ÁLVARO CARRERA
AS.com
Cuando el
árbitro toma las manos de los púgiles para escuchar el veredicto, las caras de
los boxeadores dicen mucho. En Carson (California) Shawn Porter tenía rostro de
vencido y Yordenis Ugas de vencedor, pero fue al revés para los jueces. El
estadounidense ganó por decisión dividida (116-112, 111-117 y 115-113) al
cubano para continuar como campeón Mundial WBC del peso welter. Un resultado
abucheado por el público y que dejó perplejos a ambos contendientes. Ugas
mereció mejor suerte en una pelea difícil de valorar, pero la sensación general
fue ver al aspirante mejor.
El fin de
semana ya había empezado mal para Porter, que dio algo más de 800 gramos en la
báscula por encima del límite de la división y tuvo que hasta cortarse parte de
su pelo para poder cumplir. Lo hizo y retuvo el título, primer match ball
salvado. Lo festejó como si el combate ya estuviese en su mano, pero lo cierto
es que después tuvo que sufrir. El campeón, eso sí, salió muy bien en los dos
primeros asaltos. Tenía menor envergadura, pero entraba rápido y con criterio,
lo que complicaba a Ugas, que reaccionó desde el tercer asalto y en el
siguiente lo evidenció. Consiguió frenar la movilidad del campeón y comenzaron
a cruzar manos, con mucho peligro. Porter lanzaba más, pero la precisón estaba
del lado del cubano.
El resto de
los asaltos siguieron una línea similar. Porter se movía menos que al
principio, aunque entraba en distancia con gran maestría. Cuando había menos
movilidad se producían más intercambios y ahí siempre parecía más certero el
aspirante, salvo para los jueces ,que determinaron que el mejor fue Porter. Fue
cerrado el duelo. La percepción, clave, aunque las manos más claras siempre
caían para el aspirante... o eso le pareció al público, que abucheó la decisión
y aplaudió al perdedor. Mientras Porter disfrutaba. En dos ocasiones durante el
fin de semana pensó que se quedaba sin título, pero no fue así. Sigue vistiendo
de verde y oro.
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