ÁLVARO CARRERA
AS.com
En el boxeo no se puede dar nada por sentado hasta que está
cerrado. Es una de las máximas de este deporte y el último en seguir esa línea
ha sido Leo Santa Cruz (35-1-1, 19 KO). El mexicano expone este sábado en el
Microsoft Theater de Los Ángeles el Mundial WBA del peso pluma ante su compatriota
Rafael Rivera (26-2-2, 17 KO). A priori parece una pelea sencilla que busca
rodarle después de ganar a Abner Mares en su último pleito. Así lo ven también
las apuestas, que cuelgan el claro cartel de favorito a Santa Cruz (su triunfo
se paga la mínimo). Tiene más boxeo y experiencia en grandes combates, pero el
campeón no quiere ni un ápice de confianza.
"Rivera va a venir con todo. Es la oportunidad de su
vida y ante Joseph Díaz (septiembre de 2017) ya llevó la pelea a las
cartulinas. Quiero púgiles que nos ayuden a dar espectáculo. Él es fuerte,
aguerrido y será que habrá un buen show", avisó Santa Cruz en unas
declaraciones a ESPN en la previa. El mexicano, por tanto, saldrá a ser cauto,
jugando con la distancia e intentando evitar perderse en los intercambios que
puedan sorprenderle. En esa misma entrevista, Santa Cruz reveló el siguiente
paso que le gustaría. Sólo le vale un gran cartel.
"Lo primero es ganar el sábado y después ya veremos,
aunque lo que me gustaría es unficar. Gary Russell, Josh Warrington o porque no
la tercera pelea ante Frampton para definir de una vez por todas quien es el
mejor", concluyó. No quiere chanzas, pero sabe que tras Rivera llegará la
ansiada unficación, aunque primero debe ganar el sábado. La teoría la tiene bien
aprendida.
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