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No hay duda de que la vida de Mike Tyson da para una película. Con la historia del campeón de los pesados más joven de la historia, con 20 años, que bajó luego a los infiernos. De momento no lo hay. Pero sí una obra que le tiene a él de protagonista. Un reality con un título más que definitorio: La cruda verdad. Una confesión en público de Iron Mike que arrancó como un experimento en Las Vegas, que llegó a Broadway en Nueva York pulido por el director Spike Lee y que ahora va a iniciar una gira de diez semanas que tocará 30 ciudades de Estados Unidos y que tiene aspiraciones de convertirse en internacional. Además, con buena parte de la recaudación no para el bolsillo del hombre que dilapidó los 300 millones de euros que ganó con sus puños sino para la Mike Tyson Cares Foundation que asiste a 7.000 jóvenes sin recursos. "Yo era uno de esos chicos. Al igual que yo necesitaban ayuda. ¿Quién pensó que un chico como yo podría llegar a ser el Mike Tyson que la gente conoce en todo el mundo?", cuenta el excampeón a ESPN. Limpio ya de alcohol y drogas, según su confesión, ha encontrado a través de La cruda verdad, donde repasa episodios de su vida y se somete a preguntas del público, una vía de escape. "El escenario me pone muy arriba. Los aficionados me ponen muy arriba. Eso es lo que estaba buscando cuando me drogaba y no podía recibirlo", explica el hombre que califica su show como "una montaña rusa de emociones". Desde la muerte accidental de una hija de 4 años en 2009, su paso por la cárcel acusado de la violación de la Miss América Negra Desiree Washington (curiosamente en Indianápolis, donde comienza la gira), hasta todos sus triunfos y fracasos en el ring. El terrible noqueador no quiere acabar KO por la vida.
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