Confirmando su favoritismo, Andre Ward (26-0, 14 KOs) venció por KO a Chad Dawson (31-2, 17 KO) este sábado en Oakland, California, mantuvo sus cinturones supermedianos del Consejo Mundial y de la Asociación Mundial de Boxeo y dio un paso más hacia el lugar que para muchos ya merece en el boxeo mundial: un lugar entre los mejores tres libra por libra del planeta.
Y si bien Ward era favorito, era una incógnita saber cómo se las vería ante un hombre más pesado y con mayor alcance. Muy temprano todos supimos que Dawson no tenia ni con qué inquietar al dueño de casa, por más que ya en el primer asalto mostró cuál sería su estrategia: jab, jab y pelea a distancia.
Ward achicó los espacios, utilizó su velocidad para meterse dentro de la guardia del rival y golpeó por el lado que este no esperaba: con la izquierda por encima de su largo brazo derecho. Allí no demoró en martillear y lo hizo tantas veces que al final de la batalla, a Dawson le habían computado ochenta golpes de poder recibidos en la zona izquierda de su cabeza.
Sin plan alternativo, Dawson sucumbió ante la velocidad e inteligencia de Ward. Cayó en el tercer asalto, también en el cuarto y hasta parecía que Ward lo acabaría cuando quisiera. Pero el hombre de Oakland es uno de esos raros casos de campeón con balance perfecto entre ataque y defensa. Nunca menospreció la pegada del más grande y arriesgó cuando se lo dictó su pensamiento y no la oportunidad.
Dawson amarró en forma permanente y mostró temprano que solo pretendía llegar de pie al final. Tan así fue que en su esquina le insistían para que arriesgara. "Chad aquí no vinimos a participar, vinimos a ganar" le gritaba su entrenador. Y Chad lo intentó con algunas ráfagas, mas por rebeldía que por condiciones. Fue inútil. Recibió una paliza hasta que luego de caer en el décimo asalto, le pidió al réferí Steve Smogger que parara la pelea.
Fue un combate desigual donde la velocidad de Ward marcó el rumbo. Ward es un campeón con mayúsculas, repleto de alternativas, que consigue leer el combate con astucia y le basta un round para detector las debilidades en el plan de su adversario. Tiene sangre fría para controlar sus ímpetus y sangre caliente si es necesario salir al intercambio franco. Defensivamente no comete errores y cada vez que ataca sus combinaciones no fallan. Donde apunta, acierta.
Dawson no planificó bien su pelea y su esquina fue inoperante: no le dieron ningún consejo. Ward se aburrió de golpear con la izquierda por arriba, pero jamás le advirtieron que debía subir el brazo derecho. No supo dar el paso atrás, careció de velocidad y de poder para inquietar al rival. ¿Pudo afectarle la bajada de 175 a 168 libras? Es posible, pero después de la pelea Dawson reconoció que Ward fue mejor.
En resumen un gran triunfo del que entiendo debe ya ser considerado uno de los mejores libra por libra y un anuncio de que para el futuro lo veremos en más peleas de este tipo.
" Estoy pensando en subir a 175 libras y seguir desafiando a los mejores" dijo al final de la batalla. Así hablan los campeones.
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