ÁLVAROCARRERA
AS.com
Durante su última semana como profesional Miguel Cotto
recibió halagos y críticas casi por igual. Los primeros por una intachable
carrera que le convirtió en leyenda viva del boxeo e hizo que su despedida se
convirtiese en un hecho histórico. Los reproches le llegaron por el rival:
Sadam Ali. Un desconocido, un rival fácil para acabar con victoria sin
sufrir... fueron algunas de las mejores cosas que se escucharon sobre él.
Pintaba a invitado en la fiesta de despedida, pero demostró ser un púgil de
categoría. Silenció el Madison Square Garden que esperaba ver a Cotto con el
brazo en alto. El final no fue el previsto. Ali ganó en las cartulinas
(115-113, 116-112 y 115-113) y acabó con el Mundial WBO del superwelter en su
cintura. No hubo fiesta.
Cotto era consciente de que en su despedida sólo podía
mandar una persona, él. Salió a hacerlo, pero en el segundo asalto descubrió
que su adiós no iba a ser tan plácido como se preveía. Crochet de derecha
directo al mentón, donde duele... y el boricua tuvo que hacer gala de su
veteranía para aguantar el envite. Se repuso y siguió tirando golpes con todo.
Lo cierto es que nunca llegó a estar cómodo, pero no dejó de intentarlo, lo que
provocó que la pelea fuese muy cerrada.
El boricua intentaba cerrar huecos como podía y Ali salía
bien, golpeaba duro y se iba. Esa fue la tónica. El aspirante demostró que
Cotto no había perdido su calidad, porque dio una buena clase de como quitarse
manos, pero sí se le vio falto de velocidad y pegada. Porque el campeón tuvo
golpes buenos, en otro momento hubiesen sido letales... pero la edad pesó.
También se notó al final, cuando Ali mejor se encontró de piernas y acabó de
declinar las cartulinas de su lado. Le faltó el rus final a Cotto, todo podría
haber cambiado, pero en un combate tan parejo la falta de fuelle y las contras
fueron clave.
Ali pegó menos, pero fue más certero. Peleó con más cabeza,
Cotto le puso corazón, como siempre ha hecho en su carrera. Evitó las lágrimas
como pudo mientras se leía el veredicto de los jueces. Le dolía perder, pero
más ver como Freddie Roach le quitaba las vendas por última vez. Ali reinó en
el Madison, a Cotto no le hizo falta. El público le despidió entre vítores y
Canelo Álvarez resumió la noche de la mejor manera posible en un tuit. No
importa la derrota, "disfruta de tus grandes logros, campeón".
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