martes, 8 de mayo de 2012

C O M B A T A Z O



JUAN SANCHEZ RUIZ

La madrugada del 18 de septiembre pasado Víctor Ortiz le propinaba un cabezazo a Floyd Mayweather, y de paso al boxeo, y junto a la actuación ventajista aunque absolutamente legal del "Money", acabaron por arruinar un combate que se prometía muy interesante.
Pero Cotto es otra historia; es la seriedad y la profesionalidad personificadas, a la que se ha unido la gran profesionalidad del amateurismo marrón que aún persiste en algunos países, como Cuba en el caso que nos ocupa, en la persona de Pedro Luis Díaz.
En su segundo combate ante Margarito, Cotto me decepcionó; se pasó todo el combate huyendo del empuje del mejicano, no sé si fruto sólamente de una táctica inteligente, o si en el primer combate entre ambos los puños de ¿yeso? de Margarito le habían dejado alguna secuela psicológica.
Lo cierto es que Miguel Ángel Cotto en esta ocasión salió al ataque, y quedó garantizado el espectáculo. Gran combate y gran victoria de Floyd Mayweather.
El borícua es uno de los mejores boxeadores de lo que llevamos de siglo, pero el de Michigan es un boxeador triple A. Resulta inverosímil que sólamente con el hombro izquierdo pueda anular la derecha de un pegador como Cotto, y con qué maestría colocaba el crochet largo de derecha y así burlar la cerrada guardia del portorriqueño. Y a pesar de todo ello, el estadounidense acabó con el rostro castigado como nunca antes habíamos podido verlo.
Mayweather, detrás de un carácter excéntrico e infantil, esconde también una profesionalidad que hace que siempre se presente en las peleas perfectamente preparado. Recuerdo una frase que pronunció hace unos años: "Si quiero seguir siendo campeón del mundo, me tengo que levantar todos los días a las cuatro de la mañana para ir a correr". Si además se confirman los dolores en una mano y un proceso febril los días previos al combate, que provocaron que perdiera cuatro libras con respecto al peso oficial, y que por lo tanto peleara como peso welter por la corona superwelter, hace que su profesionalidad y su victoria suban muchos enteros.
En definitiva y en mi opinión resultado absolutamente justo; pero el gran espectáculo que se vió en el ring bien merecería una segunda edición.



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