Un KO suele dejar pocas dudas en una victoria. La vía del
cloroformo es la mejor manera de acallar a los críticos y dar una decisión
unánime… o no. Ward y Kovalev se han visto envueltos en una gran controversia
desde su primer combate en noviembre. En él Ward ganó a los puntos con mucha
discusión. En la secuela el estadounidense volvió a ganar, por KO en esta
ocasión, pero el debate no abandonó la esquina del ruso. Kovalev se quejó de la
temprana parada del árbitro y de dos golpes bajos, aunque lo cierto es que el
campeón mostró un boxeo superior.
La igualdad que ofrecieron ambos púgiles en su primer
combate la volvieron a ofrecer en los seis primeros asaltos. Kovalev quería
dominar, pero Ward había aprendido la lección y no se dejó sorprender. El ruso
no llegaba con sus potentes manos, mientras que Ward se dedicaba a hacerle
fallar y contestaba con duras combinaciones. Los asaltos eran muy cerrados, con
una lucha sin cuartel y mucho ritmo. El campeón sangraba desde el cuarto
asalto, pero se le veía más fresco que a Kovalev.
En el séptimo las tablas seguían en las cartulinas, los dos
se iban repartiendo las puntuaciones, pero las manos de Ward comenzaron a hacer
más daño. Kovalev fallaba golpes e iba recibiendo un duro castigo. En el octavo
encajó una tremenda derecha que hizo flojear sus piernas, Krusher aguantó… pero
el KO estaba sobrevolando la Sala Mandalay Bay de Las Vegas. Ward se dio
cuenta, apretó y llevó a Kovalev contra el encordado. El campeón conectó dos
manos duras en la zona hepática (la segunda rozando la legalidad), el aspirante
estaba desarmado y el referí, Tony Weeks, detuvo la pelea. Ward se confirmaba
como la bestia negra de Kovalev.
“Podía haber
seguido”, se quejó amargamente el ruso a lo que añadió “además los dos últimos
golpes han sido ilegales”. Más leña de Kovalev, que aprovechaba para pedir
“quiero otro combate”. Ward, que retenía sus tres cinturones del peso
semipesado (WBA, IBF y WBO), tuvo claro que fue muy superior “¿soy el mejor
libra por libra ya?”, espetó. Victoria sin discusiones, pese a la controversia
final y el campeón dejaba claras sus intenciones: “no habrá tercer combate, me
gustaría subir al peso crucero”. Ward está lanzado y quiere dejar un legado
amplio.
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