"MARAVILLA" DEJA CLARO QUIÉN ES EL AUTÉNTICO CAMPEÓN MUNDIAL DEL PESO MEDIO

JOSÉ MANUEL MORENO. "BOXEO VELEÑO".

Se habían dicho de todo en los meses anteriores a la pelea, pero a la hora de la verdad, el único que habló sobre el ring del Thomas & Mack Center de Las Vegas fue el argentino Sergio "Maravilla" Martínez. El hijo de la "Leyenda" fue eso, un recuerdo vago y borroso del gran peleador que fue su padre. Maravilla no necesitó realizar grandes alardes en la noche del pasado sábado. Chávez Jr. no le inquietó, se limitó a dejar pasar los asaltos como si el mero hecho de ser el campeón le fuera a otorgar la "bula" de ganar la pelea sinplemente con no ser noqueado. Fue una auténtica decepción la actitud toda la pelea del mexicano, dominado a placer, con su estilo espectacular, efectivo y efectista por un segurísimo Martínez. En realidad, el combate fue una decepción hasta llegar al último round. Ya en el penúltimo Chávez Jr. dio señales de vida con varias combinaciones y añadiendo más grados de presión. Pero en el último asalto, faltando minuto y medio para el final, varias derechas poderosas y consecutivas del campeón hicieron primero caer y después tambalearse a quien había dominado ampliamente la pelea.

La sombra o el "déjà vu" de la mítica pelea entre Chávez y Meldrick Taylor del 17 de marzo de 1990 sobrevoló por encima de las cabezas de los más de 20.000 espectadores que con mayoría abrumadora de seguidores mexicanos vieron cerca el milagro. Pero el empújón de Chávez Jr., la ayuda para levantar a Martínez a cargo del árbitro Tony Weeks y la capacidad de recuperación como el gran campeón que es del argentino lograron aguantar dramáticamente en pie hasta el final y así, con la lógica victoria a los puntos por decisión unánime (para nosotros, 117-110) poner las cosas en su sitio y hacer que el Consejo Mundial de Boxeo le devolviera lo que un día, hace más de año y medio le despojó: la corona de campeón del mundo del peso medio. ¿Revancha? Sería lucrativa para el residente en Madrid, pero él quiere medirse al mejor, y ese tiene nombre y apellido: Floyd Mayweather. Esa pelea sí que sería la bomba.