viernes, 10 de septiembre de 2010

Klitschko vs. Peter II


DIEGO MORILLA ESPN.com


Se dice a menudo que lo que no mata engorda, y el boxeo no escapa a la efectividad de ese dicho popular. A menudo, las peleas más disputadas y arduas en la carrera de un boxeador marcan un punto de inflexión en el que uno de los dos rivales sale fortalecido aún a pesar de haber sufrido un traspié o una situación de extrema zozobra, mientras que el otro simplemente no logra capitalizar el buen momento vivido y ve diluidas sus posibilidades futuras de alcanzar sus metas más anheladas.
Recordemos dos casos emblemáticos: Julio César Chávez vs. Meldrick Taylor (la primera, y a mi gusto la única pelea verdadera entre ambos), y John Ruiz vs. David Tua.
A pesar de haber estado al mismo borde del precipicio, el inmortal Chávez remontó una espectacular pelea para alzarse con una victoria que fue una mera antesala de un segundo impulso a su ilustre carrera, mientras que su rival comenzó ahí, a pesar de su formidable esfuerzo de aquella recordada noche, una decadencia que no tuvo fin. Por su parte, Ruiz cayó estrepitosamente ante un Tua arrollador y terminó en el hospital ponderando la continuidad de su carrera misma, pero en el futuro el boricua nacido en Chelsea logró victorias impensadas ante púgiles como Evander Holyfield y con ellas el tan ansiado campeonato mundial de peso completo, mientras que el samoano afincado en Nueva Zelandia simplemente desapareció de la escena tras su derrota posterior ante Lennox Lewis.
Algo similar le sucedió a los rivales que el sábado por la noche se enfrentarán en su esperada revancha en el Commerzbank Arena de Frankfurt, Alemania, frente a una audiencia calculada en 45.000 personas en el estadio y millones más siguiendo el combate en vivo a través de ESPN3.com desde las 4:30pm ET y luego en diferido por ESPN Deportes a las 8pm ET.
Pero más allá del aspecto físico que puedan exhibir ambos peleadores, es innegable que ambos [Klitschko y Peter], se han preparado a consciencia para un combate a todo o nada que tiene el potencial de repetir o revertir la tendencia marcada en la primera pelea entre ambos.
En su primer combate entre ambos hace ya cinco largos años, el hoy campeón de peso pesado Wladimir Klitschko enfrentaba a Samuel Peter en lo que fuera una pelea eliminatoria para luego disputar el título mundial de peso completo. Y tal como se desarrolló la pelea, la palabra "eliminatoria" nunca estuvo mejor aplicada que en este caso, porque Klistchko no solamente remontó tres visitas a las lonas para luego imponer su boxeo y llevarse la victoria en las tarjetas por 114 a 111 en los tres cartones oficiales, sino que dio el primer paso hacia logros mucho mayores y victorias mucho más claras, mientras que su rival comenzó a transitar, aquella lejana noche de septiembre del 2005 en el Boardwalk Hall de Atlantic City, N.J., el sinuoso camino en el que haría honor a su ominoso apodo de La Pesadilla Nigeriana y que lo eliminaría de los listados de retadores serios al título mundial.
Es fácil argumentar que un boxeador que envía a su rival tres veces a las lonas tiene todo el derecho a ver el vaso medio lleno y a considerar que ya tiene media pelea ganada. Pero no hay nada que indique que semejante forma de pensar sea aconsejable, especialmente cuando el rival es parte de un dúo de hermanos (junto a Vitali, también campeón según el CMB) que tienen apenas cinco derrotas en un total combinado entre ambos de 99 peleas. Ese fue el error de Peter. El combate terminó durando los 12 asaltos completos, y a la larga valieron más las tres veces en que Klitschko se levantó de las lonas para reanudar sus esfuerzos que las tres caídas propinadas por el duro pegador africano.
El resto de la historia es conocido. Klitschko aprendió su lección y pasó a ser un boxeador aún mucho más metódico y paciente que antes, y usó esa nueva táctica para derrotar a Chris Byrd (verdugo de su hermano Vitali en una pelea anterior) para alzarse con el título de peso pesado de la FIB. Mientras tanto, en el otro carril, Samuel Peter caería ante Eddie Chambers en una inexcusablemente opaca actuación en su siguiente pelea, para luego desaparecer de la escena y regresar con victorias poco vistosas ante retadores de segundo nivel.
Pero sin importar cuán alto haya sido el ascenso de Klitschko y cuan bajo haya caído Peter, lo cierto es que la división máxima del pugilismo carece de protagonistas de renombre en la actualidad, y la muy competitiva pelea de Peter ante Klitschko hace cinco años provee videos lo suficientemente excitantes como para que el público se entusiasme una vez más y decida comprar esta revancha como el desafío más fuerte que le ha tocado al ucraniano en los últimos tiempos.
Si juzgamos por las peleas recientes de ambos, es posible que esa sea otra promesa que el boxeo de peso pesado no pueda cumplir. Porque está claro que durante todo este tiempo fue Klitschko (54-3, 48 KOs) quien ha disfrutado de los mayores éxitos ante los boxeadores más difíciles (que no es mucho decir) que la división le ha ofrecido, mientras que Peter (34-3, 27 KOs) apenas si ha lucido aceptable en sus victorias sobre peleadores de calidad dudosa. Agreguemos a eso un marco físico creciente en lo graso y no en lo muscular (Peter ha estado marcando los pesos más altos de su carrera en sus últimos combates) y veremos que la receta no le está resultando efectiva al otrora temible púgil nigeriano.
Pero más allá del aspecto físico que puedan exhibir ambos peleadores, es innegable que ambos se han preparado a consciencia para un combate a todo o nada que tiene el potencial de repetir o revertir la tendencia marcada en la primera pelea entre ambos.
No sería nada sorprendente ver a Klistchko ganar con dificultad y ver que su estrella comienza a apagarse mientas que la de Peter crece, o ver quizás un triunfo de Peter que lo lleve a la cima del boxeo mundial y lo instale como el hombre a vencer en la división ilimitada, con su dura pegada y su sólido mentón. El marco de público imponente, las expectativas depositadas en este combate y el título en juego no son detalles menores tampoco a la hora de anticipar un pleito de alto vuelo. Y la costumbre de los hermanos Klitschko de vengar sus derrotas entre ellos, que abriría el camino para un futuro choque entre Peter vs. Vitali Klitschko por el título unificado de peso completo, agregan un condimento de alto valor nutritivo a este sabroso plato que estos dos fabulosos especímenes boxísticos se disputarán en el ring para ver quien se lleva la mayor tajada. Queda ahora por saber quién engordará con ese suculento triunfo, y quien se llevará la peor parte en este flaco banquete que nos ofrece hoy en día la devaluada división de los pesos completos.

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