martes, 20 de marzo de 2012

"MARAVILLA" DESPIERTA EN EL 8º ROUND Y APLASTA A UN BUEN MACKLIN


JOSÉ MANUEL MORENO. "BOXEO VELEÑO".

El "madrileño" de Quilmes Sergio "Maravilla" Martínez venció el pasado sábado al británico Mathew Macklin por abandono de este al finalizar el undécimo asalto. Los 4.671 espectadores que llenaron el Teatro del Madison Square Garde vivieron sorprendidos cómo durante los primeros siete asaltos se trató de una pelea competida e igualada, sin el brillo habitual en las peleas de "Maravilla" Martínez. Incluso, la mayoría de los aficionados, seguidores de Macklin, celebraron ruidosamente la supuesta caída del argentino en ese séptimo episodio, que no fue sino un error del árbitro Eddie Cotton, quien no se percató que fue un tropiezo entre piernas, por no hablar directamente de un empujón con las mismas, algo habitual por otro lado en peleas entre zurdos contra diestros, y no un golpe lo que motivó que Martínez tocara la lona con su mano derecha. Era el momento más álgido del británico que pareció que podría volcar apuestas y pronósticos. HBO otorgaba dos puntos de ventaja para Macklin al finalizar ese round, y no parecía disparatado. Pero justo en ese momento apareció el maestro, el catedrático más bien, del boxeo del siglo XXI, y empezó a ejercer un dominio avasallador que cumplimentó de forma espectacular con dos caídas, la primera de ellas a falta de veinte segundos para finalizar el penúltimo asalto, con una izquierda tremenda que hizo casi volar contra las cuerdas a su rocoso rival. Segundos más tarde otra izquierda asesina se estrellaba en el mentón de Macklin, que además lucía un aparatoso corte en su párpado derecho. Buddy McGirt, entrenador de Macklin, con buen criterio lanzó la toalla al finalizar el round, decisión totalmente lógica.

El británico cumplió un papel decoroso, casi heróico ante un rival muy superior, le plantó más batalla de la esperada, pero como dijo un pletórico Martínez tras la pelea, "yo no peleo para seis asaltos, hago mi estrategia para doce". Y de que no es mayor pueden dar fe sus últimos cinco rivales, cuatro de los cuales cayeron antes del límite. El quilmeño tiene, con su estilo a la antigua usanza de guardia baja, cuerda para rato, y esperemos que en los próximos tiempos pueda cumplir su sueño de vérselas en un cuadrilátero con el que para él mismo es el mejor lpeleador libra por libra del mundo: Floyd Mayweather. Sería el combate del siglo, o por lo menos, un extraordinario combate.

1 comentario:

Magnito dijo...

Vaya crack. En cuanto subió el ritmo y cogió la iniciativa, el rocosísimo Macklin no tuvo ninguna oportunidad. Tácticamente excepcional. Poco más se puede decir.