ÁLVARO CARRERA
AS.com
Dillian Whyte ha ido creciendo de manera exponencial desde
que cayó contra Anthony Joshua en diciembre de 2015. En Londres ante el invicto
Lucas Browne tenía una oportunidad de oro para consagrarse en la élite de los
pesos pesados. Lo logró. Dominó cinco asaltos. Se quitaba las manos de su rival
con la cintura, percutía con su jab y dejó claro que la pegada también es su
seña de identidad. En el sexto asalto con un crochet de izquierda dejó inerte a
Browne sobre el ring. Candidato a KO del año y inquietar a Deontay Wilder,
campeón WBC, tras levantar el Silver WBC."¿Dónde estás Wilder? Vamos",
espetó tras el combate.
Whyte era el dueño del cinturón en liza y se mostró como
tal. Salió a dominar, y a Browne no le importó. El jamaicano (residente en
Londres desde los 12 años) comenzó a lanzar su jab como un reloj. No fallaba y
Browne le dejaba. El australiano sabía que debía evitar sus derechas y que la
pelea se podía alargar, por ello, reguló y permitió que todos los jabs del
campeón llegasen a su rostró. Erró. Esa izquierda era un punzón que iba dañando
a Browne, al que cortó en el segundo asalto.
Browne por su parte lanzaba golpes, pero ninguno llegaba a
Whyte, quien con buena cintura y bloqueos las evitaba todas. El combate se iba
declinando de manera clara para el campeón, pero Whyte quería más. En el sexto
asalto subió un punto la intensidad, lanzó una ráfaga de golpes que Browne
pareció bloquear... pero le hizo daño. Aturdido bajó su derecha y por ahí entró
un crochet de Whyte que lo desconectó. Exhibibicón, aullido del 'Lobo
Solitario' y doble mensaje. "Me gustaría una revancha con Joshua, pero
creo que ahora es mi momento ante Wilder", apuntó. Sólo un Joshua vs
Wilder le separaría de verse con el estadounidense. Whyte está en la élite.
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