miércoles, 28 de marzo de 2012

SALIDO LE DIO VIDA AL PESO PLUMA



DIEGO MORILLA ESPN.com

El camino estaba allanado para que la división de peso pluma tuviese su enfrentamiento estelar, y que toda la categoría tuviese un hombre a vencer, un campeón unificado y legítimo con todas las letras. La rivalidad estaba dada, los protagonistas estaban ansiosos, y todas las estrellas estaban alineadas para que viésemos un combate que podría haber sido el inicio de una trilogía de alto vuelo.
Pero hoy, aquel choque anhelado entre los ex campeones de peso pluma Juan Manuel López y Yuriorkis Gamboa cae en la larga historia de interrogantes de la historia del boxeo. La demora continua de ese combate, impulsada por lo que hoy sabemos que fue una avaricia desmedida por parte del promotor de ambos peleadores (Bob Arum) al intentar acrecentar el valor del combate con el paso del tiempo, terminaron por imposibilitar su realización.
Hoy, las acciones de López cotizan en baja y sin mucha expectativa alcista, y Gamboa ya ni siquiera milita en las 126 libras. Una reestructuración de la división se impone tanto en los análisis de combates futuros como en el verdadero valor de los protagonistas actuales.
Y cuando hablamos de protagonistas, está claro que el mexicano Orlando Salido es el que lleva la voz cantante en la división tras sus dos victorias sobre López en un período de doce meses, y luciendo dominante en esas dos ocasiones. Está por verse si su amplio dominio ante López fue producto de su propio resurgimiento o de la recaída actual del boricua, pero es igualmente válido y pone a Salido en el asiento del conductor de una división que necesita un líder firme y constante.
En teoría, el líder de la división debería ser el veteranísimo Chris John, el campeón más longevo de la actualidad con casi nueve años de reinado interrumpido. John es monarca desde septiembre de 2003 y acumula 14 defensas de su faja, incluyendo una convincente defensa ante Juan Manuel Márquez en 2006 y varios combates notables antes y después. Pero el indonesio ha fallado a la hora de atrapar la atención del público mundial con su estilo metódico y constante pero poco explosivo, y sus escasas incursiones en el mundo occidental no han ayudado mucho a su causa.
En principio, un combate entre Salido y el todavía invicto John decidiría con claridad la superioridad en esta división de cara al futuro inmediato, pero hay otros oponentes posibles más vendibles en los mercados de este lado del planeta que podrían darle aún más interés a la división.
Encontrarle rival a Salido no será difícil. A pesar de la espectacularidad de su nocaut sobre López, está claro que el sonorense lució vulnerable en más de una ocasión, y no solo ante López. En los dos combates disputados con anterioridad a su último compromiso (ante dos desconocidos como Weng Haya y Kenichi Yamaguchi), Salido no terminó de convencer con sus desparejas actuaciones, llegando a visitar las lonas y a lucir en problemas durante varios pasajes de esas peleas.
Ante esas demostraciones de desgaste, serán muchos los que intentarán desbancar a Salido del puesto de privilegio que se ganó en sus dos triunfos sobre López. El primero en tomar la posta fue su compatriota Jhonny González. El actual campeón del Consejo Mundial de Boxeo avisó que le guarda el turno a Salido para después de su próxima defensa, que se dará el 28 de abril ante el dominicano Elio Rojas. Y no sería raro que monarca de la Asociación Mundial de Boxeo, el panameño Celestino Caballero, se sume a ese coro de retadores. El istmeño pidió en decenas de oportunidades una chance de combatir con López para dirimir su rivalidad personal con él, y tener ahora la oportunidad de ganarle al vencedor de su rival soñado sería un sueño realizado por partida doble.
No hay que descartar tampoco un ascenso subrepticio en los niveles secundarios de la división, donde pululan púgiles más que respetables como Mikey García, Jonathan Barros, Daniel Ponce de León y el mismo López que, por devaluado que esté, podría recuperarse con alguna victoria (más que posible) ante alguno de ellos y reencausar su carrera hacia la cima, por arduo que esto suene. Cualquiera de estos retadores es perfectamente capaz de acumular algún logro de recuperación en el futuro cercano (como una victoria ante el soporífero australiano Billy Dib, a quien cualquiera de ellos podría ganarle) y sumarse al pelotón frontal en esta división.
Como siempre, estos choques están supeditados a que ninguno de ellos intente un salto de categoría que los aleje de esta grilla de peleas potenciales. Pero la posibilidad de que alguno descienda de categoría es casi nula (exceptuando quizás a Caballero), y la probabilidad de un ascenso de división está frenado implícitamente por la presencia del nuevo niño de oro del boxeo actual: Adrien Broner. Su intimidante posición en la cima de las 130 libras hará que muchos piensen dos veces (o más, o quizás ninguna) antes de acumular unos kilogramos de más.
Pero el verdadero premio mayor puede estar viniendo en ascenso lento pero seguro. Y ese no es otro que el filipino Nonito Donaire, uno de los cinco mejores boxeadores del mundo con una creciente fanaticada y gran presencia mediática, que viene acumulando títulos en nuevas divisiones con la facilidad de una topadora sobre un pastizal. El ascenso de Donaire a las 126 libras ya ha sido discutido en varias instancias, y se vislumbra que el filipino podría llegar algún día hasta el peso ligero.
Y antes que lo pregunten, la respuesta es sí: Donaire-Broner se dará algún día, y será el Manny Pacquiao-Floyd Mayweather de los pesos más bajos (a mí también se me hace agua la boca). Pero mientras llegue ese combate soñado, Donaire querrá dejar su marca en la división que su compatriota Pacquiao también tuvo algunos de sus mejores combates, y esperemos que su paso por esta categoría, por corto que sea, deje algunos cruces tan memorables como los que Pacquiao dejó ante Marco Antonio Barrera en el 2003 y Juan Manuel Márquez en el 2004. Solo esperemos que Arum (a cargo de la carrera de Donaire, por el momento) no termine por demorarlo hasta el cansancio para finalmente arruinarlo del todo.
Las opciones de Salido son muchas, y los potenciales cruces en la división pluma abarcan un amplio espectro de expectativas muy interesantes. Pero suceda lo que suceda, seguramente pasará un tiempo antes de que el polvo se asiente y la división de peso pluma produzca una rivalidad tan galvanizante y potencialmente redituable como la fallida rivalidad López-Gamboa.
Lo que es seguro es que, mientras esperamos que eso suceda, veremos algunos choques más que interesantes entre boxeadores que se merecen algo de exposición adicional en el primer plano de esta categoría, en lugar de estar haciendo choques de segundo nivel a la sombra de dos boxeadores estelares que finalmente ni siquiera terminen enfrentándose entre sí.

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