lunes, 26 de octubre de 2009
KELLY PAVLIK, AL BORDE DE LA MUERTE
AP
Una reacción alérgica a una medicación hizo que su temperatura superara los 104 grados y que su ritmo cardíaco subiera a más de 150 pulsaciones por minuto. Cuando lo admitieron en el hospital, sudaba incesantemente con un color rosáceo.
Un médico especialista en enfermedades infecciosas de Cleveland Clinic le dijo a su padre, Mike Pavlik, que el púgil de 27 años estaba luchando por su vida. El panorama era sombrío.
"No sé mucho de medicina", dijo Mike Pavlik, "Pero ese día estuvo en el límite".
Todo comenzó con una pequeña infección en un nudillo de la mano izquierda, en la que Pavlik recibió una inyección de cortisona. Todo sucedió muy rápidamente. Un hombre que vive de llevar su cuerpo al límite estaba postrado en la cama. Su esposa, Samantha, no se separó de su lado mientras los médicos intentaban dilucidar qué era lo que ocurría.
Pavlik dice que no recuerda lo que ocurrió el mes que pasó, sólo tiene flashes y recuerda algunos detalles.
Recuerda que un médico le dijo que todavía no iba a poder ir a casa y que cada paso que daba hacia la guardia de emergencia era muy difícil de hacer. Su piel estaba en llamas y sentía que el corazón iba a salir de su pecho.
No recuerda los esteroides que los médicos le dieron para detener la reacción.
"No recuerdo nada de ese día, así de mal me sentía", Pavlik le dijo a AP. "Me dijeron que fue muy serio. Fue la peor reacción alérgica que una persona puede tener".
Además, fue el peor momento de un verano repleto de contratiempos.
La infección apareció después de que Pavlik derrotó a Marco Antonio Rubio, un oponente duro pero ampliamente superado, ante un público que adora a Pavlik, en su ciudad natal, Youngstown, Ohio.
Estaba jugando al básquetbol una cálida tarde de marzo cuando la piel del nudillo se abrió en dos. Después de unos minutos, Pavlik vio un líquido incoloro en vez de sangre, y después de una visita al médico confirmó que era una bacteria.
Pasó un mes y los antibióticos no podían cortar la infección, de modo que Pavlik se sometió a una cirugía en Youngstown para limpiar la herida. Cuando le sacaron los puntos, la infección seguía. Después de más exámenes, se dieron cuenta de que tenía una clase de infección que resistía a los antibióticos de amplio espectro.
"Ya estaba listo para decirle que me cortara la mano", dijo Pavlik.
Mientras tanto, después de largos meses de negociaciones, habían llegado a un acuerdo con Paul Williams. Se iban a enfrentar a mediados de octubre en Atlantic City, Pavlik tenía millones garantizados y los dos iban a tener la cobertura de HBO que todos los boxeadores desean.
Pero la infección no se fue y la pelea se pospuso al cinco de diciembre. Williams y su promotor, Dan Goossen, estuvieron dispuestos a esperar a Pavlik después de ver que los resultados de la clínica eran optimistas. Los doctores creyeron que la infección iba a sanar y que Pavlik iba a poder comenzar a practicar a mediados de octubre, dándole tiempo para prepararse para la pelea.
Más tarde sucedió la reacción alérgica y su internación, justo antes de que Pavlik viajase a New Jersey para dar una conferencia de prensa en la que se iba a hacer el anuncio oficial de la pelea.
"Aprendimos la lección anteriormente cuando entró en una pelea sin sentirse bien", dijo Mike Pavlik, haciendo referencia a la derrota que su hijo sufrió ante Bernard Hopkins, cuando se enfermó un par de días antes de la pelea. "Y prometimos que no íbamos a repetir ese error".
Aún así, Pavlik dijo que se sintió obligado de seguir adelante con la pelea ante Williams. Todos contaban con él y los médicos le dijeron que iba a estar bien.
"Desde que comencé los entrenamientos no estaba todo el tiempo concentrado", dijo Pavlik. "Me sentía duro, no podía pegar. Creo que mi entrenador estaba esperando que la herida cicatrizara, pero eso no ocurría".
La infección había desaparecido, pero las cirugías no permiten que la herida cierre por completo. El miércoles, el entrenador, Jack Loew, canceló el encuentro.
Todo ha sido muy frustrante. Lo que más le molesta a Pavlik es que algunos fanáticos no creyeron que todo esto fuese cierto.
Hay rumores que sugieren que no quiere enfrentar a Williams, o que no quiere seguir peleando. Que pone el dinero como excusa o que está esperando porque quiere tomar el lugar de Jermain Taylor en el Super Six tournament.
"Pero lo cierto es que no puedes hacer nada al respecto", dijo Pavlik. "Yo duermo y como sano. Yo sé la verdad. Pero para mi padre y mi rincón que saben cómo son las cosas, esto no es fácil".
Williams enfrentará a otro oponente el cinco de diciembre, y Pavlik espera poder enfrentarlo a principios del próximo año -- "estaré nervioso el cinco", dijo.
Por el momento, el campeón del peso mediano estará libre para seguir pensando en la mala suerte que ha tenido este verano.
"Quiero pelear. Los demás me cuestionan mi inactividad. Pero hay objetivos que quiero cumplir", dijo. "Se siente como tiempo perdido. Podría estar preparándome para algo grande. Y una gran pelea es lo que tengo en mente".
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