ÁLVARO CARRERA
AS.com
Cinco cinturones mundiales adornan el salón de Mikey García
(37-0, 30 KO). El californiano (de ascendencia mexicana) es de esos boxeadores
a los que les gusta romper con su zona de confort y en lugar de querer
afianzarse en una categoría ha decidido siempre ir ascendiendo. En 2013 ganó su
primer Mundial, el WBO del pluma, lo repitió y decidió saltar al superpluma.
Otras dos victorias con cinturón en juego y pasó al peso ligero. Dos categorías
parecían un tope para asentarse, pero tras derrotar de manera brillante a
Adrien Broner en el límite del superligero, el californiano decidió que si
aparecía la oportunidad lo intentaría... y apareció.
Ya sea por miedo a medirse a Jorge Linares o Vasyl
Lomachenko, García decidió aceptar un reto que tampoco es nada sencillo: Sergey
Lipinets (13-0, 10 KO). El kazajo (criado en Rusia desde los nueve años) fue el
primer campeón de esa división tras la unificación total que logró Terence
Crawford. La pegada es su mayor virtud, pero ante Akihiro Kondo ganó a los
puntos en su combate más difícil. Es lógico que tras esa subida de peso, García
pueda perder pegada, pero sigue teniendo dinamita en sus manos y es favorito.
La movilidad es la mejor baza del púgil de Ventura, que
buscará alargar la pelea e intentar el boxeo en estático que favorece al
kazajo. Lipinets no tiene un gran carrera amateur (40 combates), pero es muy
experimentado. Antes del boxeo compitió en kickboxing, donde logró grandes
resultados. El kazajo intentará cruzar, García buscará moverse e ir
percutiendo. Así ya minimizó a un gran pegador como Broner en su último combate
y en las 140 libras .
Esa es su estrategia. Mikey García quiere ser campeón en su cuarta división
consecutiva.
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