Gancho al hígado

José Sulaimán suljos@prodigy.net.mx

El 2008 ha dejado un gran número de realidades y acontecimientos que fortalecen al boxeo profesional ante los aficionados en el mundo, tanto con grandes éxitos, pero también con el destape de actos de conspiración por intereses creados, para enterrar la tradición y el orden, trayendo acciones y peleas que han sido una vergüenza por estar sentadas en bases falsas.
Algunas de las más poderosas empresas de tv en el mundo han tratado de pisotear a los organismos que regulan al boxeo mundial, contratando boxeadores y promotores exclusivos, que son usados para promover peleas sin disputa de títulos mundiales, creyendo que el poder y el prestigio de nombres van a suplir los cimientos de lo que ha sido por siglos, el boxeo profesional, y sobre todo, el hecho irrefutable de que un boxeador principiante tiene como objetivo y sueño, ganar una medalla olímpica y llegar algún día a conquistar el campeonato mundial del CMB, en nuestro caso.
Así, promovieron una pelea entre el entonces campeón mundial del CMB, Joe Calzaghe, contra el ex campeón también CMB, Roy Jones, sin ir de por medio título mundial. Sólo dos boxeadores de gran nombre para ver quién ganaba; lo mismo sucedió en otra pelea entre el ex campeón CMB Bernard Hopkins y el todavía monarca Calzaghe, gran campeón del Consejo Mundial de Boxeo, quien ganó ambos combates deslucidos sin interés alguno, al disputarse prácticamente el ver quién era el mejor, pero sin el título mundial de por medio.
También se aventaron la puntada de promover a Roy Jones, ex campeón CMB, contra Tito Trinidad, ex campeón CMB, pero sin título de por medio, en otra pelea insulsa sin interés para nadie.
Lo mismo sucedió al poner al actual campeón mundial CMB, Kelly Pavlik, contra el ex campeón CMB Hopkins, sin título de por medio, y para finalizar, la de de la Hoya contra Manny Pacquiao, otra pelea de un solo lado, pero éste al menos para confirmar a Pacquiao en los cuernos de la luna.
El punto neurálgico de todas estas peleas aburridas, sin pasión, entre boxeadores de grandes nombres, es que no llevaban de por medio la disputa de un título mundial, honor que saca la casta a todos los boxeadores y en especial a los grandes, todos quienes ahora sólo pelearon por el dinero, ese maldito dinero que pudre todo lo que toca, como lo hizo ahora con el prestigio del boxeo profesional, que necesita de grandes espectáculos para poder sostenerse en la cumbre del gusto del público, que parece precipitarse al fondo del abismo empujado por esas empresas televisivas, que quieren posesionarse del boxeo, y de sus comparsas promotores, que les siguen el juego, sólo por dinero.
Pero esos actos vergonzosos de querer pisotear a los organismos mundiales, quienes son los que hacen el boxeo y producen a los boxeadores que ahora son usados por los monopolios televisivos, sólo en favor de ellos y de muy pocos escogidos por ellos mismos, mientras que dejan en la pobreza a todos aquellos, la gran mayoría, que no gozan de sus preferencias, no sólo lleva el interés de posesionarse del boxeo en EU, y por consecuencia del mundo, sino que hacen las peleas sin títulos, en pesos intermedios, para no pagar cuotas al Consejo Mundial de Boxeo, que si fuera del estilo de las mayorías actuales, ya hubiera cubierto las cortes de ley americanas con muchas demandas, o que no se formaron bajo las oportunidades y la cobija del Consejo Mundial de Boxeo todos ellos. Óscar de la Hoya, Bernard Hopkins, Joe Calzaghe, Kelly Pavlik, Tito Trinidad y Roy Jones fueron grandes campeones del CMB y ahora le pagan uniéndose al monopolio para tratar de acabar con nosotros, lo que es público y notorio en Estados Unidos.
Cuando todos ellos se vayan, y ya estén viviendo de sus recuerdos, el CMB seguirá brillando con luz propia por el esfuerzo y trabajo entusiasta de todos sus miembros regados por los 164 países afiliados del mundo, y seguiremos viendo a esos jóvenes que sueñan con medallas olímpicas y campeonatos mundiales, encontrar las puertas abiertas de las oportunidades en el CMB, y otros organismos internacionales, no muchos, del mundo.
Veremos 2009 con éxitos renovados, luchando por el bienestar de todos y no sólo de unos cuantos, y que todos los mexicanos gocen de un feliz año nuevo que les sea pródigo en felicidad, paz, y sueños realizados.

Feliz Año Nuevo a todos, y nos vemos el próximo domingo.