ÁLVARO CARRERA
AS.com
El sueño de todo boxeador es retirarse en la cúspide de su
deporte. Acabar ganando y como campeón mundial, ese es su reto. No es fácil y
por ello pocos son los que lo pueden lograr, Miguel Ángel Cotto (41-5, 33 KO)
es uno de ellos. El boricua cuelga este sábado los guantes en el Madison Square
Garden de Nueva York. Es leyenda viva de las dieciséis cuerdas y atesora en
estos momentos el cinturón mundial del peso superwelter por la Organización
Mundial de Boxeo (WBO, en inglés). Su idea es conservarlo y la de Sadam Ali
(25-1, 14 KO) es arrebatárselo.
Cotto se despide después de 16 años como profesional y 20
títulos mundiales, repartidos en cuatro pesos, en su vitrina. Ha marcado una
época en el boxeo y en su último combate, ante Kamegai en agosto, no dio
muestras de estar cuesta abajo. El boricua fue fiel a su estilo, buscó la
guerra y el KO casi llega, pero cuando el físico le falló tiró de veteranía
para ganar de manera solvente. Es un superclase y lo demostró. Con esa
exhibición no surgen dudas sobre su estado y sí se centran en su rival, quien
en la única pelea que ha tenido contra un rival de renombre cayó noqueado.
El púgil puertorriqueño quería a Canelo Álvarez para su
despedida, o a Golovkin si le ganaba... pero el nulo entre ambos le hizo
cambiar de planes. Se esperaba un boxeador de renombre, ya fuese veterano o
nobel, pero al final todo fue diferente. No quieren sorpresas en Golden Boy,
Cotto cuelga los guantes con una exhibición y ese es su objetivo. Ali no será
fácil, pero las apuestas lo dejan claro: Cotto es favorito. En cuanto a un
retorno más adelante, el boricua fue claro en el entrenamiento público previo a
la pelea. "¿Volvería si Golovkin o Canelo le llamasen?", le preguntó
una periodista. "Que se llamen entre ellos", replicó entre risas. No
hay vuelta atrás, Cotto se subirá al ring por última vez en The Garden. El
último baile de la leyenda.
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