JESÚS MÍNGUEZ
AS.com
Los dos son campeones del mundo. Los dos se apellidan
Martínez, aunque uno venga de Quilmes (Argentina) y el otro de Torrellano,
Elche. Los dos comparten entrenamiento. Uno, Sergio Maravilla Martínez, es una
estrella mundial del boxeo. El otro, Kiko Martínez, aspira a serlo. Lo curioso
es que el argentino afincado en Madrid todavía no se ha bajado del ring camino
de los 39 años y antes de hacerlo ya levantó una promotora, Maravillabox, cuyo
fichaje estelar fue ese chico de Elche que pegaba como una mula.
Se hizo su mánager, dio un impulso a su carrera, y en agosto
Kiko se lo agradeció consiguiendo el Mundial FIB del supergallo en Atlantic
City frente al colombiano Momo Romero (KOT, 7º). El pasado 21 de diciembre en
Elche lo defendió con éxito ante el sudafricano Jeffrey Mathebula (KO en el
9º). Ayer pasaron los dos por AS para contar sus planes de futuro en la semana
en la que han reanudado sus entrenamientos.
Hasegawa. El horizonte de Kiko ya está definido: el 23 de
abril, miércoles, pondrá en juego su cinturón en Osaka (Japón) frente al local
Hozumi Hasegawa. “En mi mente está pelear en países donde se reconozca el
boxeo, y Japón es uno de ellos. Yo quiero ser tan grande como Maravilla, ser
recordado a nivel mundial y para eso hay que enfrentarse a gente de primer
nivel… Además una de mis ilusiones era conocer China o Japón. ¡Y voy a ir
gratis”, bromea el alicantino mientras su mentor suelta una carcajada a su
lado. “¡Te van a tratar como a un rey, Kiko! Es un país donde existe un gran
respeto por los boxeadores”, advierte Sergio.
Hasegawa no es un don nadie. Con 33 años y un récord de 33
victorias y cuatro derrotas ha sido campeón del mundo del Consejo Mundial (CMB)
en el gallo, del que hizo diez defensas con éxito, y también del CMB del pluma.
La potente Taiken Promotions ha tutelado su carrera y siempre ha boxeado en su
tierra. “Fue la mejor oferta que nos llegó”, cuentan. “Kiko boxeó el 21 de
diciembre y el día 22 teníamos ya una propuesta de Carl Frampton (norirlandés,
le arrebató el Europeo previamente), el 23 de Scott Quigg (inglés, campeón de
la AMB), otra de México… Y la mejor, la del Mr. Honda (propietario de Taiken
Promotions), así que tardamos diez minutos en decidirnos”.
“Kiko tiene el estilo justo para boxear en casa ajena,
porque sale a romper al rival desde el primer momento y va a ser muy grande. Su
boxeo es de avance”, corrobora Maravilla. Será el séptimo país al que tenga que
viajar el español, que ya ha boxeado en Inglaterra, Irlanda, Sudáfrica,
Francia, Argentina y Estados Unidos. “Después, me gustaría poder enfrentarme a
Nonito Donaire, a Guillermo Rigondeaux o hacer una revancha con Frampton. Creo
que voy a ser campeón mundial mucho tiempo, y también en el peso pluma. Ya no
les veo un escalón por encima”, advierte el de Torrellano, que acredita 30
victorias (22 por KO) y cuatro derrotas.
Confianza. Esos nombres sólo se pueden citar si se está
lleno de confianza. “Hay combates que te cambian la perspectiva. A mí me
ocurrió en Manchester (en 2003, frente a Richard Williams, cuando ganó un
Mundial menor, el de la IBO, viajando en condiciones precarias y sufriendo
mucho). Allí me hice hombre. A Kiko le pasó eso ante el Momo. Es como un golpe
de agua fría en la cara. De repente, te encuentras sorprendido de lo que puedes
llegar a hacer. Hay experiencias que te minan o te hacen fuerte...”, recuerda
Maravilla. Los dos llegaron a boxear gratis, con promesas incumplidas de por
medio. Y los dos son ahora campeones del mundo.
Sergio Martínez, uno de los mejores libra por libra en los
ránkings lo que da acceso a bolsas millonarias, también ha vuelto al tajo estos
días. “Me duele todo el cuerpo”, se sincera. Lo ha hecho porque, al 99%, y si
nada se tuerce esta semana, volverá a subirse al ring el 7 de junio en el
Madison Square Garden de Nueva York. Su rival, Miguel Cotto. Un puertorriqueño
afincado en la Gran Manzana de 33 años (cinco menos que el argentino) con
pegada terrible: 38 victorias (31 por KO) y cuatro derrotas. Perdió con Floyd
Mayweather y Manny Pacquiao, pero ha derrotado a ilustres como Antonio
Margarito, Ricardo Mayorga, Joshua Clottey, Zab Judah o Shane Mosley. De frenar
a Maravilla, que podrá en juego su cinturón de campeón del medio del CMB y el
de The Ring, habría sido campeón mundial en cuatro divisiones.
Las negociaciones no están siendo fáciles. “Las normas
dictan que el campeón vaya primero en la cartelera, que esté en la esquina
roja, que suba el último al ring... Y Cotto, por una simple cuestión de ego, lo
quiere todo al revés... Pero ya me da igual; si hay un boxeador al que me
motiva enfrentarme es a él: es un gran campeón y un futuro miembro del Salón de
la Fama... Al que voy a machacar”, aventura.
El boxeador, promotor y mánager no sube al ring desde abril
del 2013, cuando derrotó por decisión unánime a Martin Murray en el estadio de
Vélez: ante 40.000 personas y en medio de la lluvia. Una locura colectiva en la
vuelta a su país después de haber escrito páginas brillantes en Estados Unidos
contra Paul Williams (KO del año en 2010), Kelly Pavlik o Julio César Chávez
Jr. Una batalla a la que se presentó herido y que le dejó heridas
“Diez días antes, me
lesioné el hombro izquierdo, pero era una velada que no se podía suspender
—recuerda—. Luego en los primeros asaltos me fracturé el hueso grande de la mano
izquierda y una rodilla también falló. Yo casi no pude y Murray casi no quiso.
Fui yo, pero disminuido”. El inglés lo tuvo en su mano, pero se vio superado
por el ambiente y por la casta para aguantar de un tipo que se ha hecho a sí
mismo.
Lesiones. Las costuras de Maravilla, que el 21 de febrero
soplará 39 velas, dejan dudas de lo que pueda ofrecer ante Cotto. “Claro que
veo que cada combate que pierda puede ser ya el último —se sincera—. Pero por
eso salgo a matar o morir. Compartí entrenamientos con Kiko antes de medirme a
Murray y voy a volver a hacer la primera fase de mi preparación junto a él
(luego, si se cierra lo de Cotto, la cadena HBO le obligará a estar cuatro
semanas en EE UU para la promoción). Nunca he visto a nadie como él a mi lado.
No flaquea”. Los dos trabajarán con los hermanos Pablo y Gabriel Sarmiento.
Este último estuvo un tiempo fuera del equipo. “Ya está todo arreglado y viene
a sumar: es el mejor en la preparación y Pablo, el mejor en la esquina”.
¿Y los dos juntos en una cartelera pronto? “Kiko ya no puede
ser la sombra de nadie”, advierte Maravilla. Quiere que su chico vuele solo.
Que brille. Que llegue a ser tan grande como él.
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