mantenerme en forma, además, quiero volver a pelear. Considero que si varios boxeadores adultos que pasan de los 35 años —entre ellos Nate Campbell, Joel Calzaghe, John Ruiz, Roy Jones, Bernard Hopkins, Vernos Forrest, Joel Casamayor y Evander Holifield— lo están haciendo, yo, con 37 y que nunca me han noqueado, puedo hacerlo también.
¿Por qué volver? ¿Por dinero?
No por dinero, porque gracias a Dios, después de mi anunciado retiro, a mí me quedó dinero. El desafió es que yo quiero ganar otro campeonato del mundo. Quiero hacerlo por la gloria deportiva, porque El Salvador sigue sin tener boxeadores ranqueados mundialmente. En Estados Unidos, la gente no tiene pugilistas representativos de este país.
¿Qué ha ocurrido en el lapso de este año y medio después del retiro?
He estado meditando y pensando en el retorno. Quiero volver a ser campeón del mundo para El Salvador y acallar a los críticos y expertos.
¿Está consciente del alto riesgo que significa un retorno a los 37 años?
Seguro, y en aquella oportunidad me retiré porque ya no sentía hambre de gloria y no quería salir lastimado. Si no hay deseo en el corazón, mejor retirarse, y eso fue lo que hice. Ahora siento el deseo de retornar.
¿Puede un boxeador adulto combatir al mismo ritmo que un joven?
En cierta oportunidad yo le dije a Nate Campbell, que tiene mi edad, que pensaba retirarme por mis años. Él me respondió que no hablara así porque esto (los años) es mental y me vaticinó que volvería a ser campeón del mundo, y lo acaba de cumplir, por tercera vez, ganando a un joven.
¿Después del retiro, en 135, cuántas libras llegó a pesar?
Unas 160, hoy estoy en 154 y pretendo volver a las 135 libras. Me siento físicamente fuerte, pero no pienso sacrificarme hasta las 130.
¿Qué dice la familia de un posible retorno al boxeo profesional?
Me apoyan, pero mi esposa no lo sabe. Pronto tocaremos el tema.
¿Qué hay sobre los tan vitales reflejos y la velocidad?
Los conservo. Nada ha cambiado. Me siento hasta mejor.
¿En cuánto tiempo sabremos si hay o no hay retorno?
En unas semanas. Por de pronto sigo entrenando y haciendo contactos.
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