Entre confusión, tensión y un breve intercambio de palabras, Félix ‘Tito’ Trinidad tuvo que ir a un tercer intento para cumplir ayer con éxito su cita oficial con la báscula, y sin necesidad de quitarse los calzoncillos, marcando el peso máximo estipulado de 170 libras para su combate de esta noche frente a Roy Jones, Jr., en el Madison Square Garden.
Sorpresivamente, Jones, Jr., tuvo un peso inferior a Trinidad, al marcar la balanza en 169 y ½ durante la concurrida y accidentada ceremonia realizada a media tarde en el WaMu Theater del Garden, que cerró con una controversia entre ambos bandos por la selección de los guantes.
“Siempre estoy seguro. Sabía que estaba en 170. Él (Jones Jr.) puede decir lo que le dé la gana”, dijo Tito a la prensa que lo esperó por cerca de una hora tras una reunión celebrada a puerta cerrada en un salón contiguo, aunque los oficiales de seguridad del Garden intentaban impedir las labores periodísticas. Sólo la aguerrida intervención de Juan Miguel González, de la oficina del promotor Don King, salvó la situación.
A eso de las 3:30 de la tarde -hora de Puerto Rico-, Jones, Jr. entró a la tarima al tiempo que recibía un sonoro abucheo ‘cortesía’ de las decenas de fanáticos boricuas que colmaron el auditorio, y que unos segundos después estallaron en júbilo con la llegada del orgullo de Cupey Alto, al tiempo que retumbaba el estribillo ‘Tito, Tito, Tito’.
Unos minutos más tarde, tras el acto de apertura de King, le tocó el turno en la báscula a Jones, Jr., quien lucía un físico delgado y de poco color, pero de abdominales excepcionalmente definidos. Uno de sus allegados se acercó a saludarlo y pareció tropezar con la balanza. Entonces llegó el llamado al ‘campeón del pueblo’, quien abrió los ojos con incredulidad al percatarse que la balanza se había detenido en 170.2
Le dieron una segunda oportunidad, y se repitió el resultado para evidente sorpresa de Tito y de su padre, entrenador y manejador, don Félix Trinidad Rodríguez. En ese momento, Jones, Jr., tomó el micrófono y exclamó que “a mí no me importa el peso. Si Tito quiere subir con dos libras más, que suba. A mí únicamente que me den mis guantes Grant y vamos a pelear”.
Ahí comenzó el intercambio de palabras entre Trinidad Rodríguez, el entrenador de Jones, Jr., Alton Merkerson, y miembros de ambos grupos, al tiempo que don Félix exigía una revisión de la báscula al presidente de la Comisión Atlética del Estado de Nueva York, Ron Scott Stevens, quien explicó a El Nuevo Día que el instrumento se mantuvo fluctuando entre 169.8 y 170.2 en las primeras dos oportunidades, hasta que se corrigió la situación. Una vez repuesto el orden, Tito volvió a subir y finalmente marcó las 170 ante los gritos delirantes de su fanaticada y familiares.
“No hay ningún problema. Yo estoy seguro del peso que iba a dar. Solamente me dijeron que estaban moviéndose dos o tres personas, y la pesa estaba en 0.2 -y se miró con todos ellos- inclusive mi papá me dijo que nos íbamos a quitar el calzoncillo, y le dije que no. Yo sabía que estaba en peso”, precisó el ex triple campeón mundial boricua, restándole importancia a las expresiones de Jones, Jr.
“Puede decir lo que le dé la gana, pero él sabe que estoy en el peso y tiene que pelear como quiera”, agregó, tras anticipar que aumentaría un máximo de 10 libras a la hora del combate, y revelar entre risas que “el caldo de gallina hace rato que pasó a ser cadáver”.
Sin embargo, aún restaba resolver la polémica de los guantes. Según King, hay un acuerdo contractual que obliga a ambos peleadores a usar la marca Everlast, con color azul para Tito, aunque Jones, Jr., insistió en su deseo por lucir sus tradicionales Grant.
“Ellos (el grupo de Jones, Jr.) están defendiendo su inversión. Si uno de sus entrenadores quiere montar un debate y exigir que sean Grant, yo no puedo hacer nada. Pero los contratos están claros, y al final del día, con la puesta del sol, estaremos con Everlast. Los guantes no ganan peleas. Los boxeadores ganan peleas, no importa el guante que tengan puesto”, aseveró King, y Trinidad Rodríguez sentenció que “pueden decir lo que quieran. Los guantes los vamos a escoger nosotros, hicieron un issue de eso y se fueron. Hasta la fecha están molestos y a lo mejor no quieren pelear, pero nosotros estamos bien”, dijo.
Sorpresivamente, Jones, Jr., tuvo un peso inferior a Trinidad, al marcar la balanza en 169 y ½ durante la concurrida y accidentada ceremonia realizada a media tarde en el WaMu Theater del Garden, que cerró con una controversia entre ambos bandos por la selección de los guantes.
“Siempre estoy seguro. Sabía que estaba en 170. Él (Jones Jr.) puede decir lo que le dé la gana”, dijo Tito a la prensa que lo esperó por cerca de una hora tras una reunión celebrada a puerta cerrada en un salón contiguo, aunque los oficiales de seguridad del Garden intentaban impedir las labores periodísticas. Sólo la aguerrida intervención de Juan Miguel González, de la oficina del promotor Don King, salvó la situación.
A eso de las 3:30 de la tarde -hora de Puerto Rico-, Jones, Jr. entró a la tarima al tiempo que recibía un sonoro abucheo ‘cortesía’ de las decenas de fanáticos boricuas que colmaron el auditorio, y que unos segundos después estallaron en júbilo con la llegada del orgullo de Cupey Alto, al tiempo que retumbaba el estribillo ‘Tito, Tito, Tito’.
Unos minutos más tarde, tras el acto de apertura de King, le tocó el turno en la báscula a Jones, Jr., quien lucía un físico delgado y de poco color, pero de abdominales excepcionalmente definidos. Uno de sus allegados se acercó a saludarlo y pareció tropezar con la balanza. Entonces llegó el llamado al ‘campeón del pueblo’, quien abrió los ojos con incredulidad al percatarse que la balanza se había detenido en 170.2
Le dieron una segunda oportunidad, y se repitió el resultado para evidente sorpresa de Tito y de su padre, entrenador y manejador, don Félix Trinidad Rodríguez. En ese momento, Jones, Jr., tomó el micrófono y exclamó que “a mí no me importa el peso. Si Tito quiere subir con dos libras más, que suba. A mí únicamente que me den mis guantes Grant y vamos a pelear”.
Ahí comenzó el intercambio de palabras entre Trinidad Rodríguez, el entrenador de Jones, Jr., Alton Merkerson, y miembros de ambos grupos, al tiempo que don Félix exigía una revisión de la báscula al presidente de la Comisión Atlética del Estado de Nueva York, Ron Scott Stevens, quien explicó a El Nuevo Día que el instrumento se mantuvo fluctuando entre 169.8 y 170.2 en las primeras dos oportunidades, hasta que se corrigió la situación. Una vez repuesto el orden, Tito volvió a subir y finalmente marcó las 170 ante los gritos delirantes de su fanaticada y familiares.
“No hay ningún problema. Yo estoy seguro del peso que iba a dar. Solamente me dijeron que estaban moviéndose dos o tres personas, y la pesa estaba en 0.2 -y se miró con todos ellos- inclusive mi papá me dijo que nos íbamos a quitar el calzoncillo, y le dije que no. Yo sabía que estaba en peso”, precisó el ex triple campeón mundial boricua, restándole importancia a las expresiones de Jones, Jr.
“Puede decir lo que le dé la gana, pero él sabe que estoy en el peso y tiene que pelear como quiera”, agregó, tras anticipar que aumentaría un máximo de 10 libras a la hora del combate, y revelar entre risas que “el caldo de gallina hace rato que pasó a ser cadáver”.
Sin embargo, aún restaba resolver la polémica de los guantes. Según King, hay un acuerdo contractual que obliga a ambos peleadores a usar la marca Everlast, con color azul para Tito, aunque Jones, Jr., insistió en su deseo por lucir sus tradicionales Grant.
“Ellos (el grupo de Jones, Jr.) están defendiendo su inversión. Si uno de sus entrenadores quiere montar un debate y exigir que sean Grant, yo no puedo hacer nada. Pero los contratos están claros, y al final del día, con la puesta del sol, estaremos con Everlast. Los guantes no ganan peleas. Los boxeadores ganan peleas, no importa el guante que tengan puesto”, aseveró King, y Trinidad Rodríguez sentenció que “pueden decir lo que quieran. Los guantes los vamos a escoger nosotros, hicieron un issue de eso y se fueron. Hasta la fecha están molestos y a lo mejor no quieren pelear, pero nosotros estamos bien”, dijo.
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